Revista Salud y Bienestar

Ejercicio para un envejecimiento activo

Por Sramosa @sramosa

ejercicio envejecimiento activo

Para conseguir envejecer de la mejor forma posible el ejercicio y la actividad física pueden ser nuestros aliados. El fisioterapeuta Gabriel Liesa nos explica cómo movernos nos ayuda a conseguir un envejecimiento activo.

El año pasado se celebró el Año europeo de Envejecimiento activo. Fue un año en que todos los países europeos hicieron campañas de promoción e información respecto al envejecimiento activo. Aquí les dejo un enlace de la web que creó el Imserso a tal efecto.

Dentro de las recomendaciones y sugerencias para envejecer de forma activa, que son muchas y de toda índole, social, cognitiva, etc, me centraré en las que me atañen por mi profesión, por tanto, el movimiento, la actividad física.

Con el paso de la edad nuestras articulaciones, huesos y músculos van sufriendo cambios, hay una pérdida de masa ósea, las articulaciones van perdiendo lubricación y arco de movimiento, los músculos pierden elasticidad y fuerza, así como también perdemos reflejos.

El envejecer no es patológico, es una fase más de la vida, de la cual hay que saber disfrutar y aprovecharla.

Quiero hacer hincapié en el hecho de que, al envejecer conservamos la capacidad de aprender, nuestra estructura ósea es fuerte, aguanta aunque nos sintamos débiles, nuestros músculos funcionan.

Lo que ocurre es que con el paso del tiempo pueden aparecer, y aparecen, enfermedades de tipo crónico como puede ser la hipertensión, la diabetes, la osteoporosis, etc.

Ejercicio para un buen envejecimiento

¿Podemos hacer alguna cosa para prolongar los efectos del envejecimiento biológico? Y cuando tenemos una enfermedad, ¿podemos evitar que sus síntomas vayan a más? La respuesta, claro está, es sí.

Tal y como dice una de las frases míticas de la fisioterapia, el movimiento es vida.

Los efectos del sedentarismo están muy claros y son conocidos, pero a menudo no conocemos los beneficios que una actividad física puede proporcionarnos, tengamos o no alguna enfermedad.

Como vertiente preventiva, el ejercicio o actividad física rutinaria nos ayudará a mantener el máximo tiempo posible nuestras articulaciones en buen estado, los músculos seguirán activos y con elasticidad suficiente para permitirnos movernos con seguridad y confort, al mismo tiempo que nuestros huesos se mantienen fuertes.

En caso de que suframos alguna enfermedad de tipo crónico como la diabetes, osteoporosis o hipertensión, la actividad física nos ayudará a controlar sus efectos: controlaremos mejor el nivel de azúcar, podremos tener una presión arterial más regular y compensada, así como evitaremos que el desgaste de nuestros huesos siga aumentando.

¿Pero sirve cualquier ejercicio? ¿Podemos realizar cualquier actividad física? ¿A quién me tengo que dirigir?

Tenemos que partir de la base que no todos somos iguales, como bien sabemos. Por tanto, no todo el mundo envejece de la misma forma, ni con las mismas consecuencias, ni al mismo ritmo. Por tanto, y a tenor de lo comentado, el ejercicio o actividad física será el adecuado al estado físico de cada uno.

Quizás, la recomendación más importante es que el ejercicio tiene que tener una motivación para nosotros, que nos guste y que no nos provoque ningún tipo de lesión. Para ello, es muy importante visitar a nuestro fisioterapeuta para que nos haga una valoración de nuestro estado físico, u conjuntamente, determinen cuál es el ejercicio o actividad física que nos interesa más.


Volver a la Portada de Logo Paperblog