Duelo (Parte I)

El duelo es un conjunto de procesos psicológicos y psicosociales que siguen a la pérdida de una persona con la que una persona estaba vinculada. Es un proceso natural para la supervivencia ante las pérdidas y separaciones. Ante una pérdida, la persona intenta adaptarse a nivel individual y externo, por tanto el duelo no es una enfermedad, aunque resulta ser un acontecimiento vital estresante de primera magnitud, que tarde o temprano hemos de afrontar, casi todos los seres humanos. La muerte del hijo/a y la del cónyuge, son consideradas las situaciones más estresantes por las que puede pasar una persona.

Además, el duelo tiene una serie de características:

1. Es un proceso único e irrepetible, dinámico y cambiante momento a momento, persona a persona y entre familias, culturas y sociedades. No es un proceso que siga unas pautas universales. El duelo tiene un papel activo en todo el proceso ya que es la persona doliente quien elige sus acciones y las lleva a cabo. En este sentido, también es un evento dinámico ya que la persona experimentará cambios, de humor, de bienestar…

2. Se relaciona inequívocamente con la aparición de problemas de salud:
   • El riesgo de depresión en viudos/as se multiplica por cuatro durante el primer año
   • Casi la mitad de viudos/as presentan ansiedad generalizada o crisis de angustia en el primer año
   • Aumenta el abuso de alcohol y fármacos; la mitad de las viudas utilizan algún psicofármaco en los 18 primeros meses de duelo
   • Entre un 10-34 % de los dolientes desarrollan un duelo patológic
3. Aumenta el riesgo de muerte principalmente por eventos cardiacos y suicidio.
4. Los viudos tienen un 50% más de probabilidades de morir prematuramente, durante el primer año de falta de su cónyuge.
5. La población en duelo demanda un mayor apoyo sanitario, incrementando el consumo de recursos, quizá por la pérdida de las redes sociales y con ellas de muchos de los recursos clásicos para el doliente (familiares, religiosos, vecinos, amigos, compañeros de trabajo,…).

1. Es un proceso en el que la persona tiene la sensación de que el mundo se paraliza, pero el duelo es un transcurso que evoluciona a través del tiempo y espacio.
2. Es una reacción normal ya que todos pasamos por un duelo cuando perdemos a un ser querido aunque los modos de reaccionar sean diferentes.

La muerte siempre va asociada a unas circunstancias que se pueden desglosar en: causa de la muerte; quién era el fallecido para el doliente y tipo de relación entre ellos; personalidad y recursos psicoemocionales del doliente; y finalmente la situación familiar, social, laboral, cultural, etc. que está viviendo el doliente en esos momentos. Este conjunto puede ser considerado normal, en el sentido de que no añade por sí mismo dificultades a las ya propias del duelo, o por el contrario puede complicarlo enormemente.

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