Revista Cine
No sé si lo han pensado, si se han dado cuenta, pero todo el mundo tiene un club, un gremio, un circulo social y difícilmente se relacionan lejos de ese grupo, de esa zona de confort. Yo no, a mí me pasó siempre que nunca pude: “no me caso con nadie”, no puedo elegir una parcela donde estar, con los intelectuales me siento frívola, como los frívolos me siento intelectual, con los deportistas me siento una lectora, con los lectores me siento deportista.
No puedo elegir, soy todas las cosas y ninguna, al final creo que uno es simplemente uno mismo y ningún gusto se obliga, ningún placer se impone, ninguna simpatía se decreta. Por eso soy agente libre, camino sola: “caminando siempre al lado del camino, la ventaja de no pertenecer” como en la canción de Fito.
Los libros de Javier Marías, los discos de Paulina Rubio o Sinatra para sobrevivir, la leche descremada en la cena, pero nutella en el cine, empanadas y yogurt, no puedo elegir un bando: me gusta todo, o casi todo… No me gustan los clubs ni las patotas, ni los grupos de amigos (o enemigos), debe ser porque mi familia es casi nula, creo que acaban con la individualidad, acolitan la pereza y se constituyen como ejército de focas que reproducen aplausos irreflexivos, también promueven el compañerismo quizás, también la solidaridad tal vez. Sin embargo, soy desconfiada, respeto a individuos, cuento individuos, no a múltitudes, todos es ninguno, muchos es nadie. No puedes “relacionarte” con 100 personas a la vez (Facebook y twitter no es relación, es darle click y chismear: exponer, mostrarte).
El actor Jaime Camil dijo en una entrevista hace unos años, lo siguiente: “Este mundito del cine medio mamón disque intelectual y cool, es un club de Tobi muy cerrado, y a mí no me gusta ese rollo. Respeto mucho el cine y las instituciones, pero me da coraje que desafortunadamente en este país, la gente sea tan prejuiciosa. No sé, por ejemplo en Estados Unidos existe una Gwyneth Paltrow y un Ben Affleck que vienen de una familia con dinero, pero su trabajo habla por ellos, no su background familiar”", leyendo esta entrevista recordé, que un plus de los grupos son los prejuicios.
El actor mexicano se refería al nuevo cine de su país (excelente por cierto), donde los actores de telenovelas no participan generalmente, están muy divididos –haciendo algunas excepciones- los grupos de talentos: los actores de cine, solo hacen cierta clase de películas, los actores de telenovela solo actúan en telenovelas y así… Tal vez porque son “un club cerrado” donde cada quien esta con los que ya conocen.
A mi no me importan los círculos sociales, ni los intelectuales, ni los deportivos, ni los de chicas sexys o familiares, no me importa si no querer a alguna gente (se escribe por necesidad y gusto, que te paren bolas y publiques vendrá cuando deba venir), no sentirme especial por mis relaciones, o la gente que este en mi entorno. No necesito los prejuicios para excluir a muchos por no ser lectores, a otros por no ser deportistas, a terceros por no ser cultos. Rechazo los prejuicios, las sectas, si conllevan poca amabilidad o son superficiales... Esto último es otro post, lo dejo pa otro día.