En 1994, un hombre atlético, a quien llamaremos John, tuvo un accidente de coche. Cuando fue al médico, le hicieron una radiografía, pero en vez de diagnosticarle una fractura en la columna, vieron que tenía una densidad ósea 8 veces mayor de lo normal en una persona de su edad. Algo que no le sorprendía, ya que cuando intentaba nadar, se hundía en el agua.
En el 2000, Karl Insogna, a quien el radiólogo informó del caso, descubrió gracias a un compañero de la existencia de una familia con gran masa ósea. Cuando trazaron el árbol familiar, John era uno más de un extenso grupo repartido por la costa este de los Estados Unidos. Todos tenían unos huesos muy densos y una extraña mandíbula cuadrada, pero el resto era normal. Uno de ellos es un médico de Alabama decía que no había podido ponerse una prótesis de cadera porque no la pueden atornillar al hueso porque está muy duro. Al parecer, localizaron la mutación en el cromosoma 11, aunque dijeron que la región era demasiado larga para secuenciar.
Había otro grupo que estaba investigando el cromosoma 11. Matthew Warman, de Case Western Reserve University, un gen mutante llamado LRP5 (Codifica para una proteína tipo 5 relacionada con el receptor de lipoproteínas de baja densidad). Relacionaron la mutación con una menor densidad ósea. Entonces Insogna y su equipo decidieron buscar el gen que tuviera la función opuesta.Al final resultó que Mark Johnson y sus compañeros del Centro de Investigación de Osteoporosis de la Universidad de Creighton en Omaha ya lo había localizado en una familia de Nebraska. Identificaron a 21 miembros de la familia con la mutación, ninguno de los miembros que iban de 3 a 93 años, se había roto un hueso.
En pocos meses, surgieron una serie de noticias sobre LRP5. El equipo de Warman anunció su descubrimiento en células en Noviembre del 2001. Dos meses después, el grupo de Johnson publicó en American Journal of Human Genetics y el estudio de Insogna se publicó en el New England Journal of Medicine en mayo.
Johnson y sus compañeros localizaron LRP5 antes de que se publicara la secuencia del genoma humano, ya que colaboraron con Genome Therapeutics (ahora Oscient Pharmaceuticals), con lo que se agilizó el trabajo. Tras la publicación, recibió llamadas de compañeros de todo el país, llegando a docenas de familias con algún tipo de mutación de LRP5.
Los científicos relacionaron LRP5 con la vía de señalización de Wnt, un grupo de moléculas importantes en el crecimiento y desarrollo. Ahora se sabe que esa vía es crítica en la regulación de la masa ósea, convirtiéndola en un objetivo para tratar la osteoporosis y otros desórdenes esqueléticos. A diferencia de otros trastornos óseos, no es una disminución de la destrucción ósea, sino un aumento de la formación de hueso.
Fuente: The scientist