Revista Opinión

Divagación sobre la excepcionalidad de Occidente

Publicado el 15 mayo 2019 por Vigilis @vigilis
Desde la estepa kirguisa hasta el desierto de Libia una frontera que no aparece en los mapas se levantó hace miles de años. Dejando a un lado el lejano oriente, esta frontera sigilosa dividió y sigue dividiendo a gran parte de la humanidad.
Estas dos humanidades durante muchos siglos han estado chocando en una especie de empate técnico antropocénico hasta que la Edad Contemporánea firmó la victoria de la parte occidental. Y aun con esta victoria aparece una resistencia por ambos lados a que esta frontera termine de desaparecer.

Divagación sobre la excepcionalidad de Occidente

"Nunca digas nunca jamás" (1983).

Este es un tema clásico ya en las discusiones de la dicotomía Este-Oeste: se trata del famoso choque de civilizaciones y es un pastelito para que deterministas y esencialistas pongan a prueba nuestra paciencia con sus casualidades elevadas a leyes históricas un tanto improvisadas.
Pero es curioso cómo aunque nadie haya dibujado una línea en el mapa la humanidad sí reconoce que ahí hay una especie de barrera. Varias teorías se han expuesto para explicar esta división: instituciones, libertad personal, economía y religión. Hay una teoría más que no he visto en muchas partes: la forma de hacer la guerra.
La forma en que una nación hace la guerra tiene mucho que ver con su economía, su sociedad y su sistema político. Podría decirse que el arte de la guerra es una continuación o una faceta más de la vida de un pueblo. Quizás la forma más directa de comunicarse con otras naciones. De esto creo que ya hablé en otra ocasión pero como es un tema que nos incumbe a todos con independencia del momento y lugar nunca está de más regresar a él.
El arte de la guerra en occidente se distingue por la búsqueda de la gran batalla: concentrar toda la fuerza en un punto y golpear hasta quebrar al enemigo. Para ello se ha confiado a la fiel infantería. En oriente son más taimados. La humanidad vecina hace uso del subterfugio y la velocidad, su mejor combatiente es un soldado móvil, montado que hace un gran uso del arma a distancia. Rodear, copar, cansar, evitar, volver a atacar y así hasta derrotar por agotamiento al enemigo. Una táctica que tiene mucho sentido en la gran estepa y en los desiertos.

Divagación sobre la excepcionalidad de Occidente

"No temas, es tan solo tu sombra".

De ahí que en Gaugamela, una de las batallas decisivas de este choque secular, oriente perdiera por inclinarse a adoptar la forma de combate de occidente. Pero oriente ganó también varias veces en territorio enemigo: las dos incursiones de los pueblos esteparios tuvieron mucho éxito porque fueron acompañadas de un tratamiento extraño del conquistado. La capacidad de elegir muerte o vasallaje en un mundo particularista y dividido dejaba poca opción.
A partir de la Edad Moderna y la extensión del uso del arma de fuego parece que este empate técnico empieza a derrumbarse. El momento de máxima extensión en Europa del Imperio Otomano lo señalamos en el asedio de Viena de 1683 y ahí oriente pierde e inicia su lenta retirada hasta nuestros días.
Ah, amigos, pero al decir esto aparece un problema que los más sagaces ya han detectado. El arma de fuego también estaba disponible para el oriental. ¿Por qué el occidental la usó mejor? En realidad no la usó mejor. Los turcos durante el XVI tuvieron la mejor artillería y otras partes del mundo que no eran Europa empezaron a producir de forma masiva armas de fuego. Tampoco hay ninguna razón biológica para que el occidental tenga mejor puntería que el oriental. De hecho, hasta el "rifling" de los mosquetes en el XIX la puntería nunca fue un factor de batalla (por eso las apretadas líneas de tiradores en la Edad Moderna, para poder darle a "algo").

Divagación sobre la excepcionalidad de Occidente

Tu regere imperio fluctus, Hispane memento.

A partir del XVII hay un cambio que acompaña al uso masivo del arma de fuego. Por ejemplo, en Europa se inventa la tolerancia religiosa y los barcos ya circunnavegan el mundo. Esto no lo hacen otros*. La afluencia de capital reluciente debido al contacto con la masiva hiperpotencia china relega a oriente a un segundo plano. A partir de entonces los enfrentamientos occidente-oriente tienen un denominador común: occidente puede reponerse.
O sea, a partir de entonces occidente todavía combate buscando la victoria decisiva en la gran batalla pero esta vez si la pierde puede volver al ring. Oriente es incapaz de hacer eso. Desde Tartaristán hasta Omán la Edad Moderna es una época de retroceso e introspección, dominados políticamente por la Otomanía, los pueblos musulmanes** dejan de expandirse y recordemos que los imperios son como las bicicletas, en cuanto dejas de pedalear te caes. La conquista rusa de los kanatos de la estepa póntica, las revueltas en los Balcanes, la caída del imperio de piratería de la costa sur del Mediterráneo... Cuando llega la Primera Guerra Mundial los turcos defienden el mar de Marmara con barcos de madera y las aletargadas ciudades árabes muestran poco interés por un gobierno corrupto que roza la blasfemia.
Una última cuestión sobre la que recomiendo no pensar mucho: la historia nunca se acaba. Ojo, partimos de una buena base para mantener nuestra hegemonía pero la capacidad del ser humano para cambiar su universo es siempre sorprendente. Además, la idea de "mantener" la hegemonía es como el comienzo de una derrota (¿veis cómo no queremos pensar en ello?).
*Esto secretamente es muy importante y tanto seguidores como detractores de la excepcionalidad europea nunca le dan la importancia que merece. No apuntamos mejor, no somos más fuertes, no somos más listos, no tenemos más recursos minerales, etc. Hicimos unas cosas y somos resultado de esa historia, de la historia. 
**Empleo "musulmanes" como sinónimo de "los pueblos de los que hablo", la religión musulmana tiene poco que ver con este asunto, el Imperio Aqueménida era zoroastra y fue la hiperpotencia mundial en el VI a.C. En el XVI pocos reinos europeos más "occidentales", avanzados y tolerantes había que el musulmán Imperio Otomano.

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