Revista Sociedad

¿Dónde está Rajoy?

Por Jmbigas @jmbigas
Desde el discurso de investidura, prácticamente no hemos visto a Rajoy, no ha dado la cara para contarnos nada. Parece refugiado por detrás de los ministros que ha nombrado, e ignoramos lo que estará haciendo. Encuentra a Wally.

¿Dónde está Rajoy?

¿Dónde está Wally?
(Fuente: nnggcantabria)

Tras el Consejo de Ministros del último viernes del año, en que se aprobó el famoso decreto que ya he comentado aquí ampliamente, la comparecencia pública fue presidida por la vicepresidenta (Soraya Sáenz de Santamaría) y acudieron los ministros pájaros de mal agüero (Luis de Guindos, Cristóbal Montoro, Fátima Báñez), pero a Rajoy no se le vio el pelo. La importancia y trascendencia de lo aprobado, y más cuando contradecía todas las promesas electorales realizadas por Rajoy, bien requerían, al menos, la presencia del vicepresidente económico. Ah, no, que ahora no hay, porque Rajoy está volcado en el tema económico (Soraya dixit). Más a mi favor, la comparecencia debería haber estado presidida por Rajoy en persona, dando la cara. Pero no fue así, y veremos si esta víspera de Reyes, cuando habrá un nuevo Consejo de Ministros, Rajoy se digna enfrentarse a los periodistas y a la opinión pública, o manda de nuevo a sus esbirros. Sabemos por la prensa que parece que ha hablado con Marruecos, para gestionar su primer viaje al extranjero, pero no le hemos visto contar, en ningún foro, de viva voz, los recortes, ajustes y puñaladas que nos está asestando a todos. Ni siquiera anticipar la que se nos viene encima. ¡Qué miedo tienen todos de las elecciones andaluzas!. De momento, ya nos enfrentamos de modo inmediato al aumento de las retenciones. Alguna entidad bancaria que paga dividendo a sus accionistas este mes de Enero, ya les ha comunicado que la retención será del 21% (y no del 19%, como hasta ahora). Unos euros que se derivarán del bolsillo del accionista al del Gobierno. Y esto sólo es el comienzo. La economía es un complejo sistema de bombas, tuberías y válvulas. Cuando se toca algo, no se puede esperar que solamente cambie aquello que queremos cambiar. Los efectos se harán sentir en todo el mecanismo. Subiendo los impuestos, se reduce la renta disponible para el consumo, el ahorro o la inversión. Decrecerá (todavía más), la actividad económica, lo que, muy probablemente, significará más paro. Esta es una explicación bastante evidente, y, además, es la que Rajoy nos ha venido contando todo el tiempo, para justificar su decisión de NO subir los impuestos.

¿Dónde está Rajoy?

Tras contribuir a la quiebra de Lehman Brothers,
¿intentará ahora Luis de Guindos quebrar España?
(Fuente: ABC)

Si se nos ha inundado el sótano por una rotura de tubería, arrodillarnos para intentar recoger el agua (sin reparar antes la rotura) es un ejercicio frustrante, que nos va a fatigar, pero que no nos dará ningún resultado positivo. Y, mientras no reparemos la fuga, de nada sirve darle más presión al agua. Por otra parte, alguno de esos pájaros de mal agüero que parece nos rondarán un tiempo (en este caso, Luis de Guindos), ya ha soltado la sonda sobre la no sostenibilidad del Estado del Bienestar. Extremadamente preocupante. Venimos de unos tiempos en que, por una u otra razón, todos hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades reales. Los ciudadanos de a pie llevamos ya años sufriendo la penitencia de ese pecado, en forma de desempleo especialmente, y de pobreza en general. Nos vemos obligados a reducir y controlar nuestros gastos, para intentar evitar la bancarrota. Salimos adelante como podemos. Pero, por el contrario, las Administraciones Públicas en este país han estado gastando más de lo que resultaba aconsejable, han disparado con pólvora de rey, con ese ciego pensamiento de que el dinero público no es de nadie. Y eso cuando no se han derivado directamente caudales públicos al bolsillo privado, por mor de las muchas tramas de corrupción ya descubiertas e investigadas, o las otras muchas de las que, con seguridad, todavía no sabemos nada. Los políticos se han arrogado privilegios impresentables en épocas de esplendor económico, y absolutamente inadmisibles en época de vacas flacas. Muchos banqueros siguen ganando varios millones de euros al año, cuando el salario mínimo está congelado en los 641 Euros al mes. Con las tuberías rotas, en algún momento se pensó que la solución era aumentar la presión del agua (por ejemplo, el famoso y nefasto Plan E de Zapatero). Sólo se consiguió que se escapara más agua todavía, inundando el suelo.

¿Dónde está Rajoy?

Ordeñar a una vaca flaca no es siempre la mejor solución
(Autor: Kelsey Vargas Meza; Fuente: laprensa)

Y de todos esos polvos, vinieron estos lodos. Seguro que alguna vez habéis empuñado unas tijeras para, por ejemplo, cortar un papel. En estas fechas, por ejemplo, para envolver algún objeto con el llamado papel de regalo. Espero que nunca hayáis ni siquiera intentado cortaros con las tijeras la mano que la empuña. No lo intentéis, es imposible. Con las tijeras en una mano, podéis hacer sangrar la otra mano, abriros el vientre en canal, o cortar el mantel; pero no podéis herir la mano que la empuña. Da la sensación, en este momento, de que a un lado están los que empuñan la tijera, y al otro estamos los recortados. Pero así no se va a resolver ninguno de los problemas reales que tenemos, solamente se agravarán muchos otros (desigualdad creciente, desempleo, pobreza,...). Y mientras tanto, Rajoy está desaparecido, no da la cara, no intenta ni siquiera explicarnos lo que está haciendo su Gobierno, y para qué lo está haciendo. No se enfrenta a una rueda de prensa donde se le puedan hacer preguntas. Cuando nos pasamos con la tijera, el trocito de papel resultante queda minúsculo ya no nos es suficiente; tenemos que tirarlo, y empezar de nuevo.

¿Dónde está Rajoy?

Imposible herir la mano que empuña las tijeras
(Fuente: 123rf)

Con sus primeras decisiones, y con las actitudes que podemos detectar, no podemos esperar de este Gobierno que trabaje para resolver los problemas reales de España. Sólo intenta aplicar ciegamente, sin criterio alguno, las directrices que le vienen de la Unión Europea y de Alemania. Recogemos el agua del suelo, mientras el agua sigue manando de la tubería rota. Por este camino no estamos avanzando nada hacia la resolución de una situación complicada. Le ponen tiritas a una herida de quince puntos. Señor Rajoy, dé ya la cara. Explíquenos con claridad lo que pretende hacer, y cuáles son los efectos que su Gobierno espera que se produzcan en el corto y en el medio plazo. Pero no se esconda más, como si le diera miedo a enfrentarse con los que le pagamos el sueldo, para contarnos por qué hace lo que está haciendo, buscando qué objetivos. Por el camino emprendido, corremos el muy serio peligro de lo que se conoce como espiral constrictiva, que nos lleve a desaparecer en un fundido a negro. El último que apague el gas. JMBA

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