Revista Cultura y Ocio

El asesino dentro de mí. Jim Thompson

Por Mientrasleo @MientrasleoS
El asesino dentro de mí. Jim Thompson
     "En muchos libros que he leído, el autor parece descarrilar, enloquecer en cuanto llega el momento culminante. Empieza a olvidarse de los signos de puntuación, suelta todas las palabras de una vez y divaga acerca de estrellas que parpadean y se sumergen en un profundo océano opaco. Y no hay forma de enterarse si el protagonista está encima de la chica o de una piedra. Creo que este tipo de manía pasa por tener un gran valor intelectual... Un montón de críticos lo pone por las nubes, y me he dado cuenta. Pero tal como yo lo veo, el escritor es un maldito perezoso que no sabe hacer las cosas bien. Yo seré lo que quieran, pero perezoso no. Lo voy a contar todo.     Pero por orden.Quiero que comprendan cómo sucedió..."
     La novela negra es un género que cuenta cada día con más adeptos. Muchos son los que apuntan a Poe como el padre de la novela negra. No me voy a poner a discutir sobre si creo o no que tienen razón ya que, de entrada, tampoco me veo facultada para ello, máxime cuando hay quien sigue viendo un filón que explotar en certámenes que acerquen títulos a los lectores. Lo que si voy a compartir el el origen de este término usado por todos y es una colección de libros aparecida en 1945, a través de Éditions Gallimard, y que se llamaba Série Noire. En esta colección se publicó una selección de novelas detectivescas y cuyas portadas eran negras con una cinta de color amarillo. Evidentemente fue un éxito y su nombre se extendió para denominar a lo que ya es todo un género literario. Hoy traigo una de las novelas exponentes de ese género, El asesino dentro de mí.
     Conocemos a Lou Ford, sheriff adjunto de la tranquila ciudad de Central City, es un hombre tranquilo y amable, tal vez poco inteligente, pero a nadie le importaba demasiado. Lou tuvo en su juventud una enfermedad que lo llevó a cometer un crimen y todo parece apuntar a que esa enfermedad está de vuelta en su vida. Pero mejor que eso lo cuente el propio Lou Ford.
     Jim Thompson es un autor a descubrir. Escribió una serie de trece novelas por encargo para una editorial de bolsillo que conmocionaron las lecturas del país dejando un generoso reguero de sangre entre sus páginas.
     Empezar un libro suyo es entrar en una mente perturbada sin buscar trucos de mago con chistera para dejarnos con la boca abierta. Entramos en la mente de sus protagonistas, sus creencias y pensamientos hasta que un buen día, normalmente en los primeros capítulos, algo sucede que detona el cambio y se muestra su la verdadera naturaleza. Sin fantarrias, no las necesita. Sus actos que pueden ser terribles se antojan cotidianos en la mente de su ejecutor. Yo lo descubrí con 1280 almas, refieriéndose al número de habitantes válidos del pueblo en el que vivía el protagonista, y no pude evitar seguir su estela. Descubrí casi con sorpresa que el autor era una persona normal y corriente, padre de familia cariñoso y amable y buen conocedor de las tierras de sombreros Stetson que reflejaba en sus libros, porque en todos ellos nos queda un regusto a western y hombres que se tocan el sombrero para saludar a las damas. Supongo que dejé volar mi mente pensando que un hombre cuya pluma llegaba a esos extremos algo tenía que llevar dentro y, si lo hacía, era una desbordante imaginación.
     Es una novela espectacular, contada por un hombre cualquiera que nos habla de su vida cotidiana con parquedad y en el que pronto percibimos que algo no encaja. No es un psicópata al uso, ni siquiera nos parece un psicópata, sino que poco a poco vamos viendo su versión de los hechos. Aparecen las letras cursivas, y como son en esta obra esas letras, nos hacen sudar mientras vamos dando cuenta de su versión de la historia. La que él vive ajeno al mundo y que le lleva a cometer crímenes bajo un sentimiento de lógica normalidad que nos resulta casi aterrador. No hay persecuciones ni carreras a contrarreloj porque no es así la vida del protagonista. Tampoco conocemos lo que piensan en el pueblo, ni si lo están investigando, solo conocemos la mente de Lou, y llegamos a conocerla demasiado bien. Tanto que nos sentimos atrapados en esa versión de la realidad que está viviendo. En esta ocasión el mal milita en las filas de la ley y, no sólo eso, sino que quiere ser un hombre normal. Posiblemente tengamos a uno de los personajes más complejos narrando su vida de una de las formas más sencillas con las que me he tropezado.
     Después de esto, poco o nada más me resta por decir. Bueno sí, leed a Thompson.
     ¿Cuáles son vuestros favoritos de la novela negra?
     Gracias

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