Revista Música

Duran duran – capítulo 3

Publicado el 18 septiembre 2017 por Perendengon

DURAN DURAN – CAPÍTULO 3

Hola Graminoleños.

Nos aprestamos a disfrutar del tercer y último capítulo dedicado a Duran Duran, con la música que el grupo nos ha ido ofreciendo con la llegada del siglo XXI. Dejábamos su historia justo en el año 1997 cuando publicaban “Medazzaland” y quedaban inmersos en una profunda crisis creativa ante los malísimos resultados del disco. Se encontraban en una encrucijada que no sabían hacia donde iba a conducirles, pero no iban a arrojar la toalla tan fácilmente.

Tras tres largos años sin saber de ellos, el por aquel entonces trío iba a publicar un nuevo disco con el objetivo de recuperar el terreno perdido e intentar que su música volviese a ser de interés. Sin embargo iban a tocar en hueso y si ya de por sí se encontraban en una clara crisis, con los resultados de este nuevo trabajo ya nadie apostaría absolutamente nada por Duran Duran.

El disco aparecería en el mercado en el año 2000 bajo el título de “Pop Trash” y evidenciaría bien a las claras que no tenían demasiado claro hacia donde se dirigían. Un álbum con una música lenta y cadenciosa como nunca habían hecho y con la guitarra de Cuccurullo tomando el mando sin acabar de conquistar al público.

DURAN DURAN – CAPÍTULO 3

La mayoría de las canciones de este disco son baladas o medios tiempos que impiden que el disco tenga el ritmo habitual de sus trabajos de mayor éxito. En las pocas ocasiones en las que los ritmos son más rápidos, la guitarra de Cuccurullo tiene un sonido excesivo que les acerca al heavy e incluso al grunge. La impresión es que habían querido reinventarse de algún modo buscando darle un giro a su carrera y se les había ido la mano, la creatividad o ambas cosas posiblemente.

El primer sencillo del disco sería “Someone Else, Not Me”, una lenta balda que se iba a convertir en el single con menos recorrido de toda su carrera. Entraría en una discreta posición en las listas de éxitos y de la misma manera que llegó desaparecería casi inmediatamente.

Habida cuenta de los pobres resultados tanto del álbum al completo como de este sencillo, la discográfica tomaría la determinación de no publicar más singles ni gastar lo más mínimo en tiempo o dinero en su promoción. Podría decirse que habían arrojado definitivamente la toalla. Habían sido muy grandes pero ya no tenían la creatividad necesaria para sobrevivir en el panorama musical del nuevo siglo. La fórmula parecía agotada.

Con la llegada de Cuccurullo al grupo estaba claro que la importancia del sonido de la guitarra había crecido exponencialmente. Él era un auténtico virtuoso de las cuerdas y con el paso del tiempo había ido adquiriendo cada vez más protagonismo tanto en las labores de composición como en la influencia en el sonido del grupo. Lamentablemente, pese a su esfuerzo los resultados no estaban siendo los esperados.

Basta con escuchar “Playing With Uranium” para darse cuenta de la contundencia que el sonido de la guitarra había adquirido en los últimos tiempos y que marcaría el sonido del nuevo álbum. ¿Mala música? Posiblemente no, pero esto no era Duran Duran ni por asomo, era otra cosa bien distinta.

De lo que no cabe ninguna duda es de que nos encontramos ante el disco más raro y experimental de toda su carrera y el que iba a marcar un nuevo punto de inflexión, uno más, habida cuenta de que con él podría decirse que habían tocado fondo. Si querían seguir adelante había que realizar cambios y éstos tenían que ser rotundos y contundentes.

Le Bon detectaría entonces el que él creía que era el problema y lo iba a atajar de raíz. Tras la marcha de John Taylor y la entrada en su sustitución de Cuccurullo la carrera de la banda había ido cuesta abajo sin fin, por lo que estaba claro cual era la decisión a tomar. Si a esto le añadimos que en los últimos años había estado acercándose John, Roger y Andy Taylor intentando convencerles sobre la posibilidad de volver al grupo, quedaba muy claro como iban a desarrollarse los acontecimientos a partir de ese momento.

Así pues, en el año 2001 se anunciaría la salida del grupo de Cuccurullo y el retorno de los tres  Taylor, por lo que recuperaban de golpe la formación inicial que tantos y tantos éxitos les había proporcionado. Por si fuera poco llegaría también el anuncio de la inminente grabación de nuevos temas que iban a formar parte de un próximo disco, aunque se lo tomarían con cierta calma y tardarían todavía unos años en cumplir con este anuncio.

Reunidos de nuevo los cinco fundadores en el estudio de grabación, crearían un estado de euforia que les llevaría componer suficientes canciones como para publicar hasta tres discos. Sería entonces cuando se encontrarían con la cruda realidad. Ya nadie confiaba en ellos, les consideraban acabados y ningún sello discográfico estaba dispuesto a apostar por ellos arriesgándose a publicarles un nuevo disco. Se encontraban pues con un sinfín de canciones nuevas pero sin posibilidad alguna de publicarlas.

Lo cierto es que tras tantos años de experiencia sabían perfectamente cual tenía que ser la estrategia a seguir. Les había costado mucho darse cuenta de que los cinco juntos eran los verdaderos Duran Duran y no estaban dispuestos a rendirse. No lo habían hecho antes y no lo iban a hacer ahora. Así que con la excusa del reencuentro organizarían una serie de conciertos en grandes recintos, primero en Estados Unidos y posteriormente en el Reino Unido y resto de Europa, que resultarían un espectacular éxito, demostrando que el público estaba con ellos, que no los había olvidado y que seguían vivos, muy vivos. Además, la crítica especializada que en un principio se tomaría a broma su regreso terminaría rindiéndose a sus actuaciones realizando críticas muy favorables.

Como no podía ser de otra manera, finalmente encontrarían una discográfica que apostaría por ellos y de esta maner, en el año 2004 saldría al mercado “Astronaut”, el primer disco con la formación inicial después de casi diez años.

DURAN DURAN – CAPÍTULO 3

Puede que la expectación que había levantado la publicación de este disco fuese la gran responsable de que cosechara un gran éxito en cuanto a ventas y críticas, pero lo cierto es que habían regresado a una música reconocible y habitual en su carrera. Se lo habían currado mucho y el justo premio les había llegado nada más aparecer el álbum en el mercado.

Durante los conciertos que ofrecieron como “gancho” para captar algún sello discográfico y reconciliarse con el público ya estrenaron alguna de las canciones que serían incluidas en “Astronaut”, pudiendo comprobar que una de las que más aceptación tendría sería “(Reach Up for the) Sunrise”, por lo que no es de extrañar que fuese la elegida para ser publicada como primer sencillo.

Como puede comprobarse habían abandonado ese excesivo protagonismo de la guitarra que habían adquirido con la incorporación en su momento de Cuccurullo y de nuevo hacían un pop sencillo y acompadado muy cercano al sonido que siempre les había dado buenos resultados. Sonaban claramente a los Duran Duran de siempre.

Sus ventas fueron espectaculares y lograrían el reconocimiento del público de siempre, de sus auténticos fans, así como de un nuevo público más joven que no conocía su música y que de inmediato quedarían atrapados por ellos. Lo mejor de todo es que sus temas de siempre no sonaban antiguos y sus nuevas canciones tenían todos los atractivos para adquirir gran popularidad.

Así pues, el segundo sencillo, “What Happens Tomorrow” también lograría un gran éxito. Era curioso comprobar que después de tantos tumbos, de tantos cambios de estrategia y de sonido, todo se reducía a hacer su música de siempre.

Otra de las curiosidades de este disco sería que les haría regresar a los puestos de privilegio de las listas del Reino Unido, algo que no se producía desde hacía mucho tiempo. “Astronaut” obtuvo grandes resultados a ambos lados del Atlántico, pero a pesar de que su retorno tuvo lugar antes en Norteamérica, sería en Europa donde lograría mejores números.

Lo mejor que puede decirse de este disco es que cuando sus canciones sonaban en sus actuaciones en directo no desentonaban lo más mínimo con respecto a sus éxitos de siempre, como sucedía con “Virus”, quizás el tema más intenso y contundente del álbum y en el que la guitarra suena con mayor potencia. Buena canción.

Tras haber recuperado con creces el terreno perdido tenían muy claro que no iban a cometer el error de precipitarse. Habían vuelto a la senda del éxito, habían conquistado de nuevo al público y lo que no podían permitirse es publicar inmediatamente otro disco que supusiera un nuevo retroceso como ya les había sucedido en algunas ocasiones.

Así pues, empezarían a trabajar en un nuevo disco pero sin fecha concreta de publicación, por lo que pasarían más de tres años antes de que se produjera este hecho. Eso sí, mientras tanto no permanecerían parados ya que alternarían la composición de nuevas canciones con algunos conciertos y con alguna colaboración con instituciones benéficas y ONGs.

Entre estas colaboraciones destacaría la grabación de “Instant Karma”, clásico de John Lennon, en una colaboración con Amnistía Internacional aprovechando que en el año 2006 se conmemoraba el 25 aniversario de su fallecimiento.

En ese instante anunciarían que estaban trabajando en un inminente nuevo disco para el que iban a contar con la producción de Timbaland así como la de uno de los cantantes de moda del momento que siempre había manifestado ser admirador del grupo.

El artista en cuestión no era otro que Justin Timberlake, por lo que en ese mismo año aparecería como anticipo del nuevo disco el sencillo titulado “Falling Down”, en el que los chicos de Duran Duran contarían con la aportación vocal de Justin.

Cuando todo parecía preparado para que ese nuevo disco viese la luz surgiría una sorpresa inesperada. Nuevamente Andy Taylor daría la espantada y decidiría abandonar el grupo en medio de la grabación del álbum, alegando que con la producción de Timbaland el grupo había vuelto a perder su esencia y que él había decidido arrojar la toalla. La noticia pillaría desprevenidos a todos y originaría una nueva crisis dentro de la banda.

Ni que decir tiene que la grabación se vería interrumpida, ya que todos estarían de acuerdo en que había que empezar prácticamente de cero. El primer paso era buscar un sustituto para Andy, siendo en esta oportunidad el elegido Dominic Brown, quien ya había colaborado con ellos en alguna gira. En un principio su cometido iba a ser el de sustituir a su antecesor únicamente durante la grabación del nuevo disco y la correspondiente gira, pero finalmente se integraría de facto en la banda.

Tras continuos retrasos, finalmente en el año 2007 vería la luz el nuevo disco el cual llevaría el título de “Red Carpet Massacre”.

DURAN DURAN – CAPÍTULO 3

Lo cierto es que los problemas de grabación y las diferentes formas de entender la música de cada uno de ellos, así como las innovaciones que la producción de Timbaland había introducido en el sonido del disco traerían consigo que éste no funcionase comercialmente como ellos esperaban. Una vez más se habían quedado a medio camino y de nuevo el error de apartarse del tipo de música que dominaban y que el público les reclamaba les iba a llevar a un nuevo tretroceso.

De alguna manera estaban obsesionados con integrarse en los estilos musicales de la época, pero la realidad indicaba que cada uno está capacitado para lo que mejor sabe hacer y las tendencias del indie-rock o el hip-hop que que querían dominar no estaban a su alcance.

Las ventas del disco sería bastante bajas y la decepción bastante clara. Si me pedís mi opinión creo que éste es el disco menos “Duran Duran” de toda su carrera. Si escuchamos su música sin saber quién está detras jamás apostaríamos porque eran ellos los intérpretes, con esto queda todo dicho. Para muestra un botón, este discotequero y desproporcionado “Nite-Runner” en el que volverían a contar con la colaboración de Justin Timberlake. De verdad que da la impresión de que es un disco de Timberlake en el que colaboran Duran Duran más que a la inversa.

La historia se repetía una vez más y a un disco con muy buenos resultados, casualmente con la música que más les ha caracterizado, le seguía un contundente fracaso por intentar innovar o componer auténticas excentricidades que no iban con ellos. De esta manera, nuevamente tendrían que nadar contra corriente para recuperar el terreno que habían vuelto a perder.

Ni que decir tiene que para su nuevo disco prescindirían de Timbaland, poniéndose en manos de otro de los productores de mayor éxito del momento, Mark Ronson. El cambio iba a ser muy productivo ya que éste no se complicaría lo más mínimo y les ayudaría a crear nuevas canciones que se asemejaban totalmente a la música que en los ochenta y noventa les habían llevado al estrellato.

El disco aparecería en el marcado en año 2011 bajo el título de “All You Need Is Now” e iba a hacerles recuperar el terreno perdido además de llevarles al terreno que mejor dominaban: una música reconocible, pop, con sus sintetizadores y sin ningún tipo de influencias extrañas.

DURAN DURAN – CAPÍTULO 3

Las semejanzas de la música que incluye este nuevo álbum con la que realizaron en sus momentos de mayor éxitos son muchas. Y no únicamente por el sonido que muestran sino incluso por la manera de enfocar el videoclip del tema que sería publicado como primer sencillo.

Me estoy refiriendo a “Girl Panic” cuyo videoclip muestra muchas similitudes con su famoso “Girls on Film”, en lo relativo a unas imágenes sensuales que no fueron demasiado bien encajadas por los de siempre. Para la realización del vídeo no escatimarían ningún esfuerzo y las protagonistas del mismo serían modelos de la talla de Naomin Campbell, Eva Herzigova, Cindy Crawfod, Helena Christensen y Yasmin Le Bon, esta última mujer de Le Bon. Cada una de ellas interpretarían a su manera el papel de cada uno de los componentes del grupo en un vídeo que pasa por ser de los más destacados de toda su carrera.

La vuelta a sus orígenes es evidente y si cerramos los ojos escuchando este disco estoy convencido que todos nos sentimos trasportados a la década de los 80. Buena música que traería consigo una buena acogida por parte del público que volvería a comprar un disco suyo en cantidades considerables, sobre todo en Reino Unido donde se desataría una especie de “revival” con su música.

Por las tierras británicas una de sus canciones alcanzaría los puestos de privilegio de las listas y sería emitido una y otra vez por las emisoras de radio. Se trata de “Leave a Light On”, otra canción que nos recuerda a los mejores Duran Duran de siempre a ritmo de balada.

Lo habían vuelto a hacer, habían vuelto a renacer de sus cenizas cuando nadie lo esperaba y volvían a tener el reconocimiento de público y crítica que tan a menudo habían estado perdiendo. La pregunta que todos se hacían en ese instante sería si habían aprendido de una vez por todas la lección y si iban a ser capaces de no experimentar en su nuevo trabajo y continuar la senda que les había marcado este “All You Need Is Now”.

Está claro que de los errores se aprende y ellos habían cometido a lo largo de más de 30 años de carrera muchas equivocaciones, por lo que se supone que habrían aprendido bien la lección. Efectivamente en esta ocasión se dejarían de riesgos innecesarios para publicar un nuevo disco con las mismas características del anterior.

Además se lo tomarían con calma ya que pasarían cuatro años antes de que el que es hasta ahora su último disco viera la luz. Lo haría en el año 2015 y llevaría el título de “Paper Gods” y en el contarían con algunas colaboraciones muy especiales, siendo la más llamativa la de John Frusciante, guitarrista de los Red Hot Chili Peppers.

DURAN DURAN – CAPÍTULO 3

El disco mostraría algo más de contundencia en las canciones en las que participó Crusciante, pero en líneas generales seguía las pautas de buen pop sin demasiados artificios, con temas para bailar y algunas baladas. En definitiva, mostraba lo que mejor sabían hacer, música made in Duran Duran.

El sencillo de presentación contaría con unos acompañantes de lujo. Por un lado el habitual Nile Rodgers que siempre ha estado muy ligado a su carrera y por otro la mágica voz de esa preciosidad de mujer que es Janelle Monae. El resultado final sería una canción de tanta calidad como “Pressure Off”.

El disco tendría muy buena acogida por parte del público, sobre todo del británico, donde llegarían a cifras que no habían alcanzado desde hacía más de veinte años, confirmando que por fin habían vuelto al buen camino, haciendo una música identificable. Además en esta oportunidad le darían un cierto toque de modernismo con esas distintas colaboraciones con las que contarían en algunas de las canciones.

Otra de las artistas que pondrían su voz a disposición del grupo sería la canadiense Kiesza dejándonos uno de los momentos más destacados del disco con “Last Night in the City”.

Evidentemente, si Crusciante ofrece su guitarra a este trabajo, alguna de sus canciones tiene que ser destacada. Es más, una de esas composiciones en las que él participó es para mí la mejor de todo el disco. Un baladón de esos a la antigua usanza con una guitarra que acompaña a la perfección la voz de Le Bon. Sin duda alguna, “What Are the Chances” es uno de sus mejores temas de su última época.

Y hasta aquí llega, hasta el momento, la trayectoria de Duran Duran. Es difícil encontrar a un grupo en el panorama musical internacional que haya sido capaz de sobrevivir a la cantidad de bandazos que ha ido dando a través del tiempo. La mayoría de ellos se habría quedado por el camino pero Duran Duran han sabido superar cada golpe con un nuevo disco de éxito.

Ni las diferencias personales entre sus miembros, ni sus adicciones, ni su obsesión por evolucionar en su sonido han podido romper un grupo que lleva más de 30 años publicando discos y es posible que lleguen en algún momento a superar los 40 años juntos. Además su influencia en los jóvenes de la década de los 80 y en la música de aquella época fue tan evidente que hay que considerarles sin ningún lugar a dudas como uno de los grandes grupos de la historia.

Aquí lo dejamos por hoy. Ya sabeís, en unos días más música, más disfrute.

Hasta la próxima, Graminoleños.

JUAN JOSÉ GOMARIZ


DURAN DURAN – CAPÍTULO 3

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