Revista Espiritualidad

Economía del conocimiento

Por Agustin Grau @agustgrau

Si quieres tener éxito en los tiempos venideros, debes apostar por algo que ya está en boca de muchos: la economía del conocimiento.

¿De qué se trata?

Del sector de la economía que te proporciona ingresos, poder y libertad.

Del de la economía que no está afecto a las crisis ni a los ciclos económicos, que no está afecto al poder de las élites ni de las minorías económicas. Al contrario, y es más: del sector de la economía que te permite incidir sobre ellas si tu conocimiento es mayor.

Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay un mal: la ignorancia. Sócrates.

Este señor (Sócrates) debía tener razón, así que vamos a hacerle caso.

Empezamos por preguntarnos:

¿Qué es exactamente la economía del conocimiento?

Podemos definirla como aquel sector de la economía que utiliza el conocimiento o la información para generar valor, ofrecer resultados, mejoras, utilidades, y de esta manera afectar positivamente la vida de las personas, llevando las mismas a un nivel superior.


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Podría argumentarse que esto ha sido así más o menos toda la vida, y efectivamente así es: el conocimiento siempre ha sido el motor de cambio y evolución en todas las sociedades. Lo que justifica el que hoy hablemos con más intensidad de este fenómeno, de este tipo de economía, son dos cuestiones:

  • Por un lado, el hecho de que antes el conocimiento era menor y no imprescindible (si eras un zoquete, siempre podías labrar la tierra), mientras que hoy es mayor y absolutamente imprescindible (si quieres tener empleo y/o ingresos, claro).
  • Por otro, el hecho de que el ritmo de producción de conocimiento es hoy mayor que nunca (evolución exponencial). No da tiempo a asimilarlo todo y se impone una tarea de búsqueda y selección.

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Y al hilo de esto también podríamos preguntarnos:

¿Pero qué es el conocimiento?

Pues es la información, el conjunto de datos que tenemos acerca de determinadas materias y que, debidamente ordenados, nos permiten afectar a nuestro entorno: crear productos, ofrecer utilidades, mejorar lo existente, y a su vez producir más conocimiento para seguir innovando.

¿Es lo mismo que la sabiduría? Para mí el conocimiento es la antesala de la sabiduría, y NO son conceptos sinónimos. Puedes saber mucho, por ejemplo, como una enciclopedia o un papagayo, y no tener ninguna sabiduría, no ser nada sabio.

Por eso tener conocimientos, en mi opinión, es el paso previo a la sabiduría. Y ser sabio, para mí, es el estado que se produce cuando interiorizas y haces tuyo el conocimiento y permites que brote de ti como verdad asimilada.  Ese estado, indubitado y certero, es el que te permite crear y ser poderoso y libre.

¿Qué consecuencias se derivan de una economía del conocimiento?

La principal es que una sociedad que apueste por este tipo de desarrollo debe invertir en capital humano, talento humano, formación, innovación y aprendizaje. El conocimiento es la puerta de todo y hoy más que nunca.

Pero no ha sido así a lo largo de la historia.

Si echamos la vista atrás y nos preguntamos qué puedes ofrecer para trabajar, o qué es lo que más se valora a la hora de determinar la capacidad o aptitud para un trabajo, nos encontramos con diferentes respuestas a lo largo de los tiempos:

  • En los inicios, sociedades agrícolas, se valoraba la fuerza bruta.
  • Posteriormente, en las sociedades industriales, la disciplina y metodología: el ser ordenado, obediente, metódico, mecánico, un poquito borrego, ya me entiendes :)
  • En los tiempos recientes, los contactos e influencias, tan típicos del capitalismo de salón o capitalismo de amiguetes.
  • Y en los tiempos actuales, en la nueva sociedad, el conocimiento y la información (sociedad de la información).

Por eso hoy en día la pregunta fundamental es:

¿Qué puedes hacer con el conocimiento en sí?

La autosuperación

Aparte del supuesto típico de utilizar el saber para desarrollar productos, varias alternativas tenemos:

  • Vender servicios, bien como autoempleado, bien como trabajador por cuenta ajena en alguna empresa. Un ejemplo serían los servicios de consultoría. Utilizas tu conocimiento para resolver dudas o problemas particulares que te plantean las personas. Es un supuesto de intercambio de horas por dinero, aunque según el nivel de conocimiento que tengas, tu marca personal, tu grado de expertise… el importe a cobrar puede ser mayor o menor.
  • Enseñar al estilo tradicional. Ejemplos: profesor de escuela, de universidad… Utilizas tu conocimiento para transmitir el mismo a otros. También intercambias tiempo por dinero.
  • Resolver problemas o necesidades de grupos de ciudadanos (esto es, de nichos de mercado específicos), a través de productos formativos (infoproductos), en formato físico o digital (libros, guías, cursos…).
  • Utilizar el conocimiento existente (o el que tienes) para producir más conocimiento. Ejemplos: innovar, inventar, innovación y desarrollo. Se dice que las sociedades más desarrolladas son las que más invierten en I+D. Eso te puede dar la idea de porqué el conocimiento (y la sabiduría) siempre son necesarios para construir sociedades cada vez más prósperas y llevar a los pueblos al siguiente nivel evolutivo. En otros casos, pues quedan para lo que se puede: labrar la tierra, poner ladrillos o servir cafés (con todos mis respetos).

Economía naranja

Infoproductos. Gestión del conocimiento. Monetizar

Muy relacionado con la economía del conocimiento se encuentra un concepto que ha comenzado a surgir en los últimos tiempos: la economía naranja.

Se trata del sector de la economía derivado de la actividad cultural, de la cultura, es decir de las creaciones que están por la propiedad intelectual. Se podría decir, por tanto, que también es el sector de empresas y negocios que producen rendimientos económicos a raíz de las creaciones de los autores y artistas.


¿Quieres saber lo que es la economía naranja?
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En este sentido, todo lo que sea escribir libros para su venta, pintar cuadros, llevar a cabo producciones musicales o artísticas, realizar fotografías o diseños de moda, etc. encajaría dentro de este concepto cuando se derivaran o produjeran ingresos económicos.

En definitiva, la idea es que se trabaja con la cultura, se producen bienes que otorgan derechos de propiedad intelectual, y se generan beneficios económicos con ello. De esta manera el conocimiento se aplica en hacer cosas creativas (cultura) y en constituir fuentes de ingreso con las mismas. Todo ello, sin duda, una extraordinaria profesión con futuro para estos tiempos de incertidumbre laboral para muchos.

Aunque parezca difícil de creer, quien primero comenzó hablando de este concepto fue el Banco Interamericano de Desarrollo, el BID. Ya sabemos que la simbiosis banco-dinero tiene su lógica, pero la de banco-cultura… Pero así es, ironías del destino. Pues bien, esta entidad ha elaborado un completo informe sobre la materia que puedes descargarte gratuitamente aquí.

Y bien… ¿qué te parece todo esto? ¿Cuál es tu opinión? ¿Nos la cuentas, nos compartes el post en tu red favorita?


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