El cáncer es mi despertar: DE CARA A LA REALIDAD (II)

Me fui de viaje por 7 semanas y sólo en alguno que otro momento volví a pensar algo sobre la enfermedad, sin darle mucha importancia.  No fue un viaje de descanso, pero al regreso  estaba alegre por el avance de las gestiones que hicimos y porque también habíamos disfrutado algo de tranquilidad en el pueblo donde nos quedamos.
A los pocos días de mi regreso, mi hijo me recordó los exámenes y me acompañó a hacerlos y a recoger los resultados en la tarde. Al abrir el sobre sentí que los números se me venían encima y danzaban frente a mis ojos, no lo podía creer, ¡habían crecido exponencialmente en pocas semanas! Nos vamos a la consulta del oncólogo de Caracas, al llegar la secretaria me indica que puede darme cita dentro de cinco semanas. Sin poder hablar, me siento a llorar frente a ella, imaginándome otra vez la ronda de ruegos para que alguien me atienda. La secretaria nerviosa me pide los exámenes y al verlos se sorprende y me dice, espéreme un momento que le voy a preguntar al doctor si la va puede atender. El doctor, gracias a Dios, sí me atiende. Soy la última paciente pero la más agradecida. El doctor me revisa y me informa que tengo líquido retenido a la altura del abdomen, y que debo hacerme un tac de abdomen y pelvis para tener mayor detalle. Me indica que efectivamente hay un proceso de reincidencia y hay que iniciar la quimioterapia lo antes posible: seis sesiones con veintiún días de descanso entre cada una. Ante las alternativas que me propone, escojo la de hacerme la quimioterapia en la ciudad donde resido, para no estar viajando cada 3 semanas y un control con él cada 3 meses.Me asalta un carrusel de sentimientos, estoy contenta porque ya sé que tengo que hacer, pero estoy triste porque no voy a poder viajar ni mudarme en los próximos meses, me alegra que el pronóstico es bueno porque se detectó temprano, pero me angustia la dureza del tratamiento y porque no quiero ver tristes a mis hijos. Me siento bien físicamente como para empezar inmediatamente el tratamiento, pero tengo miedo a no tener éxito y tener que colocarme más sesiones y aunque es una tontería, volver a pasar por lo de la caída del cabello y las pelucas que fastidian tanto con el calor….
Regreso a Puerto Ordaz y consigo a una nueva oncóloga con tanta fama como buen carácter, seguridad y fortaleza, que trabaja en una sala amplia e iluminada y todas las circunstancias se dan para que en menos de una semana ya tenga la cita para mi primer ciclo de quimioterapia. Me hago mi TAC de pelvis y abdomen donde se evidencia un foco de cáncer en el colon y el líquido en el abdomen...Grisbby ZavalaPróximamente más de mi historiaEnlace relacionado:El cáncer es mi despertar (Parte I)