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El armario, ese oscuro objeto que a muchas personas en todo el mundo mantiene encerrado, sin capaz de salir y decirle al mundo que es tal y como es, con su sexualidad, con sus virtudes y sin ningún tipo de complejo. Desafortunadamente, “el armario” aún mantiene a miles de homosexuales y su condición sexual en el ámbito exclusivamente privado. Nadie está a gusto ahí adentro. Quien por su condición sexual aún se mantiene “dentro del armario” vive reprimido, sin poder mostrar como es en realidad.

“Salir del armario” (expresión que hace referencia al hecho de que el homosexual hace pública su condición sexual) es una conquista social más, como el derecho al voto de las mujeres o la igualdad de todos los hombres sin importar su color. Hasta hace no muchos años, en la mayoría de los países del mundo los homosexuales eran considerados enfermos, proscritos, algo que no podía ni debía encajar en la sociedad. 

A todos aquellos que aún estéis “dentro del armario” debéis pensar, primeramente, que vuestra condición como homosexuales ha evolucionado radicalmente desde aquellos años, y que ya no seréis perseguidos por ello. Esto significa que, en realidad, lo único que os impide salir del armario sois vosotros mismos y vuestro entorno. ¿Cómo hacerlo, entonces? Lo primero, reunir a vuestros familiares y amigos, siempre a vuestro círculo más próximo. Nadie más lejos de vuestro círculo deberá enterarse de vuestra condición (¿tú sabes acaso algo de ellos?).

Sinceraros. Todo aquel que te quiera, te entenderá. Es posible que vuestros padres, abuelos o tíos no lo entiendan, debido fundamentalmente a que su mentalidad aún está anquilosada en aquella época de la que hablábamos. Dales tiempo, les será difícil, pero no les quedará más remedio que aceptaros tal y como sois. Pues, dentro del armario, no sois realmente vosotros.