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El caballo que va por el Oscar

Publicado el 13 febrero 2012 por Ou88 @galletita
El caballo que va por el Oscar
Un caballo en las trincheras, eso es lo que nos presenta Spielberg con este film, un soldado de cuatro patas capaz de estirar cañones, cabalgar como ninguno al frente enemigo y sobrevivir como uno mas en el campo de guerra y todo esto luego de haber sido prácticamente indomable.
Al principio de la película, vemos como en parte por terquedad pero también por atracción a su espíritu salvaje, un ex combatiente de guerra ingles, va a las subastas de caballos y por 30 guineas, cantidad exorbitante en 1914, compra uno que de tiro no tiene nada y de fiero tiene de más, lo que, debido a la delicada situación económica en la que se encuentran, les deja dos opciones, devolverlo o entrenarlo para que labre sus campos.
A pesar de parecer una tarea imposible a ojos de todo el pueblo, es Albert Narracot, joven de 16 años terco como su padre y el caballo juntos, quien decidido como ninguno y empujado por sus ganas de conservar al animal, consigue no solo colocarle el arnés sino arar esos campos rocosos y dejar boquiabiertos a todos, incluidos los secretarios de Lyons, dueño de la granja.
La gran satisfacción que disfrutan los Narracot cae por la borda luego de que una tormenta arruina sus cosechas y el padre que teme por el futuro de su familia decide vender al caballo a escondidas de su hijo, ya que sabe cuanto cariño le tiene desde que lo entreno. Aun así, Albert se entera y con lágrimas en los ojos y el corazón herido, trata de convencer al soldado de que se lo devuelva porque no le va a ser útil pero es este quien lo convence de que no se preocupe, diciéndole que lo va a cuidar y se lo va a devolver. Aceptando lo inevitable de su partida, le coloca la banderola de su padre antes de que soldado y caballo partan rumbo a la primera guerra mundial.
Del resto de la película puedo rescatar tres grandes detalles, las tremendas y maravillosas tomas de Spielberg, consistentes en planos medios y generales capaces de captar los grandes escenarios de las principales batallas, la musicalización de John Williams, quien colaboro anteriormente y en reiteradas ocasiones con Steven y la falta de sangre en los 146 minutos de esta historia, que, por tratarse de una película bélica, resulta particularmente increíble. Pero si, si mal no me equivoco, es en una escena donde uno de los caballos tiene la rodilla lastimada que se ve algo de sangre y creo que esto puede deberse al apego de Spielberg a la historia original ya que en sus inicios esta fue una novela infantil. De esta manera, rescato esto ultimo por ser esta una película de clasificación intermedia, bien pueden disfrutarla los adultos y los mas pequeños sin miedo a que uno de estos vea volar pedazos de un hombre luego de un disparo de cañón o restos de soldados en lagunas de sangre como si se puede observar en otros filmes del mismo director (“Rescatando al soldado Ryan”).
Siguiendo con mi punto de vista de espectadora de 24 años hay un detalle mas que tengo que rescatar pero este no es uno a favor, me pareció que bien podían haber utilizado lenguajes extranjeros para los personajes franceses y alemanes; si bien es posible que varios soldados del bando contrario sean capaces de hablar en ingles, en esta película todos manejaban el idioma y me hubiera gustado que no fuese así, le habría dado mas naturalidad a la historia como ocurrió en “Bastardos sin gloria” de Tarantino. Fue por eso que de estar involucrada en plena guerra mundial volví a recordar que estaba en una sala de cine y eso no me gusto. A pesar de pasar alemanes y franceses por ingleses, "Caballo de guerra" es una inversión visual para los espectadores y una obra conmovedora que amerita las nominaciones que se le otorgaron a los premios Oscar.

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