El brillo de Messi en la selección empieza a ser lugar común

Hasta no hace mucho, Lionel Andrés Messi era criticado por no tener un muy buen nivel en el seleccionado argentino. No importaba que convirtiese de a muchos en el Barcelona. Brillar con la casaca albiceleste era una cuenta pendiente para él. Pero de a poco la está saldando. Hoy tuvo una actuación en la que ningún adjetivo sería suficiente para describirla: anotó tres goles en el 4-3 ante Brasil, el último de ellos, una obra de arte.

Éste gol fue Messi en estado puro, yendo en sentido diagonal como si estuviese usando un scooter, dejando atrás a los rivales, y definiendo con la zurda. Hay que destacar que este golazo fue algo similar a uno que anotó un año y medio atrás, en Qatar y ante el mismo rival, solo que allí, en lugar de definir con todo, la tocó al palo opuesto del arquero. Además, este tanto habría quedado en un segundo plano de no haber sido porque minutos antes le hicieron falta  luego de sacarse de encima con mucha clase a parte de la defensa.

Los otros dos goles de su autoría también sirvieron para corroborar un acierto de Alejandro Sabella: es uno de los primeros en saber rodear al rosarino, algo en que fallaron sus tres últimos antecesores. Eso se vio a partir de aquel partido con Colombia. Y hoy no fue la excepción: Gonzalo Higuaín, Ángel Di María y Sergio Agüero cumplieron con su objetivo de abastecerlo, a pesar de que los tres no estuvieron juntos en cancha (los dos del Real Madrid comenzaron como titulares, y el ingreso del “Kun” fue por el ex Rosario Central).

Justamente no compartieron cancha porque el DT albiceleste decidió darle prioridad a la defensa. Pero más allá de eso, ésta no respondió. Tuvo responsabilidad en los dos primeros goles, convertidos por Rómulo y Oscar respectivamente, y cometió varios errores en jugadas que habrían terminado en el fondo de la red, de no haber sido por Sergio Romero, quien fue el que se equivocó en el último gol verdeamarelo, hecho por Hulk.

En el lado brasileño, las cosas fueron parecidas. A pesar de que enfrente estaba el mejor del mundo, la zaga falló constantemente (aunque en el gol de Federico Fernández no tuvo responsabilidad), achicando sin presionar al rival. Y respecto a Neymar, mostró chispazos de su talento, pero terminó ratificando sus dichos y refutando los de Pelé acerca de si él era mejor que Leo.

En el MetLife Stadium, donde hace de local otro jugador que lleva la 10 y cuyo apellido empieza con M, pero en el “otro fútbol“, Lionel Messi volvió a brillar con la selección. Por suerte, esto está convirtiéndose de a poco en lugar común. Se lo merece.