El cíclope

Buenos días! tenía muchas ganas de enseñaros esta ilustración personalizada que hice el mes pasado. Uno de los encargos más difíciles y especiales que he hecho hasta el momento, todo un reto…pero con un resultado que me encanta y no me canso de mirar.

Ana se puso en contacto conmigo, me contó su historia, el principio de una relación, la aparición de esos primeros sentimientos, emociones intensas y algo que me gustó mucho:

“la aparición de nuestros primeros códigos”

A todo este se unía el hecho de que él vivía lejos, muy lejos, muy muy lejos…en Arabia Saudí, para ser exactos. La idea de Ana era materializar uno de estos códigos suyos, una ilustración que les identificara y que pudiera llevarse su chico en la maleta cuando se volvieran a ver. Para ello me adjunto un texto del libro La Rayuela de Julio Cortazar:

“Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio.”

Como ella me dijo, buscando por internet no había nada que representara esa parte romántica que puede tener un cíclope, el hecho de que dos personas se unan tanto que acaben convirtiéndose en una…Y aquí es donde entraba yo.

Después de muchos mails, muchos bocetos, pruebas de color…llegamos al resultado perfecto, al menos para mí…y claro para ella! Yo lo disfruté mucho muchísimo, algo diferente y especial, la necesidad de encontrar la representación perfecta de esa idea que le rondaba la cabeza exprimió mi cerebro al 100%.

Este fue el último boceto y el elegido final. Antes hubieron muchos más, con estilos muy diferentes. Realmente este dibujo final no era la que teníamos en mente ninguna de las dos, pero la evolución de las ideas hizo que llegáramos ahí, a algo menos “monstruoso” y más “personal”.