Revista Opinión

EEUU y China, ¿gran pacto contra el cambio climático?

Publicado el 14 noviembre 2014 por Gsnotaftershave @GSnotaftershave
Obama y Xi

Obama y Xi se comprometen a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero / 20 Minutos

La primera y la segunda potencias económicas, Estados Unidos y China respectivamente, han sellado esta semana un gran pacto contra el cambio climático. Ambos países, además, son los dos que más contaminan del planeta, por lo que son los principales responsables de emisiones de CO2 y, por ende del cambio climático.

Los dos presidentes aseguraron que este acuerdo “es histórico”. Esta es la primera vez que China se compromete a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y es el compromiso más fuerte anunciado por Washington. Esta semana, el presidente estadounidense, Barack Obama visitó Pequín y, desde ahí, dio una rueda conjunta con su homólogo chino, Xi Jinping, donde explicaron los detalles de este pacto.

Estados Unidos se compromete a reducir entre un 26% y un 28% de dióxido de carbono para el 2025. China, actualmente el país que más contamina del mundo, principalmente, porque gran parte de la energía la extraen del carbón, aseguró que en 2030 alcanzará el máximo de sus emisiones en 2030 para luego empezar a reducirlas.  Para ello, Pequín asumirá un 20% de la producción de energía a través de combustibles fósiles, lo que significa que tendrá que generar entre 800 y 1.000 gigawatios con energías limpias.

Además, ambas potencias acordaron que en la próxima cumbre de la ONU sobre cambio climático, que se celebrará a finales del 2015 en París, harán un frente común para conseguir un pacto internacional sobre las reducciones de emisiones.


¿Por qué China ha firmado el pacto?

Esta es la primera vez que Pekín se compromete a firmar un pacto de estas características. Seguramente, viene impulsado por la presión que tiene dentro del mismo país por los altos índices de contaminación en el aire en las principales ciudades chinas.

Hace casi un año,  Yu Tinhting explicaba al diario El Confidencial que ella, cada mañana, en Pekín, cuando se iba a vestir también debía escoger el color de la mascarilla que tenía que ponerse: la azul era para los días despejados, la gris la de situaciones de emergencia. Y es que la grave situación de contaminación en el aire, ha llevado a los chinos que residen en urbes hacer el 90% de sus actividades diarias en espacios cerrados.

La situación insostenible que se vive en ciudades chinas, como la capital, ha forzar al gobierno a prohibir la construcción de plantas de carbón en algunas regiones.

Es suficiente el pacto

Y aunque nadie dude que este pacto es histórico, la pregunta clave es si es suficiente. Ambos presidentes, en la rueda de prensa, aseguraron que este acuerdo les permite reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, pero sin afectar su crecimiento económico.

Cabe destacar que, Estados Unidos nunca llegó a firmar el acuerdo de Kioto, China sí, pero no lo renovó en 2012. Entonces, solo estuvo presente en la primera etapa de este protocolo, cuando no tenía que cumplir ninguna obligación porque era considerado un país en desarrollo.

Este acuerdo rubricado entre ambas potencias, además, está por debajo a los compromisos asumidos por otras regiones, como la Unión Europea (UE) que prevé reducir sus emisiones un 20% para el 2020 y un 40% para el 2030. Por otro lado, en la Cumbre de Catar 2012, unos pocos países, la UE, Australia, Noruega y Croacia se comprometieron a renovar una versión descafeinada del acuerdo de Kioto, en la que se comprometían a reducir las emisiones de CO2 en un 20% para el 2020. Sin embargo, sus esfuerzos también son simbólicos a nivel mundial, ya que, actualmente,  la UE, Australia, Noruega y Croacia tan solo representan un 20% de las emisiones globales.

Y si bien este es un primer compromiso de Pequín y Washington, los esfuerzos deberán ser mayores en las próximas décadas. A principios de este mes, los expertos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Organización de Naciones Unidas (ONU) presentaron un estudio en el que se afirmaba que para el 2050 la mayor parte de la electricidad mundial se debe de producir con energías procedentes de fuentes bajas de carbono. “Si no es así, el mundo tendrá que enfrentar un daño severo e irreversible”, concluyeron los expertos de la ONU citados por la BBC.

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