El asteroide asesino que nos dio la vida

Una roca de 10 kilómetros de ancho fue la lápida de los dinosaurios, pero el impacto abrió una ventana de oportunidad para unos animalitos menos impresionantes llamados mamíferos.
El aumento de oxígeno atmosférico fue seguido por un frenesí de innovación evolutiva, durante el cual apareció la mayoría de los grupos de animales conocidos hoy. 350 millones de años atrás, los yacimientos de carbón del período carbonífero nos hablan también de un mundo exuberantemente verde. Pronto, esta tierra verde se convirtió en el hogar de animales de un tamaño nunca antes visto: los dinosaurios. La edad de los reptiles se prolongó durante más de 160 millones de años. Fue necesaria una intervención extraterrestre para despejar el camino para un nuevo orden mundial.
Nada como el intenso bombardeo tardío ha afectado a la Tierra en tiempos geológicos recientes, pero cada 100 millones de años más o menos algo le da una gran paliza al planeta. Si esto ocurriera ahora, seríamos aniquilados. Curiosamente, es probable que debamos nuestra existencia al último impacto de este tipo.
Hace alrededor de 65,5 millones años un asteroide de unos 10 kilómetros de diámetro impactó en la península de Yucatán, en el actual México. La liberación de carbono y gases ricos en azufre desde las capas de roca precipitaron una catástrofe global en que los incendios asolaron, el cielo se oscureció, la Tierra se enfrió y se produjo lluvia ácida. A los pocos meses, los dinosaurios murieron. También desaparecieron casi todos los otros reptiles de mar y aire, junto con los ammonites y la mayoría de las aves y plantas terrestres.
Para los mamíferos, ésta fue una historia diferente. Ellos no se fueron de viaje precisamente -aproximadamente la mitad de las especies se extinguieron-, sino que los que sobrevivieron eran pequeños, versátiles y se reproducían fácilmente, y podían alimentarse del abundante detrito (residuos de materia orgánica) creado por el impacto. Fueron capaces de cavar u ocultarse para escapar de los incendios y la lluvia ácida. A menudo vivieron en o alrededor de ecosistemas de agua dulce, que se alimentaban en gran medida de materia orgánica muerta, siendo así más resistentes frente a la catástrofe que los océanos y la tierra seca.
Estos supervivientes heredaron la Tierra. A medida que la biosfera se recuperó gradualmente, los mamíferos llenaron los espacios vacantes de los dinosaurios, y, finalmente, también los de los reptiles marinos. El registro fósil sugiere que esto ocurrió en una explosión de creatividad evolutiva entre 65 y 55 millones de años atrás. Algunos estudios de "reloj molecular", que comparan los genomas de especies que viven relacionadas para reconstruir su árbol evolutivo, muestran un cuadro ligeramente diferente, lo que implica que la evolución de los mamíferos no estuvo preparada hasta más de 10 millones de años después del impacto.
De cualquier manera, un linaje que hace su debut es el nuestro, los primates. Razón suficiente para decir que si ese asteroide no hubiese existido, entonces no estaríamos aquí y ahora.
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