“El Ansia”.

Aunque no lo creais, este hombre no es feliz...

Recuerdo que, cuando era un niño, mis padres me compraron mi primera consola. Fue una Megadrive un poco rara, que tenía el botón de reset de color azul, con Sonic 2. Menudas tardes de vicio me pegaba con los amigos, y a pesar de tener tan solo un juego era la persona más feliz del mundo. Después vino  Street Of rage, Shinobi, e incluso me hice con la primera parte del erizo azul.

Pero un día me invitaron a casa de un colega que tenía una flamante Super Nintendo; y me quede perplejo. Alucinaba con ese F – Zero, ese Super Mario y, sobre todo, alicinaba al ver el principio de The Legend Of Zelda. Esa lluvia, esos truenos, y esa música que sonaba mientras te ibas adentrando en el castillo para rescatar a la princesa. Salí de allí con más envidia que otra cosa. No es que los que juegos que tenía en casa fueran una basura, pero me daba rabia que, teniendo una Megadrive, nunca podría tener esos juegos: más que nada porque mis padres jamás me comprarían otra consola.

Al siguiente día en el recreo, hablando con ese amigo que me invito a su casa, descubrí que el tenía la misma sensación cuando venía a mi casa: alucinaba con mis juegos, le encantaba la velocidad del Sonic, o darse de ostias con toda la peña en el Street of rage. Llegamos a una conclusión: lo mejor sería tener todas las consolas para que nunca nos faltara ningún juego, y no sentiriamos envidia el uno del otro. Si tuviésemos todas las consolas, seriamos los niños más felices del mundo… ¿O no?

A día de hoy, por primera vez, puedo decir que poseo, ya sea por propia adquisición o regalo,  todas las maquinas de esta generación; véase PS3, XBOX360, Wii, PSP, DS y PC. Por fin puedo hacer realidad ese sueño que tenia de niño, por fin tengo acceso a todos los juegos que quiera sin importarme en que sistema salgan. Creía que sería la persona más feliz del mundo. Pero la felicidad dura poco, y de la felicidad pasé rápidamente a un nuevo sentimiento que no había experimentado en el mundo de los videojuegos: después de la felicidad llega “EL ANSIA”.

Tanto mando donde elegir y no saber a que jugar...

Con los juegos multiplataforma no tengo ningún problema; ya que siempre elijo la consola en la que tengo más oportunidad de jugar con amigos, en este caso 360 y su Live. El problema llega con los otros títulos, los que son exclusivos de cada plataforma: los Marios , Zeldas , Metroids de la Wii, los Uncharted, God of War, Yakuza o Metal Gear Solid de PS3 o los Halo, Fables y Forza de 360.

Demasiados buenos juegos salían a la vez y no me daba tiempo a jugarlos a todos, porque en cuanto me descuidaba volvían a salir más, era un no parar y “EL ANSIA” se apoderaba de mí, al ver que no tendría ni el tiempo ni el dinero para jugar a toda esa avalancha de juegos que se me venía encima. A pesar de que, por primera vez, había cumplido ese sueño que tenia de pequeño, este se había convertido de la noche a la mañana en una horrible pesadilla, una pesadilla que había que parar. Así que he tomado la decisión de centrarme en dos consolas:  XBOX360 por la razón que he comentado arriba y Wii, ya que no quería perderme las sagas de Nintendo. Y parte de ese ANSIA que tenía va desapareciendo poco a poco.

Con este artículo no pretendo en ningún momento decir que estas son las consolas que tenéis que elegir esta generación; tan solo quiero recomendar que, para la próxima generación, os paréis a pensar que sistema queréis de verdad para vuestro ocio personal, cual es el creéis que tendrá las franquicias que más os gustan, y una vez elegido tendréis que “vivir con la pena” de que van a salir otras franquicias en otros sistemas que no vais a poder jugar. Intentad encontrar vuestro propio equilibrio, 1 consola de sobremesa + 1 consola portátil, 2 consolas de sobremesa + 1 portátil o 2 consolas de sobremesa únicamente.

¿Cual será vuestra elección para impedir que “EL ANSIA” te devore?