El 39º Festival de Cine de Huesca, una de las citas imprescindibles del calendario nacional —sobretodo en el apartado de cortometrajes cuyos ganadores pasan a ser preseleccionados directamente para los Oscar de Hollywood— y que se celebrará del 3 al 11 de junio próximos homenajeará este año al siempre interesante cineasta José Luis Guerín, un artista arriesgado e innovador, poseedor de una trayectoria fílmica única que en palabras de la organización “reformula constantemente las bases de la ficción y el documental diluyendo las fronteras entre ambos géneros“.
Guerín, deudor de maestros como Robert J. Flaherty, Robert Bresson, Jean Eustache o Víctor Erice, se estrenó como director en 1975 con La hagonía de Agustín un cortometraje que describía las torturas infringidas a un escarabajo. A este título siguieron otros trabajos tan interesantes como eclécticos: Furvus (1976) nació de su fascinación por Carlos Saura y Geraldine Chaplin y en La dramática pubertad de Alicia (1978) desarrolló su concepto de ‘diario filmado’. Tras El orificio de la luz (1977) y Naturaleza muerta (1981) que hablaban del cinematográfo y de la pintura respectivamente, Guerín afrontó en Los motivos de Berta (1984), su primer largometraje, una continuación de sus primeros trabajos de corte intimista.
Pero es con la irrupción de Innisfree (1990), con una peculiarísimo y nostálgico acercamiento al universo (y las localizaciones) de El hombre tranquilo de John Ford, cuando su cine empieza a llamar poderosamente la atención. Innisfree participó en la sección ‘Un Certain Regard’ del Festival de Cannes y marcó un camino a seguir para el resto de cineastas interesados en eso tan atractivo como —por aquel entonces sobretodo— inusual de los ‘documentales de creación’. Con Tren de sombras (1996), todo un ensayo narrativo sobre los mecanismos de representación del cine, volvió a visitar La Croisette pero es con En construcción (2001) cuando el gran público español conoce, por fin, su obra: Goya al Mejor Documental, Premio Nacional de Cinematografía, y una más que aceptable distribución para este documento sobre la transformación del barrio barcelonés del Raval.
El cineasta que ha hecho de la boina su personal seña de identidad (a imagen del parche que llevaba su admirado Ford) se tomó un buen descando para regresar en 2007 con En la ciudad de Sylvia, una exploración por las ciudades y los recuerdos que estas despiertan de la mano de Pilar López de Ayala que llegó a concursar en la sección oficial del Festival de Venecia. Los festivales siempre le han tratado bien y él lo ha reflejado en Guest (2010), un diario de viaje en el que acompañamos al propio cineasta a mil y un lugares, de Macao a Bogotá, con motivo de la presentación de su obra en festivales de medio mundo. Tras Guest, Guerín ha participado en obras de carácter colectivo: Correspondencia Jonas Mekas – J.L. Guerín (2011) y el capítulo A Neighborhood Story del Jeonju Digital Project (2011), un trabajo compuesto además por dos mediometrajes más de Jean-Marie Straub y Claire Denis.
Cinergia, también premiado
El Premio Pepe Escriche, que tiene como objeto el reconocimiento a la labor de unión entre diferentes culturas a través del audiovisual, fue creado en el 2009 en homenaje al fundador y director del Festival de Cine de Huesca ya fallecido, con el fin de perpetuar la memoria de quien, a través del cine y de la cultura, impulsó tantos puentes de amistad entre España y el resto del mundo. En años anteriores ha sido concedido a la Escuela de San Antonio de los Baños de Cuba (EICTV) y al World Cinema Fund del Festival de Berlín. En esta tercera edición, la Fundación del Festival se lo ha concedido a Cinergia, un proyecto de ámbito centroamericano y caribeño que cuenta con varios ejes de acción, como la formación, la visibilización, la conservación y la divulgación del cine hecho en esa región. María Lourdes Cortés, directora de Cinergia, recogerá el reconocimiento en el marco de la 39ª edición del Festival Internacional de Cine de Huesca.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure