El Dr Rodriguez Sendín opina, puesto que obviamente se trata de una opinión, que 1: existe gente que hacen mal uso de la asistencia sanitaria; 2: que no se hace nada por evitarlo y 3: en vista de lo cual esos ciudadanos deben ser perseguidos y sancionados. Ya hemos dicho antes que las opiniones son como el culo: todo el mundo tiene una, o uno. Y por ello, no vamos a negarle al ilustre doctor que exponga la suya.
Sin embargo, no es una opinión única. Hay bastantes personas que opinan lo mismo y aportan anécdotas de conocidos o de salas de espera. Lo mismo que algunos facultativos y trabajadores sanitarios que, más o menos agobiados por su tarea, repiten la mantra de que la gente abusa. Por otro lado, parece como si este tema tenga algo de viejuno. Algo de un pasado, reciente, pero pasado.
Personalmente el tema me ha ocupado en el pasado. Hace casi veinte años escribí una tesis doctoral con la experiencia de servicios de urgencias con el subtítulo de Factores Socioculturales En La Oferta y La Demanda de Las Urgencias Pediátricas que luego se publicó como libro “Urgencias. Abierto de 0 a 24 horas”, todavía disponible en Amazon ( o, si alguien está muy interesado, se lo puedo proporcionar). La tesis es que la demanda y la oferta de los servicios de urgencias es más dependiente de factores sociales que de ninguna otra cosa.
Resumiendo, la gente va a Urgencias principalmente porque está abiertas. Disponibles. 24 horas al día. 365 días al años y 366 los años bisiestos. Mientras que el resto del sistema asistencial suele abrir de 08.00 a 20.00 y sólo de lunes a viernes. O sea que de las 168 horas de la semana, solo 6o, es decir el 35% del tiempo, los servicios asistenciales de Atención Primaria permanecen abiertos. El otro 65% sólo hay abiertos los servicios de Urgencias. Sobre todos las larguísimas otras 60 horas seguidas que van desde la tarde del viernes a la mañana del lunes.
Después hay mil razones más, desde la demora que representa la programación de las consultas en Atención Primaria hasta el prestigio de los hospitales como centro de atención. Desde la conveniencia horaria para quienes dependen de horarios laborales, hasta la hipocondría multidemandante de algunos pacientes.
Ya hace tiempo que los hospitales han adoptado sistemas de triaje para facilitar la asistencia en los servicios de urgencias y, los más modernos, han adaptado sus estructuras físicas a la demanda que van recibiendo.
También van mejorando los sistema de información y citas para evitar que los pacientes se olviden de recoger sus análisis o pruebas complementarias o de su presencia en las listas de espera, aspectos que también preocupan al Dr. Rodriguez Sendín en su cruzada de lucha contra en mal uso de la asistencia.
En mi experiencia casi todo ello debe solucionarse con los propios recursos del sistema y no multando a nadie.
En todo caso, quien tiene la responsabilidad de canalizar los flujos asistenciales y la optimización de su utilización es el propio sistema sanitario. Con previsión y organización. Con conocimiento y buena comunicación. Las medidas represivas no son más que una muestra de incapacidad, impotencia e inoperancia. Mal rollo.
Antes de acabar de escribir esta entrada ya he tenido oportunidad de escuchar, en diferentes emisoras de radio, unas cuantas críticas serias (de periodistas, tertulianos y, también, de presidentes de colegios de médicos y representantes sindicales) a las opiniones del señor presidente del Consejo General de Colegios de Médicos. No creo que con ello se vaya a zanjar la cuestión, así que en subsiguientes entradas seguiremos tratando el tema.
X. Allué (Editor)