El “No me gusta” de Facebook

Graffiti de “No me gusta”. Foto CC de Ze’ev Barkan

Desde el punto de vista del marketing, proponer un botón de “No me gusta” es una total incoherencia. Desde una posición ética, en cambio, en casos donde queremos expresar “apoyo que lo compartas y no me gusta lo que ha sucedido”, éste gana sentido. Claramente -en las malas noticias-  el botón de “Me gusta” resulta incómodo cuando no insultante (al igual que tantas otras facilidades binarias que nos dan la mayoría de las redes). Es éste el motivo por el que Mark Zuckerberg da aire a la idea aunque sin saber como implementarla: un botón de “No me gusta” en Facebook carece de sentido en la plataforma. Todo apunta a crear mayor experiencia de expresión en lugar de escapar a los extremismos facilistas, sin querer defender a Facebook mas allá de lo obvio.

Pero de quedar planteado de una u otra manera, será una funcionalidad que la gente adaptará a su modo. Y nada excluye la perspectiva de que, aún con la mejor implementación, la consecuencia sea una riada de pulgares para abajo.

Lo bueno es que durará lo mismo que el enfado por el doble check de Whatsapp.

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