Edith Stein: presentada la solicitud del título de Doctora de la Iglesia

El pasado 18 de abril de 2024, en el marco de una Audiencia concedida a las representantes de las Federaciones de Carmelitas Descalzas de todo el mundo, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, fueron presentadas al papa Francisco las Cartas Postulatorias para la concesión del título de Doctora de la Iglesia a Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein).

Paqui Sellés, ocd

La cuestión del doctorado de Edith Stein plantea una pregunta que resulta inevitable en el ámbito de nuestra familia, que ya cuenta con tres doctores de la Iglesia. Conviene preguntarse si la persona y doctrina de Edith Stein son significativas para nuestro mundo e Iglesia del siglo XXI. En estos tiempos que corren, es necesario el testimonio de personas que se han dejado “recrear” por la acción de Dios y han sido capaces de vivir el espíritu evangélico hasta la entrega de la propia existencia, como fue Edith Stein.

Toda su trayectoria personal constituye una auténtica búsqueda de la verdad que anhela el ser humano y precisamente por ello, el testimonio de Edith puede iluminar a tantas personas que, en la actualidad, desean encontrar sentido a sus vidas. A lo largo de su existencia, segada por el odio nazi, se pueden vislumbrar una serie de valores que ella pretendió vivir con toda intensidad: la justicia, la verdad, el perdón, la misericordia, la paz.

Fruto de su itinerario y reflexión, fue precursora de muchos temas que posteriormente trató el Concilio Vaticano II, tales como la renovación de la liturgia, el protagonismo de los laicos, el papel de la mujer en la Iglesia o la necesidad de armonizar fe y razón, por citar algunos.

Su experiencia de un Dios Amor que sostiene con sus manos misericordiosas a todos los seres humanos puede iluminar el camino de todas aquellas personas que atraviesan diferentes “noches” en su vida. La enseñanza de Edith viene avalada por el transcurrir de toda su existencia y esta es la mejor prueba de que su testimonio es esencial para nuestro mundo actual. Su condición de mistagoga de la “ciencia de la cruz” le concede autoridad más que sobrada para ser fuente de luz para toda la humanidad.

De igual manera, Edith Stein constituye un paradigma del diálogo fe-razón, puesto que dedicó parte de su vida, en sus diferentes estudios, a buscar caminos de encuentro entre la ciencia y la fe, considerada esta última como una auténtica vía de conocimiento, situándola en el mismo rango que la búsqueda intelectual. Como ella misma afirma: «La razón se convertiría en irracionalidad si se obstinara en permanecer en las cosas que no puede ella descubrir por su propia luz y en cerrar los ojos ante una luz superior que le hace ver». (Ser finito y ser eterno).

Además, su pertenencia al pueblo judío, del que nunca renegó, sino que lo amó profundamente, puede ser una vía de diálogo interreligioso, en medio de un mundo dividido, poseído por la enfermedad de la “autorreferencialidad”, en palabras del Papa Francisco.

Edith Stein reflexionó y dejó constancia en numerosos escritos acerca de temas tan sumamente actuales como el valor de la persona humana, la comunidad e individualidad, el papel de la mujer, la educación de la juventud, el concepto de Estado, la política, la reflexión filosófica y teológica… Consideramos que todos los temas tratados en su extensa obra, pueden ser fuente iluminadora y estimuladora de estudios posteriores.