En este presente triste que vive River, signado por primera vez con el descenso a la B Nacional, sus hinchas pueden inflar el pecho y enorgullecerse de parte de su plantel.
Al igual que Fernando Cavenaghi, quien decidió volver para calzarse la cinta de capitán y comandar al grupo en el tortuoso camino a Primera, Alejandro “Chori” Domínguez también pegó la vuelta para ayudar al club de sus amores.
Ambos decidieron por lo que dictaba el corazón; y dejaron de lado el ¨latir¨de sus billeteras. Contrariamente a muchos otros futbolistas que viajan por el globo, incluso a lugares inóspitos, para vestir camisetas ignotas por sumas exorbitantes.
El ‘Chori’ volvió a préstamo, sin opción, y por un año desde el Valencia. Demostró estar al altura de las circunstancias y fue, junto a algunos chispazos de Lucas Ocampos, el más desequilibrante de los volantes millonarios.
Su buen andar hizo que el Rubin Kazan, equipo que lo tuvo entre sus filas en dos periodos (2004 – 2006 y 2009), le ofrezca todas las facilidades y nada menos que 8 millones de euros para llevarlo de vuelta por dos años.
Sin embargo, su decisión fue contundente: quedarse a pelear en River. Todo un ejemplo. Mientras algunos prefieren subastar su pase y pasear por India, el Chori demuestra (permítanme utilizar dos dichos muy comunes) que “por la plata baila el mono” no siempre se cumple ya que, a veces, “el amor es más fuerte”.
¿Qué opinás de la decisión del Chori?
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