Revista Creaciones

el año que viene no nos pasa

Por Patriciaderosas @derosasybaobabs

El día de la operación salida para las vacaciones marca un antes y un después en casi todas las familias; al menos, en la mía. Pasamos los once meses previos reforzando la idea de que “el año que viene no nos pasa”. Pero llega el día D y es como la crónica de una muerta avanzada.

Os pongo en antecedentes.

Septiembre 2014:

- El próximo viaje ni de coña podemos llevar tanto trasto. Es que lo nuestro no es normal. No sé qué narices llevamos para ir tan cargados. Parecemos tontos con la misma historia cada año.

- Tienes toda la razón, pero es que el año que viene cambia la cosa. Porque igual ni necesitamos cuna y si eso pedimos que nos pongan una de viaje. Además ya no necesitamos bañera para la niña y no es lo mismo lo que ocupa la MacLaren que el carrito de este año que es inmanejable.

- Si, si, está claro, además yo con llevar cuatro bañadores y camisetas, tres polos y dos bermudas ya apaño.

- Yo igual, tres bikinis y vestidos playeros, y un par de conjuntos por si salimos a cenar alguna noche pero nada más, lo tengo clarísimo.

- Está claro. Tres maletas máximo, y el Ipad para el viaje y para enviar algún mail de trabajo.

 

Mayo 2015:

- He pensado que voy a llevar la maleta negra porque cabe mucho y si eso podemos meter cosas de la niña en la mía, que va a ir medio vacía seguro.

- Yo creo que la azul grande, pero es por llevar un único bulto, así nos evitamos mil bolsas con toallas, libros, cargadores…así todo en una. Para la niña creo que cogeré la pequeñita rosa, de sobra.

- Yo creo que voy a llevar las palas de padel por si echamos un partido y lo de hacer snorkel que creo que allí hay unas zonas brutales para hacerlo.

- Genial! entonces creo que voy a llevar la cámara grande y los dos objetivos porque así os saco a ti en el agua y a la niña con los manguitos en el agua. Total, un bulto más, apenas ocupa.

Junio 2015:

- Acuérdate de que llevemos la trona de viaje porque luego siempre hay mil sitios que no tienen y acabamos peleando con la niña que se escapa, que se cae…mejor llevamos la nuestra que no ocupa nada y encima podemos meter dentro algunos potitos o cereales para tener por si cuando llegamos no vemos nada para que coma la peque.

- Si, fenomenal. Y estoy pensando que quizá era buena idea llevar el orinal, porque ahora que por fin se siente cómoda y es independiente, me da miedo que en las vacaciones haga un retroceso y con lo que hemos avanzado…

- Tienes razón, no hay problema porque eso lo metemos en la zona de abajo del asiento de la niña.

- Siiiii, hay sitio de sobra.

 

Julio 2015, primera semana:

- Vas a llevar mochila o algo para la playa? para llevar si no la mía porque luego nunca tienes sitio para mis cosas.

- Uf, mejor lleva la tuya también porque lo de las toallas de playa en la maleta imposible, ya te lo digo. Al final acabo llevando la mía, la tuya y la de la niña y claro, luego está el neceser de cremas de playa que ocupa un montón. La del spray transparente para ti que ya te la he comprado, la de la niña, el anti mosquitos, mi crema de cuerpo y por supuesto la de cara, que ya sabes que luego me salen las manchas rapidísimo. Además meteré un par de sombreros de paja y alguna gorra para la niña…sabes lo que te digo? que mejor llevo el capazo de mimbre que cabe todo muy bien.

- Qué dices? Es incomodísimo de llevar y acabo cargándolo yo.

- Que no, de verdad, lo llevo yo. Y ya que llevas tu mochila, mete la neverita portátil y el termo que luego queremos llevar agua fría y frutita a la playa y nos viene fenomenal.

Julio 2015, víspera del viaje:

- Y todos esos bultos?

- Pues nada, lo básico. Me falta mi mochila con el ordenador, dos libros, el ipad, los cargadores, las gafas de sol, un cuaderno y mis blocs de trabajo porque tengo que hacer muchísimas cosas allí.

- Llevas algo por si la niña se marea? No nos pase como la última vez…

- Si, tranquilo, he metido una bolsita con el kit de urgencia con bolsas para el vómito, servilletas, toallitas húmedas, una gasa y ropa de cambio.

- Saldremos a las cinco de la mañana como quedamos.

- Perfecto así va dormida, y por si se despierta llevo una bolsa con alguna galleta, un poco de pavo, un yogur y agua. Ah! y para no dejar en la nevera y que se estropee estos días, me llevo algunas piezas de fruta. Bueno, y algún juguete que el viaje es largo…

- Ok, por la noche dejo las maletas metidas en el coche.

Julio 2015, cuatro horas antes de salir:

- Parecemos idiotas, me quieres decir cómo podemos llevar tantas cosas? No sé cómo narices las voy a meter en el coche!

- Nada especial, lo que hablamos: La silla de la niña, tu maleta, mi maleta, su maleta, tu mochila, mi capazo, mi mochila, la trona, el orinal, la cámara, el orinal, las palas de padel, el kit de snorkel, el kit de vómito, los juguetes, la mochila del cubo y palas y la bolsa con comida.

Julio 2015, veinte kilómetros después de salir en un silencio absoluto y una tensión que mejor no romper:

- El año que viene no nos pasa.

- Ni de coña, además la niña ya será mayor y necesitamos la mitad.

- Está claro.

patricia.


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