Seguro que muchos de vosotros tenéis un par de estas sillas plegables detrás de una puerta o en el trastero para cuando vienen visitas extra. Lo bueno de estas sillas es lo prácticas que son, plegables, de fácil mantenimiento y el precio, pero lo malo es que son algo aburridas. Sin embargo no hay nada que un bote de pintura en spray y un trozo de vuestra tela favorita puedan cambiar :)
Tan fácil como desmontar el asiento sacando los tornillos que lo sujetan a la silla, pintar la estructura del color que más os guste con pintura especial para metal (en el ejemplo un coral mate) y forrar con ayuda de una grapadora el asiento con una bonita tela que cree contraste. Se vuelven a colocar los tornillos y voilà! vuestra silla completamente transformada. El proceso es tan sencillo que cuando os canséis podéis volver a cambiar el color y tener sillas nuevas y acordes con el momento y vuestra decoración en un santiamén. Fácil y resultón ¿no os parece? ¡Feliz sábado!
Vía: Design for mankind