Dolor de espalda, qué solución hay y cuándo se debe acudir al médico

Es uno de los males más comunes entre la población adulta. Aunque el dolor de espalda puede tener múltiples causas, existen pequeñas costumbres y posturas que nos pueden ayudar a mantenerlo a raya.

Con más de un 40% de la población afectada,  el dolor de espalda es uno de los males más extendidos entre personas de todas las edades. Aunque suele agudizarse una vez pasada la cuarentena, existen otros muchos factores que, más allá de la edad, pueden incidir en su aparición, como el embarazo,  la artritis o incluso la aparición de piedras en los riñones.
Independientemente de su causa, existen numerosos consejos que nos pueden ayudar a mantener nuestro dolor de espalda bajo control. Más allá del consumo de fármacos como paracetamol o antiinflamatorios y de la tan recomendada higiene postural, existen  otras muchas costumbres que pueden ayudarnos a mantener a raya el dolor.
A pesar de que cuando comienza el dolor muchas personas optan por guardar reposo en cama, no se recomienda prolongar dicho descanso más allá de cuatro días, ya que no se considera de por si un tratamiento y tiende a acostumbrar a nuestra espalda a aguantar una menor actividad física de manera progresiva.
En lo relativo al tratamiento, existen diversas terapias que han demostrado sus múltiples beneficios a la hora de paliar este tipo de dolor. Es el caso de la acupuntura, la acupresión o la estimulación eléctrica transcutánea, si bien esta última no parece funcionar en todos los pacientes. Así mismo, existen otras opciones como las inyecciones de esteroides o calmantes o, en último caso, la cirugía, que suele practicarse en caso de discos herniados, estenosis espiral, fracturas vertebrales o enfermedades degenerativas de los discos.
Sin embargo,  lo habitual de este tipo de dolores nos hace perder de vista la necesidad de acudir a un especialista si el dolor aparece acompañado de ciertos síntomas. Se recomienda visitar al doctor en caso de cosquilleo o adormecimiento en la parte superior del cuerpo, dificultad para orinar, fiebre o en el supuesto de que hayamos experimentado una pérdida significativa de peso.
FOTO: Jasmine Kaloudis