Sin duda, no se trataba de un billete de lotería. Ni siquiera estaba hecho de cartulina. Theodora sintió un escalofrío en la espalda. «Es mi ultima carta», dijo.
"Dragones y magia" es una historia de fantasía y aventuras pensada para el público preadolescente, que ofrece lo que promete el título castellano: dragones -dos- y magia -mucha-. El título original, Hatching Magic, tiene bastantes traducciones posibles, como "Incubando la magia", "Rompiendo el cascarón de la magia" o "Haciendo nacer la magia", cualquiera de ellos tan ilustrativo de la historia que relata como el elegido por la traductora española (o por quien decida estas cosas).
Escrito en 2003 y publicado en España en 2006, narra el enredo causado cuando la dragona Wicca, buscando un buen lugar para poner su huevo e incubarlo, viaja a través del tiempo desde la Inglaterra del siglo XII hasta la Boston del siglo XXI, a través de un túnel mágico escondido en un melonar del castillo en el que vive. En su busca partirán Gideon, su propietario y mago de la corte, y Kobold, hermanastro y enemigo del anterior, acompañado de Febrys, su esclava demonio con escasa capacidad de concentración.
El argumento de "Dragones y magia" transcurre a lo largo de unos cuantos días y se desarrolla en varias líneas narrativas paralelas, con una complejidad atractiva, tratándose de un producto para un público tan joven: por una parte, Wicca y su polluelo (¿o mejor dragonzuelo?), con el descubrimiento del chocolate y las dificultades de una mamá dragona para criar a un bebé dragón en el mundo moderno. Por otro, Gideon y su colaborador imprevisto, Merlin O'Shea, profesor de Harvard y mago contemporáneo, que ayudará a su colega medieval con la burocracia y los cambios que ha experimentado su gremio con el paso del tiempo. Otro más, el malvado Kobold y la adorablemente torpe e ingenua Febrys.
Y por último, la gran protagonista: Theodora Oglethorpe, una niña de once años, obsesionada con los dragones, cuya madre ha fallecido y cuyo padre, profesor auxiliar en la universidad, debe partir de viaje a Laos, dejándola con Mikko, una mezcla de niñera, empleada del hogar y secretaria. Theodora encuentra la carta que le falta para su mazo de cartas de dragones, la que permitirá entrar el Club de Dragones y Magia. La que aparece en la contraportada del libro. La misma carta que Gideon ha perdido de su Tarot Mágico. La misma que permite dominar a un dragón. La misma que daría el poder a Kobold, si la encuentra antes, de dominar a Wicca y volverla contra su amo...
"Dragones y magia" es una historia muy divertida, con mucho sentido del humor, en línea con la Fantasía cómica de Terry Pratchett, y con un segundo nivel de lectura apto para el público más adulto, incluyendo chistes y referencias a los mundos académico y corporativo. Es, con todo, un humor blanco, sin demasiada acidez, y se basa la mayor parte del tiempo en la incomprensión del mundo actual por parte de los viajeros temporales. La mayor comicidad procede de la pareja Gideon-Merlin y de la sufrida Febrys. Narrativamente es una aventura alocada, repleta de persecuciones, carreras, conjuros fallidos, malentendidos y situaciones que rozan el slapstick.
Trata también cuestiones delicadas, como la pérdida de un progenitor a corta edad, las dificultades por las que pasan las familias monoparentales o los problemas propios de la pubertad, cuando la aceptación por parte de los demás y la pertenencia a un grupo parecen tan importantes.
Como detalle curioso, cada uno de los veintiún capítulos van encabezados por una ilustración del polluelo de Wicca, que va evolucionando y tomando forma con la historia, incluso dentro de su transportín de gato cuando tal momento ocurre.
Existe una secuela, "El dragón de Ninguna Parte" (The Dragon of Never-Was). Desgraciadamente, Ann Downer padecía ELA y falleció en 2015, privándonos de más historias de fantasía.