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El Bloguero Miguel

Publicado el 10 abril 2014 por Dolega @blogdedolega

El Bloguero Miguel

Por Dolega 10 abril, 2014 Momentos especiales 8 comentarios

Estas cosas se me dan bastante mal.

Cuando pierdo algo que considero parte de mi vida, necesito tiempo para que mi mente y mi corazón reabsorba la tristeza, así que no estoy muy segura lo que saldrá de esto.

Voy a hablar del Bloguero Miguel, ese compañero de entradas y comentarios que apareció en mi vida un 27 de julio del 2012 diciéndome:

Qué digo yo, que si los hideputas volaran, este no bajaba ni a beber agua.

Y luego esperan a que lo pague en la otra vida. Un par de ostias en ésta y un rabo de cerdo metido por el orificio de salida y que le den a la justicia divina, que yo me quedo divinamente con esta justicia.

Me daré una vuelta pausada por el resto del blog.

Un saludo.

Recuerdo que me encantó la primera frase. Al poco tiempo en casa (sí, todos y cada uno de los comentaristas del blog tienen su nombre, su sitio y se habla de ellos como lo que son; parte de mi vida) era “Miguel el canario”. Yo hablaba de su blog, de lo que me gustaba y de la retranca que tenía escribiendo y comentando. Enseguida se me hizo imprescindible en mi mundo cibernético.

Recuerdo sus frases geniales:

La cigüeña está más perdida que Dess buscando el Punto G.

Un beso y yo te veo estupenda.

Sus comentarios mordaces:

Ya sé que voy a destrozar mi reputación con este comentario, pero debo reconocer que sí que acumulo algo y que además ocupa mucho espacio: libros. Sí, lo siento, soy de esos tíos raros que en cuanto tienen diez euros se va a una librería de segunda mano y se funde los diez euros. Ojo, que me da para comprar entre siete y doce libros. Ya, ya sé que doy asco. Pero sois mis amigos y teneis que aceptarme con mis defectos.

Para compensar, también acumulo pelotillas en el ombligo y en otras partes de mi cuerpo, pero eso no invade espacios comunitarios.

Un beso.

 

Eso de “pasa, siéntate y siéntete como en tu casa” que les dices a todos los nuevos comentaristas, él lo hizo con toda naturalidad.

Y como estaba en casa, daba la coña y exigía sin ningún tipo de cortapisas:

En primer lugar: este wordpress se ha vuelto tonto y ya no me reconoce. Tengo que rellenar los datos para cada comentario. Vale, me hago viejo pero no a ese ritmo que no me pueda reconocer.

En cuanto a la entrada en sí, te diré que en los últimos ocho años me he reencontrado con muchos compañeros de niñez y preadolescencia. Lo normal es que descubramos que ya no tenemos nada en común, salvo unos recuerdos, probablemente idealizados por la nostalgia. Pero también ocurre, que nos encontramos con “nuevas personas” en las que descubrimos nuevas afinidades adornadas con los lazos del pasado. La tristeza de lo perdido no debe menguar la alegría de lo encontrado. Se trata siempre de disfrutar.

Un besazo.

E insistía una y otra vez…

Pues lamento decirte que ha sido una falsa alarma. De nuevo he tenido que meter todos mis datos. Pero vamos, que se agradece el intento. Dicen que la intención es lo que vale y bueno, intención ha habido, pero yo seguiré poniendo mis datos cada vez que quiera dejar un comentario, que será siempre y cada día.

El blog, muy bonito. Claro y limpio. Se pueden comer sopas en él.

Un besazo del sempiterno (gracias Dess) metedor de inexorables (gracias Marga) datos.

Y me tocaba la moral…

 

Pues a mí me cae bien este bloguero inclusivo. TE ha hecho escribir antes de lo previsto, con lo cual tus lectores nos hemos encontrado con un “bonus track”. Tres hurras por el recíproco.

Pero, por otro lado, ando un poco mosqueado, porque no sé por qué, me da que para comentar en tu blog, este tío no tenía que identificarse cada vez, como me pasa a mí. Y no puede ser por no haber clicado en tu publicidad, porque él tampoco lo hacía, así que me debes una explicación. Ya te estás poniendo a ello y en forma de entrada. No voy a ser menos que tu íntimo ex lector.

Un besazo.

Y llegué a pensar que me vacilaba sin compasión…

¡Oiga! ¿Dónde se puede comprar un reconocedor de comentaristas, para no tener que identificarme cada vez?

Por lo demás, muy buena idea.

Espero que te regalen todo lo que desees.

Un besazo.

Mientras, yo me devanaba los sesos y enviaba mensajes al foro de wordpress exigiendo una solución a mi problema y siempre recibía la misma contestación: Eso es por la manera que tiene configurado el navegador el lector. Llegué incluso a pensar en ir a Canarias y configurarle yo personalmente el puto navegador, pero un buen día…

Antes que nada ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! Esto con un pentagrama y unas cuentas blancas, redondas, corcheas y semicorcheas, fusas y semifusas. Quiero decir, con música.

Ahora sí. Ahora he puesto la “M” y me ha dado la opción de “Miguel” y en el siguiente, y en el otro. Eso sí, el comentario lo que tengo que escribir enterito. Tampoco se puede tener todo.

En cuanto a las mazmorras, pues hija, ¿qué quieres que te diga? Seguramente Paca debe ser pariente de una cosa negra y peluda con más patas que un pulpo que de vez en cuando se sienta en el comedor con nosotros y que nadie nos ha presentado. Yo no pregunto, porque me pueden responder que si no reconozco a mi yerno o algo por el estilo.

Un besazo y mucha paciencia.

Y para que no quedara duda…

En primer lugar: los Reyes Magos existen. Yo les he pedido que me dejen comentar en el blog de dolega sin tener que poner siempre mi nombre, correo y web y me lo han concedido. ¡Aleluya! Dios es grande en el Sinaí.

Te iba a decir que vigilaras al Niño que le gusta demasiado la química, pero después de mi experiencia, me lo tengo que tragar. Y si el dice que uno tiene una corona blanca, la tiene.

Un besazo loca. Me ha encantado.

Y sencillamente fui tan feliz como él y me reí una “jartá”

Por las mañanas actualizo los perfiles sociales de la tienda.

Recuerdo que muchas veces nos intercambiábamos “me gusta” en el Facebook. Él en Nupaní y yo en Taller de escritura. Era como nuestros buenos días.

Siempre que escribo una entrada es alrededor de una frase que será inamovible en el post.

Recuerdo la entrada de Pizarro:

A pie de navío estaban Don Francisco Pizarro y su inseparable secretario Don Miguel Merino, hombre hábil con la pluma y experto en retorcer argumentos que había logrado ascender en la sociedad colonial hasta ser la mano derecha del Alcalde Pizarro.


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