Revista Cultura y Ocio

El asesino en la novela policíaca

Publicado el 07 septiembre 2015 por Ana Bolox @ana_bolox

Asesino. ¿Qué sería una novela policíaca sin él? Tras ocuparnos del detective y sus tipos en la entrada previa, hoy vamos a hablar del antagonista en una novela policíaca. Del personaje que representa la oposición a nuestro detective.

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Y el antagonista del detective en una novela policíaca ha de ser un asesino. Es cierto que podríamos elegir cualquier tipo de crimen como desencadenante de nuestra historia y problema básico a resolver: un secuestro, un robo, un chantaje… Sí, podríamos hacerlo, pero lo que el lector espera de una novela policíaca es la consecución del crimen por excelencia: el asesinato, y eso es lo que debemos darle.

El asesino

En toda buena historia policíaca, siempre hay un grupo de personajes que podrían haber matado a la víctima, pero sólo uno de ellos es el asesino. Este personaje, mata por alguna razón importante para él y luego utiliza su inteligencia para escapar del crimen sin castigo. Por tanto, el personaje del asesino lanza un reto al detective: Atrápame si puedes.

Eso es en realidad una novela policíaca: la lucha entre dos intelectos. El del asesino y el del detective.  Tweet: Eso es en relidad una novela policíaca: la lucha entre dos intelectos: el del asesino y el del detective.

Obviamente, para salir vencedor del desafío que ha puesto sobre la mesa, nuestro asesino va a utilizar todo tipo de tretas con las que confundir al detective. En primer lugar, durante la consecución del asesinato: el criminal se ha asegurado de no cometer ningún error ni dejar ninguna prueba que lo delate tras él, pero, además, el personaje que elijamos como asesino debe tener una naturaleza fría. No se amedrenta, no actúa de forma sospechosa y, por supuesto, intentará desviar la atención del detective hacia otro personaje que sirva como cabeza de turco.

Nuestro asesino, además, miente e incluso es capaz de asesinar de nuevo si es necesario.

Un asesino con un motivo

El asesino no mata porque sí. Para cometer el crimen ha de tener un motivo, una razón que sea importante para él. Así pues, otra de las tareas del escritor de novela policíaca es la de idear un motivo.

Ten en cuenta que la construcción de una novela policíaca comienza con un motivo: por qué mata el asesino. De modo que éste es el primer paso del que te has de ocupar: conocer la razón por la que mata tu asesino. Una vez que has establecido ese motivo, puedes empezar a desarrollar el personaje, porque entender sus motivaciones te llevará a comprenderlo mejor.

Conocer por qué mata tu asesino te llevará a comprender mejor al personaje. Tweet: Conocer por qué mata tu asesino te llevará a comprender mejor al personaje.

Un asesino inteligente

Luego, además, cuando nos pongamos a trabajar el personaje que va a desempeñar el papel de asesino en nuestra historia, habremos de asegurarnos de dotarlo de una inteligencia aguda.

Si la base sobre la que vamos a desarrollar la novela es el reto que el asesino lanza al detective, lo que estamos haciendo en realidad es plantear una batalla entre inteligencias. Eso es en realidad una novela policíaca: la lucha entre dos intelectos. El del asesino y el del detective.

Y por esta razón, el asesino de tu historia debe estar a la altura de tu detective. Si no enfrentas a tu protagonista con un antagonista digno, no esperes que el lector se sienta interesado en la historia.

El asesino de tu historia debe estar a la altura de tu detective.  Tweet: El asesino de tu historia debe estar a la altura de tu detective.

La humanidad del asesino

El asesino es uno de los personajes importantes de tu novela policíaca. Al fin y al cabo, es el que se va a enfrentar al protagonista, por tanto, debes desarrollar para él una personalidad completa y con tanta profundidad como te sea posible.

Ahora bien, pese a que este personaje es “el malo” de la novela, no debes construirlo sólo a base de rasgos negativos o estarás haciendo de él un estereotipo. Y no queremos eso para nuestra novela, ¿verdad?

Para que sea creíble, también debes dotarlo con algún rasgo positivo. Ten en cuenta que, por lo general, los criminales no se consideran a sí mismos como tales y, de hecho, aunque en ocasiones nos cueste admitirlo por la brutalidad de sus crímenes, también son seres humanos y por ello deben tener y mostrar parte de esa naturaleza. Dale a tu criminal una oportunidad para que lo haga, hazle caer en contradicciones morales y en retos personales, e incluso en conflictos éticos.

No construyas a tu asesino sólo a base de rasgos negativos o estarás estereotipándolo. Hazlo humano.  Tweet: No construyas a tu asesino sólo a base de rasgos negativos o estarás estereotipándolo. Hazlo humano.

Estos, aunque tratados someramente en el post de hoy,  son algunos de los puntos que estudiamos en el Taller de Novela Policíaca, en Ateneo Literario, cuando trabajamos la figura del asesino.

Espero que los contenidos de la entrada te hayan resultado interesantes y de ayuda. Con ellos ya tienes una base a partir de la cual comenzar a construir un primer boceto del asesino para tu novela policíaca.

Y…, si te ha gustado el post, ¿lo compartirías en las Redes Sociales? Gracias :-) y hasta el próximo artículo, en la que hablaremos de la víctima.

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