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El Castillo de Hammond, Estados Unidos

Por Nosoloviajeros @nosoloviajeros

Castillo de Hammond, Estados Unidos

Probablemente, pocos castillos y edificaciones en el mundo reúnan tal cantidad de excentricidades como el Castillo de Hammond, localizado en la costa de Gloucester, Massachusetts, Estados Unidos. Fruto de la imaginativa e inventiva mente de uno de los inventores más versátiles del siglo veinte, John Hay Hammond Jr., padre, entre otros inventos, del control remoto. Este castillo de aspecto medieval fue comenzado a construir en 1926 y terminado en 1929, el año de la gran depresión y del crack bursátil; Hammond lo convirtió en su residencia, y en almacén para su colección de reliquias y artefactos medievales, la mayoría de los cuales aún se conservan y pueden visitarse en la actualidad.

El castillo medieval de las excentricidades

El Castillo de Hammond fue sede y laboratorio de su constructor, quien, bajo sus muros, inventó más de 400 patentes, muchas de las cuales puso en práctica en su propio edificio. El castillo, a simple vista, no parece que oculte muchos misterios. Por fuera es un castillo de aspecto medieval, aunque construido en época contemporánea. Por dentro, en cambio, destaca por la gran cantidad de excentricidades que contiene: desde un comedor de estilo renacentista, una peculiar y preciosa biblioteca de forma redondeada o pasadizos ocultos; hasta una piscina cubierta y climatizada en la que se puede reproducir la sensación de nadar bajo la lluvia. Por otro lado, estas peculiaridades no son lo único que hacen del Castillo de Hammond un lugar increíble puesto que además alberga un puente levadizo, la tumba de un niño que vivió en la época romana y una gran variedad de artefactos históricos y medievales.

Castillo de Hammond, Estados Unidos

El salón principal, de estilo renacentista

John Hay Hammond Jr, entre la ciencia y el misticismo

Numerosas leyendas rodean al propio Hammond y tienen como epicentro su castillo, en el que muy pocas personas, por seguro, querrían pasar siquiera una sola noche. Entre otras excentricidades, Hammond, junto con su esposa Irene, tenían la extraña costumbre de organizar una procesión fúnebre gatuna cada vez que uno de sus gatos perecía, introduciéndolos en formol y transportándolos en un vehículo, para más tarde enterrarlos en el propio castillo. Se cuenta además que la pareja tenía interés por las ciencias ocultas y el mundo espiritista, y en una zona del castillo hay una parte del suelo blanqueada por las prácticas que realizaba Hammond para atrapar a las almas del más allá, para lo que creaba un campo eléctrico con el que, supuestamente, podía atraparlos.

Castillo de Hammond, Estados Unidos

La piscina interior del castillo

El inventor John Hay Hammond Jr. refleja la paradoja entre la fina línea que existe realmente entre ciencia y misticismo, entre lo natural y lo sobrenatural o entre la razón y la locura. Pero, a pesar de sus excentricidades, no debemos olvidar que era un hombre muy peculiar e inteligente que nos dejó grandes avances científicos. En la actualidad, el castillo funciona como el "Museo del Castillo de Hammond", con la colección de Hammond de la romana, medieval, del Renacimiento y de algunos artefactos, y exposiciones sobre su vida y los inventos. Se ofrecen también una serie de giras para el público, y todos los visitantes pueden explorar las ocho cámaras, un patio elaborado, dos torres y un salón de baile.


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