Revista Opinión

El circo y la cruz de los mineros

Publicado el 18 octubre 2010 por Rgalmazan @RGAlmazan

Ya está montado. Todos los mineros chilenos a salvo, sólo un par de ellos queda en el hospital, con cuestiones menores controladas. Y me alegro enormemente, es una buenísima noticia.

Pasada la angustia del encierro forzoso, de sesenta y nueve días de espera y desesperación, ahí están, como buitres, los medios de comunicación persiguiendo a los mineros, hoy convertidos en héroes.

Porque una vez rescatados, lo que interesa es la carnaza, el morbo. Cómo se han comportado, sus reacciones, sus broncas y sus aficiones, en definitiva la reacción ante el incidente por parte de cada uno. A eso se añade el interés por su vida fuera de la mina, si uno tiene dos esposas u otro tiene tendencias homosexuales.

No seré yo, quien acuse a los mineros si aceptan ofertas millonarias por exponer cuestiones íntimas. La pobreza es muy dura y entiendo que tienen una posibilidad de salir de ella. Una novela, una película, entrevistas, programas en televisión, etc., todo esto es lo que van a encontrar durante los próximos meses estos mineros. Luego el olvido. Cuando pase un cierto tiempo, el episodio quedará olvidado y ellos no tendrán sino lo que tienen ahora más lo que hayan podido sacar de este circo mediático.

casco-minero

Pero queda la cruz de esta historia, de ésta y de otras parecidas. Hace cuatro días en Colombia han desaparecido cuatro mineros. Hace dos en Ecuador, quedaron sepultados cuatro mineros, de los que dos han muerto y otros dos están todavía desaparecidos. Y en China, veintiséis mineros han muerto y doce siguen desaparecidos por un escape de gas grisú. Como puede comprobarse el pan nuestro de cada día.

Pero claro, estos otros mineros no interesan a nadie. Están muertos. Y los muertos no hablan, simplemente ya no existen, no tienen nada que contar. El morbo se ha ido con ellos a la tumba.

El sistema capitalista es un sistema despiadado, donde el trabajo tiene riesgos y como tal, los trabajadores debe asumirlos. Aún en las potencias del primer mundo, los accidentes laborales están a la orden del día. Mineros, obreros de la construcción, metalúrgicos, trabajadores de cualquier fábrica están en riesgo. Y poco se hace por evitar esos riesgos. Los empresarios y los Estados minimizan sus costes y escasamente se controla que se cumplan las medidas de seguridad.

Lo peor de todo esto es que los accidentes de trabajo se toman como algo natural, un precio que hay que pagar y como tal, deben existir. Poco, a veces ni lo mínimo, se hace para evitarlos,

¿Alguien se ha preguntado por qué pasan los accidentes como el de la mina chilena? Vale la pena saber que esta historia no era un cuento de Disney:

  • El estado de la mina era desastroso, casi inoperable
  • No cumplía los requisitos mínimos de seguridad
  • La empresa se declaró en ruina, apenas se desplomo la mina.
  • El rescate ha costado más de 20 millones de dólares y la empresa tenía una deuda de 19.
  • El gobierno chileno permitió esta situación (por muchas fotos que ahora se haga el presidente con los mineros).

Pero no pasa nada, esta vez se han salvado. Los otros, los trabajadores que perecen en su puesto de trabajo, salvo los militares y fuerzas de orden público a los que se honra, son invisibles. Se han borrado del mapa y vuelta a empezar. La campana de la muerte volverá a sonar mañana, y nadie hablará de los nuevos mártires. Porque esa campana tiene puesto un silenciador.

Salud y República

P.D. Gracias Mónica por proporcionarme los datos de este accidente.


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