Revista En Femenino

Dormir: el Descanso de la Familia

Por Patricia Patricia Manzano Gómez @lavidaentrebibe
22 mayo, 2015 0 comentarios Artículo Bebés, Desarrollo de bebés & niños, Niños, Salud & Bienestar

Desde que nació mi hijo, he leído mucho, he escuchado bastante y he dado muchas vueltas al tema del sueño, dónde debe dormir el bebé, el niño,  cómo y cuándo. Hace tiempo que llegué a la conclusión de qué es lo importante para mí en el dormir: el descanso de la familia.

Con esto no quiero recalcar una obviedad. Lo que quiero es hacer hincapié en que el tema del sueño de tus hijos, de tu familia, depende precisamente de las circunstancias de cada familia, y que lo que a mí me importa es ese objetivo final. La manera de conseguirlo será diferente a la de otra familia, pero es la que nos sirve a nosotros.

Conozco mamás que tienen bebés que desde que nacieron han dormido solitos en su cuna, con la luz apagada y del tirón. Y conozco otras cuyos hijos han dormido con sus papás en la cama hasta los 5 años o más, hasta que se han encontrado preparados para hacerlo solos. Entre estos dos posibles extremos, hay un caso distinto por cada familia que conozco o de la que tengo noticia.

Unos duermen del tirón desde los 6 meses, otros desde el año, otros desde el año y medio, otros han cumplido los 3 años y aún siguen despertándose por la noche. Lactando o no, están los que duermen con mamá desde que nacieron, los que empezaron a hacerlo a los 4-5 meses tras dejar la minicuna, o los que lo hacen sólo cuando están malitos. De la minicuna a la cuna algunos pasaron sin que supusiera gran cambio, a los 4-5 meses, otros al año, otros desde que nacieron, otros no la han pisado.

Hay familias que duermen mal cuando el bebé o el niño está en la cama: tienen miedo de golpearle y no concilian el sueño, es el peque el que les golpea a ellos, no le presta intimidad a la pareja, o simplemente no lo consideran una opción. Hay bebés que se despiertan mucho y a cierta hora su madre les lleva a la cama con ella. Hay mamás que no tienen problema en levantarse por la noche hasta la habitación del niño cuando se despierta, ya sea a darle el pecho, a dormirle con su compañía o a calmarle. Hay parejas que se turnan en esta tarea. Hay niños que se despiertan varias veces y vuelven a dormirse solos sin necesidad de que ningún adulto vaya en su ayuda.

Cada cual elige su forma de descanso cuando tiene hijos, bien por su manera de educar, bien por sus necesidades, bien por las circunstancias que te impone la vida. Y cada cual lo resuelve como mejor sabe o como mejor parece resultar después de intentar distintas opciones.

Hay mucha literatura sobre el tema, de mano de profesionales y de no tan profesionales, y yo no quiero aportar aquí ningún granito de arena. Sólo quiero contar cuáles son las circunstancias particulares de mi familia y en qué forma de descanso derivan. Y si digo la palabra “descanso” es porque el objetivo del que hablábamos se cumple. ¿Siempre?

En mi casa ahora mismo el peque, que ya tiene 21 meses y aún toma algo de pecho por la noche, duerme unas horas en su cuna y después se va a la cama con mami. Mi hijo nunca, ni una sola noche, ha dormido del tirón. Se puede pensar que es porque aún toma pecho, sin embargo de todas las veces que se despierta puede tomar en una o dos de ellas, dependiendo de si está rompiendo algún diente o no, que puede pedir más porque le calma. También podemos creer que es porque se sueña o está molesto, o porque se mueve mucho (porque se mueve muchísimo) y se golpea con la cuna. Sea lo que sea, mi hijo se despierta mínimo de dos a tres veces cada noche, hasta seis o siete alguna noche puntual que esté enfermo o con la boca. Cuando se viene a la cama con mamá es porque ya se ha despertado más de 3 veces y aún son las 4 de la mañana. Como mucho ha llegado a estar en la cuna hasta las 6.30.  ¿Por qué me lo llevo a la cama en ese momento? Pues porque lo que busco es precisamente el descanso de la familia. Si lo dejo en su cuna después de 2 o 3 despertares, y en cada uno el niño espera a que yo vaya, me quede durmiendole y vuelva a irme, ni descansa él ni descanso yo. Sin embargo en la cama con mamá, aunque se despierte, que también lo hace pero bastante menos, son unos segundos lo que tarda en volverse, echarme la mano al brazo o simplemente verme, y volver a cerrar la pestaña. O si quiere pecho, tarda dos minutos en acercarse, tomarlo y a dormir, ¡e incluso menos!  Ni me desvelo yo, ni se desvela él. Si lo dejara en la cuna toda la noche no tengo ni idea de las veces que llegaría a despertarse en total, lo que sí sé es que no descansaríamos ninguno de los dos.

Toda esta situación me llegó a preocupar realmente, no porque yo estuviera incómoda por ello o pensara que estaba perjudicando al niño, sino más bien por lo que pensaba mi círculo cercano, que precisamente era lo que no me dejaba descansar. Hasta que leí en uno de los libros del pediatra Carlos González, en medio de una contestación a la consulta de otra mamá en parecidas circunstancias a las mías, lo siguiente:

“Yo no me atrevería a dar unas normas; cada familia va probando hasta encontrar su propio equilibrio. Para muchos, lo más práctico y sencillo es poner al niño a dormir con los padres, sea en la misma cama o en una cuna a su lado. De ese modo, tan pronto como el niño protesta, le pueden coger y poner al pecho, antes de que se despierte del todo y «se pase de rosca». Algunos maman varias veces cada noche hasta los tres años o más, mientras que otros suelen dormir toda la noche antes de los dos años. No es que por la noche pasen hambre (no se me ocurriría, a cierta edad, darles un biberón), sino que el pecho es como una «anestesia», el método más rápido para que vuelvan a dormir. Para la madre es incómodo, pero duerme mucho mejor que si se ha de levantar para ir a ver al niño, o que si lo oye llorar durante horas. De hecho, muchas madres no saben cuántas veces mama su hijo cada noche, porque no se despiertan del todo.

No es cierto en absoluto que haciendo esto los niños se malcríen o malacostumbren o les pase nada en absoluto. Cuando crecen, son capaces de dormir sin su madre.” (Carlos González, Entre tu pediatra y tú)

A partir de esta lectura (de la de todo el libro, pues hay casos de todos los colores, como es lógico) descanso más tranquila porque sé que nuestra opción es la mejor para que todos descansemos dadas nuestras circunstancias ahora mismo y que no es algo que me deba preocupar. Si mañana esas circunstancias cambian, seguramente también lo haga nuestra forma de descansar. Por el momento, me quedo con que mi hijo está sano, fuerte, come bien, se divierte y duerme sus horas de descanso necesarias. Buenas noches.

(O “buenos días”, depende de a qué hora nos leas).

¿Cómo descansa tu familia?

Nuria

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Tags: bebés, descanso, dormir, Familias, hábitos, horas de sueño, niños, sueño

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