¿Dónde actuaron por primera vez “Los tres chiflados”?

Este teatro abrió sus puertas el 7 de septiembre de 1914 con capacidad para 2381 espectadores. A diferencia de muchos otros recintos, este teatro no fue construido en madera, como era costumbre en la época, ya que los propietarios temían que si ocurría un incendio la gente nunca podría salir a tiempo. Por eso fue realizado en cemento, con una viga de 65 toneladas sobre la que colocaron las gradas superiores, lo que permitió evitar las columnas y aumentar las plazas sentadas.

Este teatro, como muchos de su época, programaron obras del género vodevil hasta que en 1916 comenzaron a proyectar películas mudas, sin olvidar las comedias frívolas en su cartelera.

En 1922 el RKO Prospect Theatre de Brooklyn viviría uno de los momentos más maravillosos de su historia: Moe Howard se encontraba en el teatro y allí pudo saludar a Ted, un amigo de la infancia. Uno de los integrantes de la compañía de trabajo de Ted Healy había abandonado el grupo, por lo que necesitaba a una persona que lo reemplazara. Este fue el motivo por el que le pidió a Moe que fuese el sustituto que buscaba, aunque fuese de manera momentánea. Su début fue todo un éxito… con el tiempo nuevos integrantes dieron lugar a Los tres chiflados, famosos por las peleas verbales con el que para ese entonces era su jefe, Ted Healy. Además de eso, cada vez que subían al escenario personificaban rutinas con las que se identificaba el público.

Con el correr del tiempo, y debido a su adicción al alcohol, la carrera de Ted Healy comenzó a declinar, al mismo tiempo que Healy Shemp abandonaba el grupo.

Los tres chiflados no actuaron nunca más en vivo en éste teatro, pero sus cortometrajes y películas realizadas a finales de la década de los años 50 y principios de los 60 del siglo pasado siguieron siendo proyectadas en este teatro, además de en muchos otros en todo el mundo.

El RKO Prospect Theatre cerró sus puertas en 1967, convirtiéndose en una cadena de supermercados.

Lo único que queda en la actualidad de aquél espacio de risas y ocio es la fachada barroca, hoy pintada de color blanco. El actual edificio esconde un secreto: por una puerta en el tejado se llega a la parte que aún alberga el escenario que parece escondido, perdido en el tiempo, con las gradas de cemento que muestran donde una vez estuvieron situadas las butacas.

Todos los que hayan disfrutado de Cinema Paradiso pueden revivir su magia en un lugar como este. En la parte posterior de aún se observa una pequeña casilla, con siete diminutos escalones que permiten acceder al cuarto piso: los fusibles de 1960 aún están en su lugar, cables de la época… en lo que supone un viaje en el tiempo durante el que casi se escuchan las risas de los asistentes.

Todos aquellos viajeros que merodeen por Park Slope, en Brooklyn, no deberían dejar de visitar el 329 9th Street y sonreir al recordar que “Toda la diversión aquí comenzó”.