Revista Cultura y Ocio

El aria de Mozart más difícil para una soprano, pues depende

Publicado el 09 diciembre 2012 por Maac @Elblogdemaac

Claro que depende, de quién sea la soprano, y aquí se acabó la entrada de hoy. No sé si alguna vez os habréis planteado cuál es el aria para soprano más difícil que compuso Mozart, yo sí, y desde hace muchísimo tiempo. En una ocasión, cuando comenzaba a interesarme por el mundillo de la ópera -de eso hace un cuarto de siglo más o menos-, topé con un comentario en el que se decía que Come scoglio, con sus saltos y escalas ascendentes y descendentes, era el aria más difícil que compuso el de Salzburgo para la cuerda de soprano, esta afirmación no sólo se me quedó tallada en la madera sino que en lo sucesivo cualquier aria de Mozart con la que me tropezaba tenía que ser comparada con ella.

La verdad es que las primeras veces que la escuché no entendía exactamente por qué era esa y no podía ser, por ejemplo, cualquiera de las dos arias de la Reina de la Noche, que a mí se me antojaban dificilísimas en su espectacularidad, con esos estacatos y endiablada coloratura, ahora todavía me lo parecen pero ya no tanto por las exigencias en su ejecución, que las tienen, sino por el hecho de que encontrar hoy a sopranos que tengan las condiciones vocales para la misma, es decir, capacidad para la ornamentación y un color oscuro y cierta consistencia en la zona media y grave que ayuden a la expresión dramática del texto, la reina es muy mala pero también es una madre y tiene su corazoncito, ¡ojo! ¡una madre, no una niña!, penssemos en una madurita que todavía está de buen ver, el caso es que su tipología vocal, hoy, parece una entelequia. En todo casoparece que todos vamos estando de acuerdo en que la Reina de la Noche no es una soprano ligera sin más y todo lo que contribuye a mostrárnosla como un personaje poliédrico y no unidireccional va a ser bienvenido.
Poco después llegué a pensar que la más difícil era Martern aller arten de El Rapto porque Mozart hace cantar a Kostance una delicada aria de considerable extensión,Welcher Wechsel... Traurigkeit ward mir zum Lose, que no tiene tantas dificultades técnicas como las citadas pero que sí exige de la soprano cierto dominio del fiato y un canto ligado que puedan conmovernos y transmitirnos toda la nostalgia que el texto contiene.
Una vez que la soprano ha concluido su Traurigkeit ward mir zum Lose, Mozart introduce dos diálogos cortos, primero con Blonde, después con Selim, y entonces llega la sorpresa, exige a la soprano que cante Martern aller arten durante unos cuatro minutos sin contar la introducción orquestal, y ahora el compositor si que es inclemente: descensos al grave, subidas al agudo, escalas, saltos, picados, trinos...
Martern allen arten, con su adramática introducción orquestal, parece un aria de concierto insertada para lucimiento de la excelente soprano Caterina Cavalieri  y rompe el desarrollo dramático del singspiel. Este aria es un auténtico quebradero de cabeza para los directores de escena, hasta el punto que se han buscado soluciones para que la cantante de turno, que no siempre es excepcional, pueda salir airosa, desde cambiar la ubicación del aria, hasta insertar una especie de entreacto, con cambio de decorado, al finalizar el aria que la precede.
Es, pues, una enigmática pieza que, además, cuenta con muchísimas grabaciones, tanto por la calidad de su música como por las posibilidades de lucimiento que ofrece, nosotros escucharemos primero una grabación de Traurigkeit ward mir zum Lose, el aria previa, y después tres versiones contrapuestas de Martern aller arten, el remate final:
Edita Gruberova canta Traurigkeit en Munich, se trata de una grabación efectuada en 1980 con Karl Böhm en la dirección musical y August Everding en la escénica:

Buscando sopranos que le hagan justicia a Martern aller arten y que se contrasten entre sí he seleccionado las versiones de Joan Sutherland, una soprano de repertorio italiano, Elisabeth Schwarzkopf, una soprano del ámbito alemán especialista en Mozart y Edda Moser, una soprano de vocalidad poco habitual que se suele calificar como dramática de agilidad por la extensión de su timbre, consistente en la zona media y grave, y su capacidad para desplegar toda suerte de ornamentaciones en la zona aguda .



No sé exactamente por qué Maria Callas no se dedicó más a cantar Mozart, supongo que porque dramáticamente no le interesaba y porque los éxitos le llevaron por otros derroteros, pero cualidades sí que tenía para cantar varios de sus personajes y algún testimonio nos ha llegado, escucharemos el aria de El rapto en italiano, Tutte le torture, grabada justo antes de comenzar su decadencia, 1957, y unas clases magistrales en las que ayuda a estudiantes en la interpretación de Come scoglio:
 


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