Revista Empresa

¿dueño o empleado?

Por Alejuro
En estos días estaba observando y pensando respecto de las distintas ópticas que se dan, a partir de las formas de pensar de un empleado, de un empleador, y de un trabajador autónomo.
Habiendo pasado yo por los tres lugares, indistintamente, durante gran parte de mi vida, me resulta quizás posible poder abrir el tema, relatando desde mis experiencias, con el objeto de invitar al lector a la reflexión, esperando a la vez que sirve como una forma de  aporte.
Desde mi experiencia, me resulta obvio a mi decir que esté del lado que esté, algunas veces  tuve una mirada del otro lugar como… “si yo estuviese de ese lado… que fácil sería”, y otras veces… “menos mal que no estoy de aquel lado, y me encuentro aquí”
Empleado en relación de dependencia:
Estar del lado del empleado, me ha dado muchas libertades, y al mismo tiempo muchas limitaciones.
De primera mano, pensar en que llega la hora de salida del trabajo, y que ahí se termina todo hasta el otro día, me aporta una tranquilidad grandiosa, puesto que he cumplido con mi jornada laboral, y que ya sea en mas o en menos, puedo dejar “en mi escritorio”, los problemas laborales hasta el otro día que comienzo nuevamente a trabajar.
En este mismo sentido, cuando llega fin de mes saber que, de algún modo (en realidad, de modo relativo y en términos normales) saber que cobraré mi sueldo. Digo, en el mismo sentido que el trabajo no me lo llevo a casa, sé que a fin de mes recibiré mi pago por mi trabajo.
Claro que, el horario de entrada es a las 8 hs, y ahí tengo que estar, en punto, marcando mi tarjeta, hasta las 17 hs que me retiro. Esto en el sentido de que ahí adentro tengo que estar, sin irme, sin otra libertad que la que me otorga mi jefe, o el lugar, el tipo de trabajo… todos juntos en realidad, como por ejemplo: trabajar en silencio, no navegar por Internet, no escuchar radio ni música, hablando en voz baja. Esto es para mencionar apenas algunas reglas internas a las que me ha tocado estar atento, y a efectos de que el lector de estas palabras imagine una escena.
En un caso como el mío, persona activa y pro-activa, organizada y organizadora, no tardo en hallar limites. Quiero decir, trabajando como empleado, tengo la posibilidad de moverme, pero dentro de los límites que me trazan claramente, cumpliendo estos limites tanto mi cuidado para no hacer lo que me corresponde, y al mismo tiempo “las zonas por donde puedo y debo moverme”. Todo esto se me puso de manifiesto cuando, luego de un tiempo de estar de empleado en un lugar, mi propia forma de ser hizo que quisiera expandirme, extenderme en mis funciones, y mi jefe me dijera “no…. Hasta acá llegás, mas allá estamos nosotros”. ¿se entiende?. Este era un lugar donde se me pedía cumplir con mis obligaciones, no menos ni mas, lo que se convirtió en contraproducente para mi persona.
Otra de las cosas a las que tuve que habituarme, es a darme cuenta de las “internas”, es decir, quien está con quien. Quién está del lado del jefe, y quien del lado de los empleados, pues esta interna se da todo el tiempo.
Si el jefe es buena onda, entonces de algún modo me comprometo aun mas con el lugar, aunque si me hubiese tocado uno de esos jefes que compite con sus subordinados que muestran mejor despliegue que él mismo, no sé qué hubiese ocurrido.
Como Empleador:
Mi experiencia del lado del empleador en un negocio con gente, tiene otros ribetes completamente distintos.
Por un lado, es necesario para mi generar trabajo suficiente para mantener a los empleados que tengo como empleados de mi empresa. Esto es visto desde el lado de mi responsabilidad en cuanto a mi mirada humanística, y pensando en que son familias que necesitan de algún modo, alguna seguridad o garantía que no solo a fin de mes obtendrán el pago por su trabajo, sino que ademas (y esto es relativo…) garantizar una continuidad laboral que le permita a la persona organizarse a partir de esto, en su vida.
Significa entonces que de algún modo, necesito estar pendiente de la búsqueda y generación del trabajo, dependiendo claro del tipo de negocio que llevo adelante.
Si mi forma de trabajo no es lo suficientemente empática y armónica con los empleados, o gente a cargo, entonces lo que surge es una “fuerza” en contra de parte de ellos hacia mi, que se traduce en críticas, y resistencias que no solo no suman, sino que por el contrario restan a la hora de necesitar colaboración de parte del personal.
Permitiéndome unir estos últimos dos puntos, digo que la flexibilidad horaria y la responsabilidad por la generación de trabajo, hace que no pueda dejar el trabajo cuando me voy de él, sino que sigo pendiente fuera del ámbito laboral también, lo que en definitiva, esta “ventaja” vista de alguna manera, es al mismo tiempo, una desventaja.
Al mismo tiempo, ser el empleador, me da libertades que me permiten por ejemplo, y dentro de lo que el mismo trabajo permita, gozar de ciertas libertades, como por ejemplo que mis limites de movimiento los pongo yo como empleador: mis horarios, ir y venir del lugar de mi trabajo. Ciertamente y de algún modo es una ventaja que, para mi gusto, es importantísima pues no soy una persona que guste estar sentado detrás de un escritorio o en un puesto de trabajo todo el día, al igual que mis horarios, siempre dependiendo de las labores del día.
Necesito aclarar aquí que, si bien no es que todo el mundo “guste estar detrás de un escritorio todo el día”, hay personas que sí les gusta, lo disfrutan, lo prefieren.
Trabajador por cuenta propia:
Quiero decir a que trabajo por mi cuenta, sin empleador, sin empleados. Pongo como ejemplo una profesión de salud, donde hago atención en consultorio propio, y al mismo tiempo desarrollo actividades grupales.
Una de las cosas que aquí me aparece es la necesidad de generar trabajo. Si bien y de algún modo, tener pacientes puede (puede) significar que éstos sean de frecuencia habitual, y que a su vez éstos traigan a mas pacientes, al mismo tiempo no resulta ser tan así; es necesario hacer campaña de varias maneras, como por ejemplo publicidad.
Y poniendo el foco en las actividades grupales, aquí el trabajo es distinto, y quizás mas arduo, pues la actividad es para una fecha, lo que hay que contemplar publicidad, materiales a utilizar, inscripción de gente, etc., recordando que primero y principal es preparar la actividad, la “cocina” donde se piensa en el desarrollo técnico de la misma.
Ser un trabajador autónomo, también implica que nadie mas que yo mismo, me obliga a trabajar. Dentro de lo establecido, puedo disponer de mis horarios, de cuando hacer las cosas (exceptuando las tareas programadas: turnos, actividades grupales). Puedo decidir dejar cosas para después, o para el otro día, claro que… la responsabilidad y las consecuencias son siempre hacia mi, ya sean beneficios o perjuicios de esto.
Pero claro, si puedo contar con una exigencia adecuada, es decir, la necesaria para el caso, entonces una vez organizadas mis labores entonces cuento con la libertad de disponer de mis propias tareas, horarios, actividades. Puedo elegir qué quiero hacer, y como, disfrutando al mismo tiempo de hacer lo que me gusta, estableciendo mis propias reglas y límites, manteniéndolos flexibles de acuerdo a las necesidades.
La Invitación:
Dejo de este modo al lector con una serie de ventajas y desventajas que he encontrado en mi camino de transitar los distintos modelos de trabajo, puestos sobre la mesa.
Lo invito estimado Lector a preguntarse, si es que quizás está en miras de un cambio en su vida, o bien tiene la posibilidad de elegir:
¿Cuál es el modelo que mas se ajusta a su necesidad?. ¿Cuáles desventajas está en condiciones de afrontar?… O bien ¿Qué ventajas elegiría absorber, con el objetivo de disfrutar de las ventajas que le puede ofrecer el modelo?
Después de todo, nunca está de más revisarse para saber lo que no quisiera para uno mismo, y lo que sí.
Clr. Alejandro Juroczko
@alejuro
www.fb.com/empresasmashumanas

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