Revista Cultura y Ocio

Editorial en El Mundo: La movilidad debe estar garantizada en la JMJ

Publicado el 09 agosto 2011 por Noblejas

Tiene razón El Mundo al hablar de la manipulación que algunos buscan de la JMJ: da tristeza (y también vergüenza ante el mundo) ver que unos aprovechados quieren conseguir visibilidad (caso de los agitadores de "indignados" que quedan) a costa de insultar a quien merecidamente la tiene de por sí; y que otros aprovechados dejan de trabajar para conseguir más dinero (los sindicatos que convocan huelgas de transporte en los días clave).

No está claro si hay más de estrechez y pequeñez de miras o de puro y sucio chantaje oportunista por parte de los "indignados profesionales" y de los sindicatos también "profesionales". No se sabe si movidos o consentidos o tolerados por el gobierno de la nación o por el candidato del partido socialista.

Tiene razón Tertsch cuando habla de mala fe y dice que 'uno de los más detestables legados de Zapatero es esa voluntad que ha despertado en unos españoles de hacer daño a otros'.

Tiene razón El Mundo: los españoles vamos a ser vistos en todo el mundo como gente que -viviendo del turismo que nos visita- en poco tiempo hemos pasado de ser gente simpática y acogedora, a ser anfitriones antipáticos que escupen al cielo cuando llega Benedicto XVI y más de un millón de jóvenes que vienen a escucharle y a rezar con él en Madrid.

No es serio, porque sigue siendo cierto el viejo refrán que dice que "al que al cielo escupe, en la cara le cae". 

No es serio, porque los peregrinos que llegan con el Papa, puestos a ir, por ejemplo, de Cibeles a Cuatro Vientos, son capaces de hacerlo andando. 

Y un millón largo de personas andando ese recorrido, es imagen aérea asegurada en todos los telediarios del mundo y una explicación con vituperio asegurado para quienes lo han causado o no lo han sabido o querido evitar. Por mucho gabinete de comunicación y propaganda que tengan los indignados, los sindicados y los gobernantes.

Esto dice El Mundo:

LA SERIEDAD de un país se mide por su capacidad para estar a la altura de los acontecimientos.

La visita de cuatro días del Papa a Madrid la próxima semana es un evento de primer orden que pondrá los ojos del planeta sobre España. Miles de personas de todos los rincones tienen ya su billete para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Pues bien, cuando el país debería prepararse para acoger un acto de una gran repercusión social y económica produce tristeza comprobar la pequeñez de miras de algunos. Primero fueron los colectivos contrarios a la Iglesia los que reclamaron protagonismo planteando manifestaciones de protesta para recibir a Benedicto XVI.

Ahora son los sindicatos los que se suman al boicoteo anunciando paros de 24 horas en el Metro de Madrid y huelga del personal de tierra en todos los aeropuertos coincidiendo con el aterrizaje del Papa en la capital, lo que de llevarse a cabo produciría un caos en el transporte.

Se trata de un chantaje intolerable al que las autoridades deben saber responder para garantizar el servicio y asegurar que la JMJ sea un éxito.


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