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Dragon Ball Z: La batalla de los dioses (2013)

Publicado el 11 junio 2014 por Rugoleor @rugoleor

Póster: Dragon Ball Z: La batalla de los dioses (2013)

La historia se sitúa varios años después de la batalla con Majin Buu. Bils, el Dios de la destrucción que mantenía el equilibrio del universo, se ha despertado de un largo sueño. Al escuchar rumores sobre un saiyajin que ha vencido a Freezer, Bils parte a la búsqueda de Goku. Emocionado por el hecho de que haya aparecido un oponente tan poderoso tras tanto tiempo, Goku ignora las advertencias de Kaito y decide enfrentarse a él.

Calificación: 6,870.

Tráiler de la Película

Ficha:

Título Original: Dragon Ball Z: Battle of Gods.
Director: Masahiro Hosoda.
Guionista: Yûsuke Watanabe.
Intérpretes: No hay actores (Animación).
Productor: Akira Toriyama.
Fotografía: No hay (Animación).
Música: Norihito Sumitomo.
Montaje:
Dirección Artística: Hiroshi Kato.
Diseño de Vestuario:
País: Japón.
Lugares de Rodaje:
Fechas de Rodaje:
Año: 2013.
Duración: 85 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 12 años.
Género: Acción, Animación, Ciencia Ficción, Fantástica.
Estreno: 30-05-2014.
DVD (Venta):
Distribuidora: Alfa Pictures, S. L. U., Selecta Visión, S. L. U.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España, Sitio Oficial.
Espectadores: 473.
Recaudación: 3.564,07 €.
Visitas: 4.

Fotograma: Dragon Ball Z: La batalla de los dioses (2013)

Crítica:

11-06-2014 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA

Luz, fuego, destrucción

Nueva entrega de una exitosa serie animada de nacionalidad japonesa, centrada esta vez en las peripecias del valiente Goku, enfrentado en un duelo a cara de perro con un pérfido genio del mal. Pero, cuando Osamu Tezuka, el padre de la moderna narración gráfica nipona, comenzó a dibujar ‘mangas’ (cómic en japonés) en el año 1961, seguro que no era consciente de la influencia que acabaría teniendo su trabajo. Sin él no existiría el ‘manga’ como es ahora: un rentable mercado a escala mundial, promocionado por artistas del calibre de Mamoru Shinzaki (“Hiroshima”, 1983), Katsuhiro Otomo (“Akira”, 1988), Hideki Takayama (“Urotsukidôji, La leyenda del señor del mal”, 1989) y, sobre todos, Hayao Miyazaki (“El viaje de Chihiro”, 2001).

En “Dragon Ball Z: La batalla de los dioses” asistimos a la tira de secuencias de acción, resueltas de forma vertiginosa por su máximo responsable (en colaboración con Akira Toriyama), sin dar un momento de respiro al espectador, pero sin un ápice de profundidad ni originalidad. Por otra parte, la premisa argumental destila una exuberante violencia, en sintonía con otras populares historietas de la franquicia, como “La saga de los Saiyajins”, “Freezer” o “Boo”.

Destruir para después crear es el propósito del malvado de la frenética función, representado de manera apocalíptica e incluso tremendista, al tiempo que sigue de cerca la estética con la que habitualmente se caracteriza a este tipo de villanos. El resto del filme es una acumulación de personajes y situaciones destinados a los admiradores de la serie, que incluye asimismo aprovechables reflexiones sobre el sentido de la justicia y las ventajas de trabajar en equipo. Sin embargo, en su conjunto, “Dragon Ball Z: La batalla de los dioses” es una aventura efectista y mucho más banal que la de, por poner un ejemplo memorable, “Guerreros del viento”, del siempre recomendable Hayao Miyazaki.


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