Revista Belleza

¿Donde están las buenas maneras?

Por Blanches Blog @theblancheblog
Seguimos de sorteo AQUí
Un día cualquiera de invierno. 7.45  a.m. Muerta de sueño y con un dolor de cervicales de escándalo acudo a mi centro de salud para hacerme unos análisis. Mi padre tiene que acompañarme porque tengo mareos y me cuesta mantener el equilibrio. Llegamos los primeros y, mientras él aguarda turno por mí, yo me quedo en el coche esperando a que abran y así no tengo que estar de pie.
8.05 a.m. Salgo del coche. En breve abren el centro de salud y ya hay un buen número de personas esperando. Les doy los Buenos Días (recordad que el último que llega es el que saluda) y nadie es capaz de abrir la boca para contestar. Miro hacia mi padre con ojos incrédulos, me devuelve la mirada y sonríe. A mi no me hace ni gracia, está claro que a mi padre tampoco pero es una sonrisa irónica y ambos sabemos que estamos pensando exactamente lo mismo. Educación cero.
Imagino que la mayoría pensaréis: ¡esta gente joven que maneras más feas!. Nada más lejos de la realidad, allí había gente representando a todos los grupos de edad, desde los más jóvenes a los más mayores. El 95% de ellos personas sin un ápice de educación. Llegué a pensar que era por el estado de ayunas en el que nos encontrábamos todos pero no, ¡yo saludé y también iba en ayunas!
¿Donde están las buenas maneras?
En otra ocasión me paso una cosa de lo más curiosa. Mi vecina del tercero entra en el portal de casa fumando un cigarrillo. Me encuentro detras de ella pero no me ve. Sin remordimiento alguno tira la colilla del cigarro, todavía encendida, al suelo del portal y se mete en el ascensor. Sin piedad. Le da igual que venga un vecino con su perro y el pobre animal se queme el hocico. ¿Sabéis lo que hice? Cogí la colilla, subí al tercero, toque su timbre y cuando salió le entregué la colilla y le dije: Se te ha caído esto en el portal. Su cara era un poema y creo que dejó de fumar de la vergüenza que le dio.
¿Donde han quedado las buenas maneras? Cuando era pequeña mis padres me inculcaron normas básicas de convivencia que, con los años, han ido formando parte de mi personalidad y manera de ser: dejar salir antes de entrar, respetar a la gente mayor, saludar siempre al llegar a un sitio donde hay más gente, ceder el asiento a personas mayores o mujeres embarazadas, ser agradecidos, usar las papeleras, respetar los bienes comunes de todos, pedir las cosas por favor...
Se ha ido formando una sociedad en la que cada uno va a lo suyo, donde cada vez nos interesan menos las personas que tenemos a nuestro alrededor y, curiosamente, no nos paramos a pensar que en algún momento de nuestras vidas necesitaremos salir antes de entrar, seremos mayores y querremos que nos cedan el asiento, nos gustará ver las calles limpias, y nos sorprenderemos cuando no nos digan Buenos Días...
Me interesa saber vuestra opinión más que nunca.
¡Hasta pronto!
Fotos: Pinterest

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog