Revista Cine

El casting para mayores de 18 años

Publicado el 18 noviembre 2014 por Heitor

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Qué difícil es hablar de una obra, una película, un espectáculo, cuando uno no quiere desvelar nada del mismo. Porque hay funciones de las que uno sale sin parar de hablar del tema, de recordar momentos, de revivir sensaciones pero, a la hora de recomendar, no sabes cómo hacerlo.

- Tío, que la obra es la bomba. Ve, no lo dudes.

- ¿Pero de qué va?

- Mejor que vayas sin información.

- Pero, ¿y si no me mola?

- Que sí te va a molar.

- Es que a mí las sorpresas…

Y en ese momento, te asaltan las dudas y te quedas como Dos Caras, el archienemigo de Batman. Si no cuentas nada del argumento el colega se queda sin ver una de las obras más originales, divertidas y mejor escritas del circuito alternativo teatral madrileño. Pero por otra parte, si uno se pone a explicar, privas al sujeto de ese maravilloso efecto sorpresa que deja a uno con los ojos como platos y el gustazo de ir descubriendo un pequeño universo a cada paso.

¿Qué haría Dos Caras? Sin duda, lanzar una moneda al aire y descerrajar cinco tiros si sale la cara mala y cruzarte la cara si sale la buena. Yo, por mi parte, voy a intentar convencerte de que “El casting para mayores de 18 años” es una de las mejores opciones que puedes elegir si estás pensando en ir al teatro. Sin desvelar el argumento. Y con una mano atada a la espalda, por qué no.

Para empezar, el término teatro quizá se le quede pequeño. Porque la obra, no es teatro al uso. No esperes sentarte en una butaca y asistir a una historia ajena. No vas a tardar ni cinco minutos en sentirte parte de la obra y la historia acabará siendo parte de ti. El espacio, las actrices y el texto serpentean entre el público asistente y conforman un ambiente único y mágico que te llevará de una emoción a la siguiente cogido de la mano, como en una primera cita.

¿Quiere esto decir que se van a meter contigo y te va a dar muchísima vergüenza y vas a querer enterrar la jeta en la tierra cual avestruz? No. El clima que se crea es muy familiar y lo último que nadie pretende es que alguien se sienta incómodo. La obra está ideada para hacer disfrutar, para hacer reír, llorar y emocionarse y bailar y cantar y…

Pero, todo esto parece un poco porno, ¿no? Bueno, pues lo justo. Quizá si acabas de salir de un convento, no debería ser la primera obra que vieras. O sí y dejamos de darle tanta importancia al sexo. ¡Faltan besos en el mundo!

Pero, no se vayan todavía, que aún hay más. El elenco. Ay, ese extraordinario, sensual, magnético, acertado y talentoso trío de damas que nos conducen al interior de la historia de forma tan natural, que nos olvidamos de que lo que nos rodea es ficción. Alexandra Torres, Ainhoa Tato y Pilar Minsa cargan sobre sus hombros el desarrollo de una historia que muta en cada giro, en cada frase, en cada puerta. Su compenetración es absoluta y la complicidad que logran extraer del público convierten la experiencia en algo íntimo y único.

Y, last but not less, el texto. Ese tremendo guión escrito y dirigido por Doriam Sojo que nace del entorno, crece en sus actrices y deja su semilla en el espectador. Una historia que comienza enredándose juguetona entre los asistentes, echa a correr despendolada y soltando la melena y finaliza en un último derrape descarnado, a alma viva.

Así que creedme. Cerrad los ojos, no hagáis preguntas y plantaos en este “Casting para mayores de 18 años” en el que todo el mundo tiene cabida. Y al acabar, quedaos un rato charlando tranquilamente con los artífices del juego mientras os bebéis un sorbito de lambrusco y disfrutáis del clima familiar que se ha creado. Es entonces el momento de las preguntas, de los comentarios, de los agradecimientos y de las risas.

Es en ese momento, en el que os sentiréis parte de una nueva y pequeña familia, con la que ya habréis reído, llorado y vivido. Y entonces, os tocará a vosotros decidir cómo le habláis de esta joya al resto del mundo.


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