Revista Cocina

DUMPLINGS EN CALDO DE VERDURA [Reinicio y re-posesión de uno mismo]

Por Anamelm
DUMPLINGS EN CALDO DE VERDURA [Reinicio y re-posesión de uno mismo]

DUMPLINGS EN CALDO DE VERDURA [Reinicio y re-posesión de uno mismo]DUMPLINGS EN CALDO DE VERDURA [Reinicio y re-posesión de uno mismo]

Primer post del año.

¿Qué, como ha ido la cosa?

Voy a suponer que has sobrevivido a las Navidades todo lo más dignamente que has podido, y que a estas alturas has comenzado a trabajarte la conciencia apuntándote a yoga, meditación y zumba, y has llevado la báscula a la caja fuerte del banco hasta que pase el roscón y vuelvas a ser tú. Bien. Estás en el camino de tu recuperación personal.

Porque esto de ahora, no eres tú. Igual que esto de ahora, tampoco soy yo. Por fuera no se nota, pero por dentro nos ha poseído el espíritu del descontrol. Y lo sabemos.

Pero no sufras, la posesión navideña tiene los días contados. Con el último trozo de roscón [allá por la semana que viene, a finales, y convertido en pudding] el encantamiento se rompe y todos volvemos a nuestro ser en cuerpo y espíritu. La parte del cuerpo cuesta un poco más, porque el cabrón de espíritu navideño nos ha encogido la ropa. Pero apretujados o estrenando ropa, volvemos.

¿Y por qué sé que te ha poseído el espíritu navideño? Bueno, eso sólo lo sabes tú, haz un acto de conciencia y dime, sinceramente si, un año más...

    Te has prometido [por tu Nordic Ware] mantener la compostura durante la cena anual de empresa, pero las fotos que rulan por ahí insisten en dar una imagen de ti que no es exactamente... decorosa. Y tú no recuerdas en qué momento te subiste a la mesa a bailar El Venao con la anciana madre de tu jefe.
    Te creíste a salvo de absurdas tentaciones de turroncitos y memeces de esas, y cuando la bandeja de surtido navideño te pasó cerca te descubriste engullendo cual orco los alfajores y los mantecados con papel y escupiendo pequeños trozos de bandeja al terminar.
    A ti no te gustaba el roscón, por eso del regusto a ron que deja, pero los copazos de ron con hielo que te metiste pa'l cuerpo en nochevieja te hicieron cambiar de idea y ahora te comes el bollo y no sólo el relleno.
    Este año te sentías libre de regalos idiotas y [no sabes cómo] te has apuntado a tres amigos invisibles, y por alguna extraña razón te has fundido la visa hasta derretir el plástico comprando bufandas, bombones y paraguas. Le has hecho un regalo al gato y le has comprado galletas decoradas a tu hamster.
    Te creías liderando una cruzada contra el capitalismo de la Navidad. Pero hiciste una excepción. Lo entiendo, ese perfume estaba tan barato... Esos guantes eran tan bonitos... Aquellas botellas de vino te venían tan bien para pasar el año... El abrecartas de angelitos en pelotas era tan buena oportunidad... Tu paraguas del año pasado estaba tan viejito... Y siendo justos, tú no tenías un par de botas marrones medio-tacón alto pero cuadrado-media caña-con borreguito. Justo esas, no las tenías.
    Te habías jurado por snoopy que en Navidad ibas a comer sopa, verduras a la plancha y pescadito al horno todo el tiempo que comieras a solas. Pero claro, a tu madre le gusta tanto el cocido que el día que vino a verte, como no ibas a hacérselo para cenar. Y a tu vecina le chiflan los torreznos, y de la que pasó a darte una carta equivocada de buzón pasa mujer, que he hecho café para desayunar y... justo iba a hacer torreznos, que los bordo! Pero sí, después de los torreznos te hiciste una dorada a la espalda, que tú no eres de incumplir promesas así porque sí.
    Cada año guardas ese vestido ochentero de lentejuelas con hombreras sólo por los buenos recuerdos, y cada año en nochevieja te lo pones otra vez. Y te ves a ti misma vestida como un árbol de navidad, con el vestido de lentejuelas, los zapatos de charol color champán y el collar de espumillón. Pero como cuando sales de casa ya vas borracha como un piojo, te das cuenta de todo cuando te enseñan las fotos.

Bien. ¿Nos hemos reconocido, tal vez?

Queda una semana. O unos días, según tus tiempos para terminarte todos los restos del roscón de nata, del de trufa, de ese sin relleno y de uno que habías comprado sin gluten y no sabes por qué...

La parte de la recomposición moral y de decoro, la dejo en tus manos. La parte de iniciar una nueva vida libre de azúcar la podemos hacer juntas. Y de la mano de Yotam Ottolenghi, que este mes ha sido nuestra estrella en #cookingthechef.

¿Te sirvo una poca?

DUMPLINGS EN CALDO DE VERDURA [Reinicio y re-posesión de uno mismo]
DUMPLINGS EN CALDO DE VERDURA [Reinicio y re-posesión de uno mismo]

Zanahorias, 2 pequeñas [150 g]

MODUS OPERANDI

Ciruelas secas, 4 uds

Vamos a hacer ambas preparaciones al tiempo, para acortar al máximo la elaboración [que no es rápida de por sí]: Coceremos las verduras de los dumplings, pondremos en marcha el caldo, retomaremos los dumplings para triturar la mezcla y volveremos al caldo a última hora, sólo habrá que llevarlo a ebullición y cocer los dumplings.

Lo primero que hacemos es poner al fuego una olla pequeña con agua y sal y dejamos que hierva. Mientras este agua coge temperatura, pelamos el nabo y la patata. Lo ponemos en la olla que tenemos esperando, y cocemos ambas verduras 20 minutos o hasta que estén tiernas.

Mientras la verdura cuece, vamos a ponernos con el caldo.

Preparamos las verduras: Cortamos la cebolla en cuartos, y el apio y la zanahoria en bastoncitos [al final de la cocción, vamos a desechar la cebolla y utilizaremos el resto]. Limpiamos los dientes de ajo.

En una olla grande ponemos a calentar una o dos cucharadas de aceite. Cuando tenga temperatura, pochamos ligeramente las verduras que acabamos de preparar [cebolla, ajo, zanahoria y apio] hasta que tengan un tono ligeramente dorado, unos 5 o 10 minutos.

Añadimos a esta olla las hierbas [tomillo, perejil, laurel], la pimienta, las ciruelas secas, y agua abundante. El caldo tendrá que reducir durante una hora, calcula que al final queden dos raciones de sopa [siempre puedes corregirlo sobre la marcha].

DUMPLINGS EN CALDO DE VERDURA [Reinicio y re-posesión de uno mismo]

Y dejamos que se cocine, a fuego bajo, entre una hora y una hora y media.

A estas alturas, el nabo y la patata que tenemos cociendo para los dumplings deberían estar listos. Los sacamos del agua de cocción, la desechamos y devolvemos la olla ya vacía al fuego.

Ponemos una cucharada de aceite y salteamos un diente de ajo hasta que esté un poco dorado. Añadimos a la olla las dos verduras y las dejamos 2 o 3 minutos para que pierdan la humedad. Se desharán por el camino, no pasa nada, vamos a triturarlas.

DUMPLINGS EN CALDO DE VERDURA [Reinicio y re-posesión de uno mismo]

Pasamos las verduras [patata, nabo, ajo] a un cuenco. Añadimos el resto de ingredientes de los dumplings [harina, huevo, sal y pimienta] y lo trituramos hasta tener una pasta lo más fina posible. Tapamos, y lo llevamos a la nevera como mínimo 30 minutos.

Mientras hacemos todo esto, nuestro caldo se va haciendo despacito, lo dejamos tranquilo hasta que la masa de los dumplings haya reposado media hora [o hasta una hora, si tienes tiempo]. Vigilamos que no se quede sin agua. Si nos parece que ya está todo lo cocido que queremos, podemos retirarlo del fuego y retomarlo una vez la masa esté preparada.

Una vez la masa está fría y reposada, retomamos el caldo. Lo primero que vamos a hacer es colarlo, para retirar los tropezones. De las verduras que hemos usado, rescatamos la zanahoria y el apio y desechamos el resto. Probamos el caldo y ajustamos la sal.

Llevamos el caldo a ebullición y empezamos a hacer los dumplings. Usaremos dos cucharas. Nos colocamos cerca del fuego, con el bol de masa cerca de la olla. Mojamos ambas cucharas en caldo, cogemos con una de ellas una porción de masa del tamaño de una quenelle pequeña [una croquetita] y le damos forma pasando la masa de una cuchara a otra varias veces hasta que tengamos una quenelle más o menos apañada [la masa es difícil, con las cucharas mojadas se gestiona medio bien].

Dejamos caer el primer dumpling en el caldo, y continuamos haciendo quenelles de masa. Los dumplings están cocidos cuando lleven flotando en el caldo medio minuto. Si ves que se apelotonan en la olla, es aconsejable sacarlos a un plato conforme estén cocidos. Si hay superficie para todos, no haría falta.

La verdura podemos añadirla al caldo justo cuando estemos terminando de hacer los dumplings, para que no nos estorbe en el proceso. Sólo hay que darle un minuto más para que coja la temperatura.


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