Revista Pareja

El amor en los tiempos del Whatsapp

Por Cristina Lago @CrisMalago

whatsapp

28 millones de rupturas a causa de Whatsapp. A finales del 2013, un estudio de CyberPsychology and Behaviour Journal revolucionaba internet con los peligros del síndrome del doble check. La noticia corrió como la pólvora por toda la red, hasta que se confirmó que era un bulo. Una sucesión de noticas erróneas y datos equivocados habían dado como resultado una de las noticias más comentadas y distribuidas del momento. Sin embargo, el debate ya había corrido como la pólvora. ¿Cómo afecta el Whatsapp a las relaciones?

A nuevas tecnologías, nuevas posibilidades. Y cuantas más posibilidades, más problemas. El doble check, esos marcadores verdes que indican si se ha emitido y recibido el mensaje, son causa indirecta de un importante tanto por ciento de los conflictos de comunicación entre las parejas, que ven potenciadas sus inseguridades al 200% con un sistema que en muchos casos no hace mucho más que llevar a malentendidos y alimentar dependencias.

En las relaciones incipientes los efectos son, si cabe, aún más catastróficos. Acabas de conocer a alguien, te gusta, pero no tienes la menor idea de por dónde va el asunto. En lugar de descolgar teléfono y hablar directamente con la persona, te comes la cabeza esperando unos mensajes cuya errática exactitud son tus únicos referentes sobre el estado de tu propia historia. Absurdo ¿no?

Los avances tecnológicos se suceden a velocidad de vértigo y muchos de los conflictos que deparan residen en que nosotros no tenemos la misma rapidez para adaptarnos a los cambios que conllevan. Utilizar este medio relativamente novedoso cuando nuestras emociones siguen requierendo cercanía y empatía, puede ser más una tortura que una ventaja.

El problema no es del programa en sí, que ofrece una manera eficaz, cómoda y muy barata de mensajearse. El problema es de las personas, que se comunican sin los matices del gesto y la voz, que dirimen conversaciones importantes a golpe de  tecla o que tienen tan poca vida propia que pueden permitirse el lujo de perder el tiempo vigilando si se conectan sus parejas.

¿Cuál es el mejor antídoto para el síndrome del doble check? En la línea más radical, desinstalarse el Whatsapp para evitar adicción y comeduras de cabeza. En cuanto a la pareja, si cada vez que no te contesta al instante amagas infarto, quizás es mejor prescindir de ese medio y reservar un momento relajado del día para mantener una conversación de verdad.

El Whatsapp no provoca rupturas. Las rupturas las provocan las personas. Pero su uso desmedido e inadecuado acaba por rebajar la calidad de algo tan valioso como es la comunicación con la persona que quieres. Dosificarlo no salvará una mala relación, pero contribuirá a la mejoría de una que merezca la pena. ¿Qué tal un poco de silencio mensajístico para recuperar el arte de hablar el uno con el otro cuando realmente os apetezca?


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