Arturo Ripstein
ARTURO RIPSTEIN
REPARTO
Claudio Brook...Gabriel Lima
Rita Macedo...Beatriz
Arturo Beristáin...Porvenir
Diana Bracho...Utopía
Gladys Bermejo...Voluntad
Reconozco que no he visto mucho cine de Ripstein, sólo sus obras más “recientes” como “La perdición de los hombres”, “Profundo Carmesí” y “El coronel no tiene quién le escriba”, aparte de no recordar gran cosa, las vi en el cine en su momento, de no dejarme ningún tipo de marca, de no decirme nada ( pero que ahora me han entrado tremendas ganas de revisar) ha servido para dejar de conocer o interesarme por otras obras de este autor. Pero por un crossover casual, un amigo me ha regalado una estupenda versión de “El castillo de la pureza” que me ha prácticamente "secuestrado". Parece que Ripstein se encontraba mucho más cerca de Buñuel, a diferencia de otros directores Latinos que estaban más cerca o que deben su vocación a De Sica o Rosellini y basándose en una historia real, acaecida en el año 1950, la película fue ofrecida inicialmente a D. Luis, quién se negó y sugirió el nombre de su joven protegido, ayudándolo con colaboradores habituales, incluso sugiriendo los papeles para los roles principales a actores como Claudio Brook, o Rita Macedo. Parece ser que el temor al confinamiento es una constante en el cine primerizo de Ripstein. Gabriel Lima (C. Brook) es un estricto padre de familia que decide tener aislados a su esposa Beatriz (R. Macedo) y a sus tres hijos: Porvenir, Utopía y Libertad, del mundo exterior, encerrándolos en su antigua y decadente casa en el centro de la ciudad, durante nada menos que dieciocho años, el tiempo que tiene su hijo mayor. Gabriel, además de ser un fanático religioso, parece que es el único capaz de conservar su pureza original ayudando a evitar “la corrupción en el mundo”, y se gana la vida, con la ayuda de sus hijos fabricando un veneno para ratas, deforma casera, sin permisos legales y haciendo la venta puerta a puerta, al mismo tiempo que ejerce de profesor con sus hijos, pues es una persona cultivada. La horrible locura del confinamiento, sus hijos con la lluvia como única ventana al mundo exterior en el patio central de la casa, mientras van llegando a la adolescencia y pasan el tiempo que tienen tras el trabajo jugando con antiguos juguetes y antiguos juegos. El problema que Gabriel no sabe es que a pesar de esa confinación su familia ya está contaminada, y mucho. A este fanático padre, que no les deja comer carne, mientras el come fajitas en la calle, o no le hace el amor a su mujer, este auténtico hipócrita moral que se va de putas aprovechando los días de venta, utiliza el castigo físico y psíquico casi de forma continua contra toda su familia, un padre estricto que erige su sistema de principios absolutos., negándole absolutamente todo a su familia. Pero la situación, con el crecimiento de los niños se va volviendo cada vez más insoportable a medida que avanzan hacia la adolescencia y se les presentan gestos de revelación, el ir contra natura, el despertar de la líbido, al mismo tiempo que son severamente castigados por el tirano. El ambiente de la película es sofocante, agorafóbico, lúgubre, pleno de sentimientos irracionales y gobernados por el absurdo. A pesar de todo, cuando tenemos la oportunidad de ver el brillo del sol, en medio de ese patio normalmente lluvioso, esta triste historia está tan bien tratada y contada, que, contradictoriamente es por momentos “hermosa”. Afecto y opresión, crimen y sentimiento de culpa, este Castillo de la pureza, con todos sus elementos conforman el horrible universo de la locura del hombre en confinamiento.¿La pureza que pretende para su familia puede conseguirse de una forma racional?¿Podemos estar aislados de los "pecados" y los "males" que asolan al mundo?