Revista Cultura y Ocio

El banquete celestial. Donald Ray Pollock

Por Mientrasleo @MientrasleoS
El banquete celestial. Donald Ray Pollock
     "En 1917, mientras otro agosto infernal empezaba a tocar a su fin en la frontera que separa Georgia y Alabama, Pearl Jewett despertó una mañana antes del amanecer a sus hijos con un grito gurural que sonó más animal que humano. Los tres jóvenes se levantaron en silencio de sus rincones respectivos de la cabala de una sola habitación y se pusieron la ropa mugrienta y todavía húmeda del sudor de la jornada anterior. Una rata sarnosa y cubierta de costras se metió correteando en la chimenea de roca, haciendo caer trocitos de mortero sobre el frío hogar."
     Descubrí a Pollock con Knockemstiff una colección de relatos que me encantó y me hizo preguntarme cómo de horrible era el lugar en el que nació su autor, seguí con la novela El diablo a todas horas, igualmente contenta, y me tocó esperar. La espera del lector hasta que aparece un nuevo título. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El banquete celestial.
     Estamos en 1917, en la frontera entre Georgia y Alabama. Allí conocemos a los hermanos Jewett que viven en una cabaña mugrienta junto a su padre, Pearl, trabajando para un explotador. Cuando Pearl muere, sus hijos huyen de su vida en una escalada de sangre, violencia y atracos. Quieren llegar a Canadá. Conocemos también a Eula y Ellsworth, que perdieron sus ahorros por culpa de su hijo alcohólico.
     El banquete celestial hace referencia a la promesa de un banquete en la otra vida, la recompensa a una vida recta. Sin embargo, al morir Pearl, sus hijos se alejan totalmente de esa rectitud en esta novela con un corte de típico western que, además, tiene un punto cómico imposible de no percibir. Pollock es un hombre exagerado, de narraciones descarnadas y frontales que pueden resultar más que chocantes para algunos de sus lectores. Pero también tiene su pluma algo que hace que su lectura sea fácil, otorgando una suerte de anestesia al lector que pronto deja de sentirse afectado por tanta miseria y se descubre avanzando sin descanso por las tramas. Pronto lo descubrimos, al inicio de la aventura de estos tres hermanos, encerrados en los típicos clichés de uno listo, uno menos listo y el pequeño impredecible, cuando ya el mayor protesta sobre el mal comienzo preguntándose cómo es posible que en la primera noche ya hayan salido las cosas así. Lo plantea de una forma tan clara, que no podemos evitar sonreírnos pese a la sangre que ha dejado en el camino. Y así es como comenzamos la aventura, el camino de estos tres hermanos, que serán de quienes os hable en la reseña. A Eula y Ellsworth, al igual que al camarero terrible, el mendigo y otros tantos, tendréis que descubrirlos vosotros, no quiero privar a ningún lector de según qué placeres.
     Pero la novela es más que eso. La novela, cuajada de secundarios, en su mayoría masculinos, también hace una crítica a la situación, toca la Guerra y se mete de lleno en las vidas miserables que lo único que parecen exudar es podredumbre. Y en mitad de ellas, los tres hermanos, a los que no busca redimir pero en los que si deja ese leve rastro de "malo con buen corazón" si es que es posible describirlos así, ya que lo que más recordaremos nada más cerrar el libro serán los tiros, la sangre y los juramentos.
     Me ha gustado, me ha parecido que mezcla lo pulp con el western hasta conseguir una novela francamente entretenida en la que, con trazas de esa novela que ahora se ha puesto de moda, de vidas difíciles y pasajes austeros que termina resultando predecible, y un homenaje nada velado al western más típico, Pollock da una pequeña lección sobre lo que es reinventar la forma de contar una historia. Y es que, de lo que no me cabe duda alguna, es de que tiene estilo propio. Y a mi, me gusta. aunque posiblemente no sea para miradas sensibles o almas cándidas.
     Y vosotros, que ayer no os pregunté, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias.

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