Revista Europa

El caos de las cuotas de refugiados

Por Desde Hungría
A pesar de tantos meses de debate sobre las cuotas de refugiados, más allá de que hoy se hayan aprobado (cosa que nos intentarán vender como una lección de valores), a nadie se le escapa que esto es tan solo un parche temporal, que no va a arreglar en absoluto el drama migratorio al que se enfrenta Europa. Solo de Enero a Septiembre de este año ha habido  más de 500.000 de peticiones de asilo en el viejo continente (es decir, más del cuádruple de los 120.000 que se va a repartir la UE), por no hablar de que siguen llegando miles de personas cada día, y de que la cifra total podría ser de varios millones (Alemania habla de 1 millón para empezar). En estos momentos hay miles de inmigrantes haciendo cola en la frontera serbo-croata (que continua cerrada), o entrando a Austria.
El caos de las cuotas de refugiadosEl ejército de Austria custodia un grupo de recién llegados al país alpino. En los últimos días miles de personas han llegado a la frontera austríaca.fotografía: index.hu
El hecho de que varios países, y además todos del este de la UE, como Hungría, República Checa, Eslovaquia, Polonia, Letonia o Rumanía estuviesen en contra de este reparto (ojo que antes también había occidentales como España y Reino Unido), da que pensar sobre el asunto. Finalmente Hungría, República Checa, Eslovaquia y Rumanía votaron en contra, y Finlandia se abstuvo. El resto de países votaron a favor y se aprobó por mayoría. Que Juncker ande detrás de este plan me da bastante temor.
Los análisis que he visto hasta ahora de estas cuotas son tremendamente superficiales, y se centran en el drama humanitario (que por supuesto existe) en lugar de analizarlo seriamente. Por supuesto que todo el mundo tiene derecho a una vida mejor, faltaría más, y la migración dentro de la propia UE es un hecho (especialmente de los países del este a los occidentales). Y es obvio que la UE debe dar refugio y asilo a aquellos que vienen de países en guerra, en la medida de lo posible (y la UE tiene bastante capacidad, que no infinita). Ese tema no es lo que quiero debatir, es algo tan obvio que me parece absurdo acusar a los países que se niegan a las cuotas de poco humanitarios o xenófobos, como han hecho algunos medios. Me parece algo propio del nivel mediocre de periodismo que padecemos en España. El problema es que estas cuotas son totalmente disparatadas y están llenas de sinsentidos. Vamos, que son una chapuza enorme.
El caos de las cuotas de refugiadosLa prensa se ha dedicado mayormente a recoger imágenes como esta, donde un niño recién llegado a Hungría ofrece inocentemente una galleta a un policía húngaro. Pero señores, detrás de estas imágenes hay un problema gordo.
En primer lugar, los inmigrantes y refugiados que llegan a Europa quieren ir a Alemania en su inmensa mayoría, y un pequeño número a Suecia. Es decir, nadie quiere ir a Estonia, nadie quiere ir a Polonia ni a Hungría. ¿Se les va a obligar a estos futuros refugiados legales a vivir en estos países? Y además es absurdo. ¿Cómo se les va a retener allí? Estarán en Schengen y podrán irse a Alemania tan pronto como les plazca. A veces pienso que Merkel o Juncker tienen un grave problema neurológico si se creen las cosas que dicen. Hace poco, en la propia Alemania, en un tren que trasladaba refugiados a Berlín, alguien accionó varias veces el freno de emergencia y centenares de refugiados saltaron del tren y desaparecieron. Según dicen, tampoco querían ser registrados en Alemania y se dirigieron  a Suecia por sus propios medios, de forma irregular.
Lo que dice la UE es que para evitar esto, si los refugiados quieren seguir cobrando las ayudas, tan solo podrán hacerlo en el país al cual se les destine. Tampoco se cómo van a obligarles, o si simplemente irán a cobrar el cheque y después se volverán a Alemania. En Bruselas dicen que si hacen eso se demostraría que no son refugiados, sino inmigrantes económicos, y serían expulsados de la UE o como poco privados de dichas ayudas. Pero es que, visto lo que ha ocurrido hasta ahora, me temo que muchos sean de este segundo grupo. ¿Qué harán cuando se enteren de que Alemania, que dijo públicamente que les daría el asilo, los envíe a Rumanía? Les hemos visto en Röszke bastante enfadados cuando no les dejaban entrar a Hungría, así que se puede liar otra buena.
Ayudas que, por cierto, no se sabe cómo van a ser. Si cada país aplica las suyas malo, porque entonces habrá refugiados cobrando una pasta en Alemania comparados con aquellos que, por ejemplo, lo hagan en Lituania, y habrá dispares modos de vida (por no hablar de protestas o manifestaciones de estos refugiados), lo cual sería tremendamente discriminatorio y mostraría las terribles desigualdades que ya hay en la UE hoy en día entre sus propios ciudadanos. Y si todos cobran lo mismo, incluso peor. Porque a ver cómo se le explica a un pensionista rumano que cobra 100 € que su vecino refugiado cobra el triple o el cuádruple, o a un trabajador húngaro que ese refugiado con el que se cruza en la calle y que aún no ha tenido tiempo de buscar empleo, gana más dinero que él. Todo esto no es que diese alas a la extrema derecha, es que le daría un Boeing 747 repostado y con tripulación. Y ya sabemos todos, por duplicado, cómo termina Europa cuando la extrema derecha llega al poder.
Igualmente ya me dirán algunos como diablos estos refugiados van a encontrar empleo en países como España o Grecia, con tasas de paro que rondan el 25% (o el 50% juvenil, pues muchos de los migrantes son bastante jóvenes). ¿No es condenar a la cola del paro a un refugiado destinado a España? Y si en la propia España muchos inmigrantes irregulares están privados del derecho a recibir asistencia sanitaria en estos momentos, ¿no sería discriminatorio que un refugiado pudiese ir al médico y ellos no?
El caos de las cuotas de refugiadosAutoridades húngaras trasladan un convoy de autobuses con inmigrantes que Croacia transporta a la frontera magiar, sin ningún acuerdo de por medio. Primero lo intentó con Eslovenia, pero el gobierno esloveno se negó en rotundo.fotografía: index.hu
El caos de las cuotas de refugiadosViktor Orbán se ha convertido en el malo de la película. Muchas de sus decisiones son muy discutibles, pero la mayoría son debidas a las malísimas regulaciones europeas que han puesto al pequeño estado magiar contra las cuerdas de la presión migratoria.fotografía: index.hu
Pero más allá de estas cuestiones, quería analizar la postura de Hungría tan contraria al sistema de cuotas. Más que nada porque de aprobarse, como así se ha decidido hoy, Hungría tendría 54.000 personas menos bajo su custodia (al ser uno de los países que más ha recibido, Hungría transferiría a muchas personas a los países vecinos), así que en teoría debería estar bastante interesada, ¿no?. Bueno, pues el principal motivo es que este pacto de cuotas sigue imponiendo a Hungría ser la puerta de entrada de la UE para la inmigración: deberá ser Hungría quien registre primero a todos los que lleguen (¡y eso que  la mayoría primero llegan a Grecia!).
Claro, la realidad es que Grecia es el primer estado Schengen al que llegan los inmigrantes, y debería ser Grecia quien los registrase como refugiados y repartiese. Pero el país heleno está en coma desde hace varios años (por su deuda económica, fundamentalmente con Alemania). Pero es que además, en virtud del tratado de Dublín, todo aquel solicitante de asilo al que se le denegase su petición (y muchos no proceden de países en guerra, con lo que, previsiblemente, no se les va a conceder), o estuviese en un país que no le corresponda, sería devuelto al país por el que entró: efectivamente, Hungría. Es comprensible entonces que el gobierno magiar blinde sus fronteras y aplique leyes restrictivas para reducir al máximo el número de entradas por su territorio, o deberá hacer frente a un brutal y repentino número de migrantes que colapsaría este pequeño país centroeuropeo: bien porque llegan de Serbia, bien porque se les devuelve de los otros 25 estados Schengen (el efecto "sandwich" que ya expliqué en entradas previas). En la práctica, Alemania ha anunciado que tan solo no aplicará el tratado de Dublín a los sirios, pero es que en cifras, los sirios son una minoría comparado con la suma del resto de países de los cuales vienen esas personas.
El caos de las cuotas de refugiadosPeticiones de asilo en la UE, en una gráfica elaborada por la BBC británica. Del total de 625.920, poco más de 120.000 son de ciudadanos sirios.
El caos de las cuotas de refugiadosPrevisiblemente puedo decir ya que las peticiones de asilo en Alemania de albaneses, kosovares, serbios, macedonios o bosnios se van a denegar. Y como entraron por Hungría, podrían ser devueltos a dicho país. Y así con muchas más nacionalidades.
El caos de las cuotas de refugiadosCampamento de refugiados en Turquía, país que acoge a 2 millones de sirios desplazados.
El caos de las cuotas de refugiadosComo contaba la BBC, la policía eslovena, en plena frontera, lanzó gas pimienta a un grupo de inmigrantes que trataba de entrar ilegalmente a Eslovenia. Tuvo poca repercusión. Parece que si no es Hungría quien hace estas cosas, no interesa. Es como si la UE intentase tapar sus vergüenzas focalizando todo el conflicto en Hungría.
A mi la sensación que me da es que la UE ha metido la pata hasta el fondo (pero desde hace años, no solo por esto), y que cada vez que la intenta sacar lo único que consigue es hundirla más profunda. Alemania la lió con sus declaraciones de dar asilo a 800.000 personas, las mafias y los listillos animaron aún más a los refugiados a emprender el viaje para "sacarles la pasta", se les unieron muchos que no huían de la guerra pero pensaban que "iba a colar", aquí la UE no funciona ni para los de dentro ni para los de fuera, y los inmigrantes, seguramente engañados un poco por todos, tampoco ponen mucho de su parte queriendo ir todos al mejor postor (es decir, a Alemania y Suecia).
Lo sensato sería construir campamentos donde se cubriesen todas las necesidades básicas de estas personas (como el de la fotografía anterior de Turquía), probablemente en Grecia, puerta de entrada de toda esta gente a la UE (y así evitar su miserable viaje por el continente), e ir progresivamente buscándoles vivienda o trabajo para que se integrasen en Europa (en la medida que es posible para un continente en plena crisis económica, que para muchos europeos, no digamos ya precisamente griegos, es ya una crisis humanitaria también). Pero fijaos, si los dirigentes de la UE se han visto incapaces de manejar la primera "remesa" de 120.000 solicitantes de asilo, como para organizar la llegada de varios millones de personas a los 28 variopintos y terriblemente desiguales países de esta desunión europea. Porque, todo sea dicho, si resulta un éxito total, el efecto llamada será aún mayor.
Prepárense señores para más escenas rocambolescas, migrantes de un país para otro, políticos con cara de póker, manifestaciones, militares, incidentes diplomáticos y desplantes de todo tipo. ¡Esto no ha hecho más que empezar!

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