Revista En Femenino

El cochecito de bebé

Por Clara Ingeniera @mamaingeniera

Supongo que habréis notado que a lo largo del embarazo, no hablé sobre las cosas que necesita (o no) un bebé.

Así como casi cualquier mujer que está en la búsqueda de un hijo sueña con qué carro tendrá, cómo será la cuna u otros enseres, yo fui incapaz de exteriorizarlo, y no entré en una tienda de bebés hasta bien entrado el tercer trimestre. Los miedos con los que llevé el embarazo me impidieron hacerlo.

Por otro lado, tengo la suerte de haber heredado TODO lo que utilizaron mis cuñados con mis sobrinos, y aunque en un principio me daba pena no elegir un carro, una minicuna, una hamaca, etc., ahora estoy más que agradecida de no haberme gastado ese dinero.

Y ahora os cuento el motivo.

cochecito bebe

A diferencia de mucha gente, yo no estaba enamorada de ningún carro, por lo que tampoco fue muy traumático no comprar uno. Probablemente no le hubiese hecho ascos al famoso carro de 1000€, pero por otro lado, me sabía muy mal gastarme ese dinero. No os engañaré, más de una vez me lo planteé pensando que me lo merecía como premio por haberlo pasado tan mal con la infertilidad, y ahora me alegro mucho de no haberlo hecho.

Este no es un post de recomendaciones y tampoco os diré de qué marca es, pero creo recordar que no fue un carro barato, y aunque ya tiene 5 años y ha pasado por dos niños, sigue estando muy bien.

Es un carro en cuyo chasis se adapta un capazo (que además es grupo 0 para el coche) y más adelante una silla de paseo (a partir de los 6 meses aprox.). Tiene unas ruedas grandes que mis cuñados eligieron para terrenos abruptos (en el pueblito bueno es casi necesario) y es muy manejable. Es de color rojo, y la verdad es que me gusta mucho.

Y aunque a mí me guste mucho, a Bichito no le gusta nada.

Por más que lo intentamos, o lo ponemos dormido en el carro, o se pone a llorar hasta quedarse sin aire y parecer que se asfixia. Y escuchar a mi niño llorar de esa manera me provoca una angustia terrible, totalmente insoportable. Si estamos paseando tranquilamente porque va dormido y se despierta, empezamos la vuelta a casa porque sabemos la que se nos viene encima.

Alguna vez no lo he soportado y como he estado lejos de casa le he sacado del carro muy a mi pesar (me aterra que coja frío). Ahora he empezado a salir de casa con el fular ya atado al cuerpo para poder colgármelo, pero repito, me aterra que coja frío aunque por otro lado crea que lo llevo bien abrigado.

Me horrorizaría haberme gastado un dineral en el carro para ver como no puedo usarlo, porque me niego a acostumbrar a la fuerza a Bichito a ir ahí dentro si él no quiere. Aunque para mi espalda es un descanso, si él quiere estar conmigo, no se lo voy a negar. Ni siquiera tiene dos meses, así que entiendo perfectamente que quiera ser mi pequeño koala.

Ya os conté que yo quería portear a mi bebé, de hecho tengo fular y mochila, pero el frío me hace dudar mucho.

Así que vamos introduciéndole poco a poco el carro. Por ejemplo, si queremos salir a pasear, en casa y con total tranquilidad, lo ponemos en el carro y a base de meneos, intentamos que se duerma ya ahí y así salir con un poco más de margen. Aún así, queda mucho camino por recorrer.

Por otro lado, este carro es muy potente, tan potente que resulta ser un trasto. Así que hemos decidido que para este verano ya usaremos una silla de paseo (de esas más ligeras). Ahora solo tenemos que elegir cuál, así que acepto consejos y experiencias.

Supongo que si nos hubiésemos gastado pasta en este carro, aprovecharíamos más su función con la silla de paseo, pero creo que lo llevaremos al pueblito bueno y liberaremos ese espacio en casa.

Es increíble cómo cambia la visión de las cosas una vez se adquiere experiencia con su uso, ¿verdad?

Y vosotros, ¿os comprasteis el carro de vuestros sueños y luego os habéis arrepentido? ¿me recomendáis alguna silla de paseo en concreto?


Volver a la Portada de Logo Paperblog