Revista Comunicación

El bosque tras los árboles de los números de Tussam

Publicado el 14 febrero 2010 por Jackdaniels

Quienes trabajamos en Tussam, esos privilegiados que ganan fortunas súper millonarias cada año, ocupamos desde hace días las portadas de los medios y las cabeceras de lo telediarios. Ya he manifestado aquí que veo determinados intereses en los mensajes que se envían desde los medios.
Nos llaman irresponsables y nos acusan de querer llevar la empresa a la quiebra. No estamos pidiendo subidas salariales, ni mejoras en las condiciones laborales, ni nada parecido. Interesa este estado de cosas para que la peña no desvíe la mirada hacia otros frentes menos amables con los responsables directos de la gestión de la empresa.
Pedimos que lo que ha sucedido en esta empresa no se vuelva a repetir, que nos den garantías de que dentro de cinco años no nos volverán con la misma cantaleta de siempre de que si los costos de personal, que si los de explotación, que si la cara oculta de la luna, etc. Al final, como suele suceder en este tipo de crisis, las pagan siempre quienes no las provocan.
Si Tussam ha de funcionar como otra empresa cualquiera, regida por las leyes del mercado, entonces se tendrá que asumir por todos y cada uno de los sevillanos que habrán de desaparecer los títulos bonificados que soportamos –aproximadamente un 30% de la deuda anual- y cada cual pagar el precio del billete a su coste real. Ese chollo del transbordo, que no existe en ninguna capital de España y que cuesta un riñón a las arcas de la empresa, será un recuerdo que pasará a la historia de manera inmediata.
Tendremos que asumir que habrá barriadas enteras que se quedarán sin apenas servicio, o con uno bastante “diferente” al actual, al suprimir las líneas deficitarias. Se acabará de una vez por todas aquello de inaugurar líneas que nadie entiende y satisfacer no se sabe qué intereses, sólo por el hecho de salir en la foto. Líneas que a la postre se presentan como deficitarias y como una lacra para la empresa.
Si nosotros asumimos sacrificios para sacar la empresa a flote, llámese congelación salarial, recortes en las prestaciones sociales o flexibilidad laboral a la hora de realizar nuestro trabajo, todas las mamarrachadas anteriores no sólo se han de acabar, sino que habrán de darse las garantías necesarias para que no se vuelvan a repetir.
Es más, ya se hace más que imprescindible, y así lo hemos pedido los trabajadores, una auditoría rigurosa y pormenorizada de las cuentas de Tussam que esclarezca en qué se ha dilapidado tanto dinero. Porque a los trabajadores lo único que se nos puede reprochar es sacar de ella el salario que nos pagan, que está establecido al detalle tanto en el convenio como en la legislación laboral vigente.
Otros tal vez tengan menos interés en que el paisaje de los números se esclarezca y por fin se pueda ver con nitidez el bosque que hay detrás de los árboles. Porque igual, en el bosque hay más de una sorpresa.



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