Revista Psicología

El cerebro enamorado…….

Por Ximena Hg

¿Alguna vez te has enamorado? Podemos decir que el amor es un instinto profundo y como todo instinto puede provocarnos conductas impredecibles e impulsivas. Hablar de amor como tal, es algo muy subjetivo pero está comprobado científicamente que en el enamoramiento nuestra actividad química del cerebro cambia, de manera que aumentan los niveles de dos estimulantes muy potentes que son la dopamina y la norepinefrina.

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Cuando estamos enamorados, sucede que no podemos dejar de pensar en el o ella, recordamos con lujo de detalles los momentos que pasamos juntos, fantaseamos el reencuentro, nos imaginamos en distintas situaciones con esa persona, esto es gracias a la dopamina y la norepinefrina que favorecen a que recordemos todos los estímulos nuevos con detalles minuciosos. También nos es difícil concentrarnos en alguna actividad y permanecemos más activos durante todo el día, incluso suele quitarnos el sueño y si antes no tenías problemas para dormir, seguramente ahora los tendrás, solemos estar mucho tiempo en vigilia gracias a la activación que nos produce el aumento de la dopamina.

Las personas enamoradas solemos buscar todo el tiempo la aprobación del otro, buscamos situaciones en donde podamos estar siempre en contacto con esa persona, en pocas palabras, nuestra conducta siempre estará encaminada a conseguir un objetivo gracias a la motivación que surge al aumentar nuestros niveles de dopamina, en este caso nuestro objetivo siempre será el estar con el (ella). Somos capaces hasta de cambiar de gustos musicales para lograr obtener la aprobación de la persona amada. Durante el enamoramiento resaltamos las virtudes del otro y es casi en lo único en lo que nos centramos.

Un dato curioso es que cuando suelen existir obstáculos para la relación, los sentimientos se suelen intensificar, a esto se le conoce como el “Efecto Romeo y Julieta” ya que a mayor oposición, mayor será el apasionamiento, es decir, solemos aferrarnos más a la relación, ésto sucede porque cuando percibimos la adversidad la dopamina en el cerebro suele aumentar, lo cual, como ya lo he explicado antes hace que aumente nuestra motivación para conseguir nuestro objetivo. Ya que sabemos esto no nos parecería tan raro ver personas cambiando de trabajo, cruzando continentes para pasar unos días con el otro, dando todo por una relación, así que hacer locuras por la persona amada no está de más y cuando digo darlo TODO, lo digo literal.

¿Podemos comparar al enamoramiento con una adicción? La respuesta es sí ya que es algo muy difícil de controlar, a medida que la adicción aumenta necesitamos más dosis, la euforia conduce a la ansiedad lo cual va a producir obsesión, distorsión de la realidad y cambio de personalidad. Las regiones del cerebro que se activan cuando se consume cocaína u opiaceos son los mismos que se activan en el cerebro enamorado.

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Si te has enamorado alguna vez en tu vida, entenderás exactamente de lo que estoy hablando porque seguramente has padecido estos síntomas y si no lo has hecho seguramente has conocido a alguien que lo ha estado y claro, no podrás comprenderlo realmente hasta no haberlo experimentado sin embargo, ahora ya sabes que el amor es química involuntaria e irracional y nos permite ver nuestra realidad desde otra perspectiva.

El amor si es bien correspondido puede brindarnos una sensación de plenitud y bienestar, pero…¿Qué pasa cuando no somos bien correspondidos? Lo sabremos en el artículo siguiente. ¡Hasta la próxima!

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“Que cuando el amor no es locura, no es amor”      – PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA

Psic. Marissa Glover Aguilar

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