Revista Ciencia

El árido camino hacia una nueva revolución verde

Por F.guiral - S.pérez

Sara Pérez Jerónimo

Periodista

La biotecnología es un camino fundamental para lograr el crecimiento de la productividad alimentaria y garantizar cierta seguridad  de cara a poder alimentar al total de una población mundial que no deja de crecer. Éstas han sido una de las conclusiones a las que ha llegado Gale A. Buchanan, ingeniero agrónomo y Jefe Científico del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.

Echando la vista atrás, la innovación agrícola ha logrado sostener a largo del tiempo a una población cada vez mayor. Según las previsiones de la ONU, se espera que en 2050, ésta se duplique las bocas que alimentar. Y este no es el único reto al que debemos enfrentarnos. El cambio climático, la subida de precios del petróleo que clama a gritos la generalización de los biocombustibles y la creciente necesidad de cultivos de mayor rendimiento y resultados, son algunos de los desafíos a los que el agricultor deberá enfrentarse a medio plazo.

En su gira por Asia, Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, ya anunciaba la necesidad de crear un organismo que facilite y promueva una secuela sostenible de la Revolución Verde, algo que ya avanzó el premio Nobel de la Paz, Norman Borlaug, padre genuino de la primera y luchador durante años por hacer ver al mundo la necesidad imperante de acabar con el hambre en el Mundo.

Buchanan continúa fiel a esta línea, asegurando que es necesario mejorar la productividad agrícola mundial y extender ciertas medidas, como el impulso de la seguridad alimentaria en África. “Si el plan del gobierno es dar un giro real y revolucionario, no podemos olvidar el valor de los OMG” recalcó Buchanan hace apenas un mes en la Conferencia Internacional sobre Investigación celebrada en Raleigh, Carolina del Norte.

Para los defensores de los OMG, este tipo de cultivos desempeñan un papel fundamental para que la agricultura pueda hacer frente a los retos que le vienen encima. “El mundo tiene que empezar a aceptar los OGM, ya que son uno de los descubrimientos más importantes del siglo XXI” concluyó Buchanan.

No obstante, hablar de modificaciones genéticas siempre va de la mano de la controversia. Para los detractores de este tipo de tecnologías son muchos los riesgos que implican este tipo de producto: supuestas polinizaciones cruzadas, daño a la biodiversidad, efectos sobre la fauna y la salud humana.

El árido camino hacia una nueva revolución verde

Un aspecto que no se suele tener en cuenta es que en la mayoría de las ocasiones, la seguridad alimentaria y los controles a los que son sometidos los OMG son mayores y más estrictos que para el resto de alimentos. En conclusión, posiblemente más seguros.

En relación a este tema, David Tribu, científico y experto en seguridad alimentaria de la Universidad de Melbourne aseguró que “la innovación tecnológica está rodeada de una camisa de fuerza tejida por un exceso de precaución injustificado científicamente. Al retrasar nuestra capacidad de responder a tiempo para el cambio climático, se está haciendo más daño que bien”.

Tal vez respondamos, pero puede que sea tarde. En nuestra mano está comenzar a dar solución a un problema que al menos por ahora va ganando una contrarreloj que día a día ve más cerca la meta.


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