Ecos del Pasado: Jean Klein

Inauguramos la categoría “Ecos del Pasado” con la intención de rescatar una serie de autores relevantes  que puedan servirnos de ayuda en nuestro conocimiento interior. Gracias a Unai por sus aportaciónes.

Jean Klein fue un destacado maestro espiritual europeo del siglo XX.  Aunque médico y musicólogo de formación, fue su afinidad por las filosofías orientales (especialmente el Vedanta Advaita hindú, una doctrina que afirma la unidad entre el alma individual y la divinidad o absoluto) lo que llevó el rumbo de su vida. De origen suizo, paso largas estancias en la India, donde se empapó de la metafísica de aquel lugar. Volvió a Europa en la década de los años sesenta, donde gracias a un grupo cada vez más creciente de buscadores, comenzó a divulgar su enseñanza y a exponerla alrededor de todo el continente. Sus visitas al País Vasco eran habituales.

Nos encontramos ante una figura relevante de este pensamiento denominado Advaita, que, sin embargo, a pesar de la practicidad y coherencia de su enseñanza, ha sido injustamente olvidado. Creemos que merece ser rescatado y recuperado del olvido, más aun ante el panorama tan diverso, variopinto y, en ocasiones, incoherente, que hoy en día ocupa las estanterías de las librerías del sector.

Jean Klein era un maestro radical, y ante la pregunta de cómo meditar, que hacer para “dar el salto”, respondía que no había nada que hacer, que todo intento de estar en silencio era un pasaje hacia el ruido, que solo la aceptación y la receptividad podían ser el camino a la libertad. Nos instaba constantemente a conectar con el cuerpo, dejar emerger las sensaciones corporales sin conceptualizarlas, y sobre todo, a conocernos a nosotros mismos, con toda la paleta de colores, luces y sombras que forman parte del ser humano. Al ver lo que es, y desde lo que es, se dará el salto.

Según Klein, debemos conocer nuestro cuerpo, nuestro psiquismo, el proceso habitual de nuestro pensamiento. Decía: Hay que proceder a una investigación en vivo, es decir sin ideas preconcebidas. Una actitud de observación desinteresada, objetiva como dicen los científicos, es la única que nos permitirá conocernos tal como somos verdaderamente, que nos permitirá captar espontáneamente las actividades de nuestro cuerpo, de nuestra mente, los procesos de nuestro pensamiento, nuestras motivaciones. En una primera fase, el observador experimenta algunas dificultades para ser impersonal, sin elección; da dinamismo al objeto, se hace su cómplice. Vivimos generalmente en lo que podemos llamar la personalidad, el ego: estamos en un estado de elección constante, queremos lo agradable, evitamos lo desagradable, buscamos la simpatía, huimos de la antipatía. Si constatamos este hecho, en el momento en que objetivamos todo esto, nos situamos espontáneamente fuera de él. Acostúmbrate en tu observación a que sea lo observado lo que venga a ti, no tú el que vayas hacia lo observado. Esto supone una actitud de total receptividad.

Actualmente no es posible encontrar libro impreso del autor en castellano. No ha habido reedición de sus textos. Sin embargo, por la red, se pueden encontrar fácilmente cinco libros de seminarios y diálogos en formato pdf (“La escucha creativa”, “La sencillez de ser”, “Quien soy yo”, “La mirada inocente” y “La alegría sin objeto”), todos ellos recomendables. Conservan la frescura y contundencia de sus enseñanzas, ideales para saborear poco a poco y en silencio, pues hay en ellos hay una gran densidad de sabiduría atemporal.