Revista Cultura y Ocio

Django desencadenado

Publicado el 03 febrero 2013 por _jorge_

La excelencia cinematográfica la representa a la perfección Tarantino. Quentin es algo así como un ser supremo que ha tenido a bien regalarnos una serie de historias en forma de películas. Comprendo que mi argumentación es un tanto estúpida (o mejor dicho estúpida a secas) pero que se le va a hacer. Soy totalmente partidario y es cierto que miro con un prisma sesgado el cine de Tarantino. A mí me suda la polla si mañana resulta que hace “Marisol rumbo a Río” o “Cabriola”, yo seguiré diciendo que es un puto genio y punto en boca.

Django nos ofrece una versión más adulta y menos histriónica de realizador de Knoxville. Bueno, el final sí que es un poco de marica loca antojadiza e irreverente,  pero qué más da si las dos horas y media de antes han sido fantásticas. Casi que los fanboys necesitábamos algo así para sentirnos más talibanes si cabe de su cine.

Uno de los puntos fuertes de Tarantino es la música. Esa música que convierte en plasticidad todo lo que toca. Hay escenas que resultan hipnóticas gracias a las sensaciones que te trasmite con la elección de las canciones. En esta ocasión está sublime. El cabrón cada día se supera más y consigue que haya escenas que sean pura plasticidad, que parezcan extraídas de un cuadro, algo así como si fueran tangibles. Se me ponen los pelos de punta al recordarlo –y no hablo en tono figurado-, esto no lo consigue nadie. Tarantino sabe exprimir ese sentido estético que le ha caracterizado siempre. Como es normal y queriendo un “spaguetti western” del siglo XXI, no podía faltar el genio que puso sintonía a toda una generación, Ennio Morricone. Cuando empecé a ver la peli, esta se abre con el tema que da nombre a la misma, es decir, Django.  Nada más escucharla me di cuenta de que la voz me sonaba y como no podía ser menos en los créditos salió el bueno Rocky Roberts. Luis Bacalov ha acompañado a Tarantino desde hace ya unos años y su imprenta es inconfundible. Ahora vuelve a darle una vuelta de tuerca a los principales temas con esa imprenta tan personal que tiene el argentino.  Acordaros del famoso silbido de Elle Driver cuando entra a ajusticiar a Beatrix (Mamba negra) en Kill Bill Vol.1. Personalmente reconozco que lo que más dura me la ha puesto ha sido el tema que canta Elisa Toffoli mientras montan una mesa para la cena de gala que va a haber. Sincronía en estado puro, sensación estética acorde a un genio como Tarantino.

Repasando por el coral de personajes me quedo con un Christoph Waltz y Samuel L Jackson. Ambos están sublimes, sobre todo este último, que hace un papel digno de reconocimiento. Ya sabemos que no será así porque Quentin está “peleado” con la academia y no será justiciado como debería. Para mí el verdadero protagonista es el Doctor Schultz (Christoph Waltz) y no Django (Jamie Foxx) aunque este último de título incluso a la película. Jamie es un grandísimo actor, probablemente el mejor “negro” de Hollywood, obviamente incomparable a gente basura como son Denzel Washington o Will Smith (menos mal que este último no llegó a un acuerdo para hacer el “prota” de Django, porque la primera opción del director era él). Nos falta recordar a Di Caprio, como ya he comentado cada película que hace se está convirtiendo en mejor actor. Llegará un punto que lo haga hasta bien, yo personalmente lo apruebo y con nota. No podemos dejar atrás los cameos o guiños del director a gente como Franco Nero (el original Django de los 70´s) o Don Johnson que hace un pequeño papelito de mafioso tratante de negros. Ambos están correctísimos y curiosos de ver. La heroína en cuestión es Kerry Washington, niña guapa de telefilmes americanos de tres al cuarto.

Django desencadenado


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