Revista Salud y Bienestar

El cementerio de las buenas ideas

Por Saludconcosas @manyez
El cementerio de las buenas ideas


Hoy vamos a pedirle prestada a nuestro buen amigo Salvador Casado la idea de sus relatos de verano (Julio Mayol también escribe relatos), para hacer una pequeña historia (casi real) de otoño.¿Un celador de planta en un grupo de trabajo de la Consejería? Increíble pero cierto... Andrés no se lo creía, pero era verdad. Al final, su interés y voluntad a la hora de colaborar en todas las actividades de mejora de su hospital, e incluso su valentía para proponer cambios en algunos procesos asistenciales, no había caído en saco roto.Su función era la de aportar propuestas en relación a la calidad percibida por el paciente, y así mejorar su estancia en el hospital. Los compañeros de viaje en aquel grupo eran muy variopintos: un director general, una jefa de área, un supervisor de enfermería de un gran hospital, un asesor de algún jefazo y un cirujano de un hospital comarcal. Dos reuniones después ya había varias propuestas en la mesa, muy claras, que podían tener un efecto muy poderoso en los hospitales de aquel servicio de salud. ¿Necesidades? Algo de formación, creación de grupos de trabajo en cada hospital, seguimiento de las actividades, elaborar una guía (en diversos formatos, incluyendo vídeos) y alimentar periodicamente la web que iba a albergar toda la información.Se estableció un cronograma, se elaboraron unos objetivos e indicadores para saber el grado de cumplimiento de cada actividad a realizar, se preparó un powerpoint para explicarlo al resto de áreas y direcciones generales... Y el proyecto gustaba y ganaba adeptos.Y llegó la reunión de puesta en marcha, la que encendía la mecha. Andrés sabía que el proyecto necesitaba un empuje diario, mucha comunicación con todos los hospitales y una coordinación fuerte desde la Consejería. Si no se hacía así, sería un proyecto más de mejora entre los más de 50 que estaban activos en aquel momento. Por eso no dudó en lanzar la pregunta final: "¿quien va a coordinar el proyecto? ¿Como se va a difundir en cada centro?"La respuesta llegó enseguida: "Tranquilo, lo haremos como siempre. Enviaremos el powerpoint con una carta del consejero a todos los gerentes y les diremos que deben nombrar a un responsable en su hospital. Será el de siempre, o el docencia o el calidad, seguro. Y la coordinación pues la haremos entre todos, si os parece bien. ¿Algún voluntario para eso de la web y para hacer la guía?"Andrés les comentó que muchos proyectos perfectamente planificados después fallaban en la implementación, y se diluía su energía al no existir un responsable único. Y además muchas veces esos proyectos no llegaban a los profesionales porque los canales que se utilizaban no eran los más adecuados. Y llegó la respuesta que esperaba: "Tranquilo que para la coordinación os remitiremos a todos los emails que nos lleguen con dudas y demás."Y el voluntarismo tocó fondo... Y acabaron las reuniones y todo el mundo volvió a su trabajo del día a día. Y el proyecto pasó sin pena ni gloria, y también pasó sin que muchos se enteraran. Cinco hospitales implementaron algunas medidas, pero en unidades "piloto" (como no), y sólo uno intentó generalizarlas en el resto de unidades. En los demás hospitales se difundió el powerpoint y ya está.Otro más para el cementerio de grandes proyectos (con buenas ideas) mal ejecutados... Ni la participación ni la colaboración sirvieron para hacer las cosas bien. ¿Te suena la historia? ¿Conoces algún ejemplo parecido?Nota: la viñeta inicial es de Tom Fishburne

Nota 2: la historia puede ocurrir en una Consejería, en un hospital o en un centro de salud. Buenas ideas mal desarrolladas hay muchas... Lo contrario desgraciadamente también. 

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